95. Gota a gota
Tras escuchar la mentira, una lágrima, densa como el mercurio, recorre la mejilla sonrosada lentamente, hasta quedar balanceándose en la barbilla. Desde allí, contempla los pequeños edificios abajo. Y el gentío que se acumula parece un hormiguero caótico. Se balancea. Hay un aire agradable que la refresca. Disfruta del momento. Observa el cielo como tantas veces que buscó respuestas. Pero hoy está nublado. Y las nubes pasan demasiado rápido. De pronto, otra lágrima de igual densidad recorre el mismo camino que la primera tras asomarse tímidamente por el lagrimal. Bailan juntas sobre el vacío. Pendulan armónicas a ritmo del latir. Hasta que el rugido del tráfico las devuelve a la realidad.
Qué sencillo, qué bonito.
Esa mentira ha debido ser muy poderosa para crear esas lágrimas, no sabemos si de alegría o detristeza, pero sí de intensa belleza.
Un abrazo y suerte, Nuria
Hola, Valdesuei.
Celebro que te guste.
Gracias por pasarte por aquí. ❤️
Hola, Ángel.
Para mí un baile de lágrimas, por una mentira, por muy bonito que sea, no puede traer nada bueno. Tal vez no lo he sabido plasmar.
Aún así, muchísimas gracias. Siempre es un gusto que te pases a comentar.
Besosss
Parece un preludio de un suicidio. El final es ella sobre el suelo? Porque son las lágrimas quienes vuelven a la realidad, no ella. Que bailen sobre el vacío me reafirma en esta idea.
Triste y poético. La mentira debió impactarla , imaginemos de qué tipo fue.
Hola hola Nuria:
Precioso, poético y escalofriante. pensaba que se lanzaría tras las lágrimas desde allí arriba. Menos mal que el el ruido del tráficola/le hizo volver.
Besos y abrazos!!