77. GRACIAS A LA VIDA (Nani Canovaca)
Este fin de semana hemos ido al pueblo a desalojar la casa que fue de los abuelos. Se la ha quedado el primo Luis para restaurarla y hacer de ella, una casa rural. Nos encontramos multitud de cosas cargadas de valor sentimental y escaso valor material. Entre ellas, el viejo acordeón del abuelo. Ha sido inevitable recordar las fiestas y verbenas los días del patrón, tocando a veces en la era junto a sus amigos, Juan (percusión) y Lolo (trompeta). Las navidades, en las que no se cansaba de tocar villancicos para que todos le acompañáramos cantando. No hemos podido evitar sentarnos junto a la chimenea y quedarnos evocando recuerdos y momentos entre aquellas paredes. Crecimos alrededor de aquel hombre noble que nos enseñó que la felicidad estaba en los sencillo, que lo grande e importante estaba en todo lo que encerraba las palabras de su querida y admirada Violeta Parra cuando cantaba: «Gracias a la vida que me ha dado tanto…» y sin querer, hemos coincidido que todo ello, fue la semilla de nuestra existencia, la que nos enseñó a amar la vida, respetar a todos los nuestros, caminando por el sendero que él nos marcó.
Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo, aunque no sea la de Violeta Parra.
ISRAEL KAMAKAWIWO’OLE- Somewhere over the rainbow / What a wonderful world
https://youtu.be/U-Ooxpz0Eqk
Muchas gracias Rafa por este detalle. A este autor lo había escuchado poco, pero la canción que has elegido es preciosa. Creo que ideal para el relato que he compartido. De nuevo muchas gracias.
Besicos muchos.
Solo las almas más grandes aprenden a amar lo sencillo, a ganarse la felicidad cultivándola en los pequeños instantes.
No habría nada material en aquella casa pero sí mucho de provecho para la vida.
Entrañable y profundo texto, Nani, ya dicen que lo difícil es ser sencillo, pero tú lo consigues.
Un abrazo grande.
Manoli, que bonito es tu comentario. Muchísimas gracias por todo lo que dices. Siempre son un regalo tus comentarios.
Besicos muchos.
Bello relato pleno de nostalgia, sentimientos y lecciones de vida. Suerte y besicos muchos.
Muchas gracias Pablo por tu comentario y buenos deseos. Me alegro que te haya gustado.
Besicos muchos.
Quien deja una buena semilla acaba siempre por obtener algún fruto, que además perdura en el tiempo. Con su acordeón, el abuelo repartió momentos de felicidad y entrañables recuerdos, instantes únicos, como él. Tal vez los nietos no toquen ese instrumento, ni ningún otro, sus sendas serán distintas, pero seguro que algo suyo pervive en su día a día.
Un relato en apariencia sencillo, pero que encierra un gran mensaje: el de ser positivo y expandir notas de alegría pese a los problemas, que nunca faltan, en ninguna época. Una filosofía bien resumida en la canción de Violeta Parra.
Un abrazo y suerte, Nani.
Ángel, como siempre es un gran placer recibir un comentario tuyo, porque además, eres capaz de entresacar cuestiones que ni se me ocurren a mi misma y que leyéndote, puedo observar y disfrutar. Me encantan tus comentarios, ya sebes que te lo he dicho y no me canso de repetirlo. De nuevo muchas gracias por tu sabiduría y amabilidad.
Besicos muchos.
Bonito relato, Naní. Evocar recuerdos siempre da juego. Luego hay que juntar las letras bien, pero en eso ya eres experta.
Un saludo y mucha suerte.
Muchas gracias Alfonso. Es bonito evocar recuerdos, lo que pasa es que en este caso no hay recuerdos, ya que no conocí a ninguno de los abuelos, pero es gratificante imaginarles.
Besicos muchos.
Nani, un relato muy emotivo y evocador. Enhorabuena!
Te deseo muchísima suerte.
Besos apretados.
Muchas gracias Pilar por tus buenos deseos y tu comentario.
Besicos muchos.