18. HADARA
“El llanto es una cascada incontenible en ciertas noches de luna llena y la risa parece un tren de cascabeles bailando bajo su luz”. -Así hablaba mi abuela, la dama más sabia de la familia, a la que jamás vimos llorar o reír cuando los demás lo hacíamos.
Una noche de cada mes, coincidiendo con el plenilunio, se iba a algún lugar recóndito del bosque que circundaba nuestra casa y no volvía hasta el día siguiente, algo más cansada pero también más serena que nunca.
Durante sus periódicas ausencias nadie dormía en el pueblo porque no queríamos perdernos la magia que, invariablemente, acontecía.
Algunas de esas noches, las nubes descargaban durante horas una lluvia mansa y refrescante que vivificaba las maltrechas cosechas y otras, el aire se llenaba de hermosos sonidos al paso de cientos de pájaros, mariposas y benéficos roedores.
Entonces mirábamos hacia el bosque, donde sabíamos que la abuela estaría llorando o riendo bajo la luna llena.
Su nombre era Hadara, pero yo siempre la llamé Hada.
Muy bonito, Puri. Si querías transmitir magia, lo has conseguido.
Un abrazo fuerte, a ver si se me pega algo. 🙂
Una abuela maravillosa, Purificación. Me ha recordado la frase que repiten como un mantra un grupo de niños y mayores en Peter Pan… Yo creo en las hadas. Yo creo, sí creo.
Besos!
hadas o no, hay personas que nos construyen una vida más feliz, como tu abuela Hadara.
Un beso, migui.
Muchas gracias, amigas, y a ti Pa, felicidades por tu relato. La magia existe y sobrevuela tanto el lado luminoso como la zona oscura de la vida. Otro beso, migui.
La magia siempre gusta en los relatos, porque nos hacen volar a aquellos sitios o pensamientos que no podemos alcanzar. Tu hada lo ha conseguido.
Un beso Purificación.
Ay, las yayas…
Aún guardan secretos del pasado cuando la magia vivía entre los hombres.
La mía ponía ventosas en la espalda, y sabía cómo curar los dolores de oído, y las verrugas…
Pero la de tu relato es más espectacular.
Aunque la mía era real.
Precioso relato que sangra magia por cada costura de su piel.
Y poner la narración en manos de su nieta me parece un absoluto hallazgo.
Muy bonito, en el mejor sentido de la palabra.
Qué imágenes tan bonitas me transmite tu relato, Puri. Un abrazo
Abuelas y magia se conjugan en una historia que te lleva hacia momentos entrañables. Me gusta mucho el detalle de las descripciones. Mucha suerte 🙂
Purificación, el poder de los sabios y el de los sentimientos, nos los has trasmitido con bellas imagenes. Suerte y saludos
A mis últimos comentaristas, Modes, Ana, Calamanda y resto de amigos, muchas gracias una vez más. Vuestras reflexiones me confirman que la magia existe. Por si quedaba alguna duda. Un cariñoso abrazo, amigos.
Que bonito relato. Soy «fan» de las historias en que los mayores son portadores de sabiduría y magia. El tuyo es una delicia.
Suerte y abrazos
Pues yo quiero ser de mayor como tu abuela. ¡Ójala!
****