72. Honor sin gloria
La motillo de hoy va bien, un chasis enclenque, pero un motor duro, fiable. Y sobre ella, Quino cabalga cuál intrépido caballero en su jornada de tarde-noche. De 8 de la tarde hasta las 12 de la noche, en que termina el reparto de la pizzería. Él tiene fama de llegar siempre a tiempo, con el pedido calentito y una sonrisa. Esto le proporciona muchas propinas, de pequeña cuantía, claro; su territorio es humilde, él es de ahí. Pero al mismo tiempo esto le genera animadversión entre sus compañeros, especialmente de Íñigo, el más antiguo y el que siempre elige moto el primero. Quino lo sabe y le duele, no lo entiende, siente que les incomoda su presencia, pero es su trabajo…. Hoy intentará revertir la situación. Es viernes, habrá mucho trabajo y muchas propinas. Buen ánimo. Al acabar la noche, y antes de despedirse todos hasta mañana, lo suelta: «Bueno, amigos, hoy ha sido mi último día.»
Silencio y miradas incrédulas… Alguna sonrisa clandestina…
«¡Qué hijoputa, ahora tendremos que hacer tu trabajo!», exclama el más viejo.
La frase: «Ladran, luego cabalgamos» atribuida a don Quijote (aunque de forma errónea), sería aplicable a tu protagonista. Haga lo que haga, siempre será criticado. Nunca se acierta del todo, aun asi, pese a incomprensiones, y como el hidalgo manchego, hay que hacer lo correcto.
Un sakudo y suerte, Manuel
(Perdón, quise decir «saludo»).
Ángel muchas gracias por tu tiempo y amabilidad. .
Estoy contigo , hacer lo correcto y algo más .
Y que sigan ladrando. .un saludo y suerte también .
Llevar una actitud honorable, como es el caso de tu personaje, no siempre aporta gloria, ni tan siquiera, a veces, la consideración de los demás, sujeta a menudo a circunstancias como la envidia, el entredicho de la propia valía o el conflicto de intereses. Espero que ese noble caballero mantenga su actitud y que no se vea perjudicado por las decisiones que tome para revertir la situación.
Enhorabuena por tu propuesta, Manolo, y mucha suerte con ella.
El honorable Quino, en cuyo nombre quiero ver una abreviatura de Quijano, coje su motillo, que por sus características podía ser un Rocinante del siglo XXI, para hacer su trabajo con la mejor de las actitudes, como la del insigne Alonso Quijano en sus andanzas. Pero, al igual que él, va a encontrar que en el mundo real impera la mezquindad y la envidia. A ese Íñigo, otro nombre quijotesco, le va a parecer mal todo lo que haga Quino con la mejor de sus intenciones.
Un relato que viene muy al caso por las envidias que encontramos en la actualidad y que ya puso en evidencia Cervantes hace más de 500 años. Y es que el mundo no aprende. Seguimos con los mismos defectos.
Gran relato, Manolo.
Por otra parte me alegra mucho leerte por aquí y poder saludarte. Nuestro amigo común Enrique habla maravillas de ti y eso te convierte ya en mi amigo. Además, si no me equivoco, somos compañeros de letras en su excelente libro de relatos. Tu contraportada es de 10.
Un abrazo y espero seguir leyéndote por aquí.
Hola amigo Núñez ( jajajs que buen nombre para ser amigo de Quino )
Muchas gracias , leyendo tus palabras , paréceme escuchar mi voz , pero escritas con mejor estilo y gracia , que no siempre se interpreta tan bien un alma ajena .
Hay personas como nuestro Enrique ,que más que puentes entre personas , lo son entre sueño, ilusiones , amigo Pablo . Un saludo .
Hola, Manuel:
Hay gente que nunca está satisfecha con su propia vida, y se dedica a envidiar a quienes son felices, aun siendo más precarios.
La actitud de Quino es loable, como lo es su portazo final. Nadie es imprescindible, pero que se coman otros el marrón, por desagradecidos.
Un abrazo y suerte.
Presiento que hacer bien tu trabajo genera mucha animadversión. Desata envidias y pone en cuestión a los flojos y marrulleros.
Un tema muy interesante.