115. Improvisación límite (Alberto BF)
Cada mañana, antes incluso de la primera micción, ingiero mi pastilla gris, esa que me garantiza la vida eterna.
Años atrás fui atendido por un peculiar galeno, en cuya tarjeta se presentaba como redentor espiritual y sanador de conciencias. Algo especial debió ver en mí, de modo que me comunicó que por gracia divina y un módico precio se me había concedido la inmortalidad. Para conseguir tan preciada condición, sólo debía asegurarme de ingerir cada mañana, sin faltar una, la pastilla que me recetaba.
Desde entonces cumplo religiosamente con las instrucciones brindadas, para no desaprovechar semejante don.
Inmerso en una total seguridad, nunca leí el prospecto, pero esta mañana el aburrimiento me ha llevado a ello: “Eternidad Plus. Inmortalidad garantizada con la ingesta diaria. Contraindicaciones: pérdida total de sueños, anhelos, emociones, tentaciones, e incapacidad para tomar decisiones propias. Versión premium en gris plomizo”.
Seguí leyendo: “Otros productos de nuestra gama: Improvisación límite. Cada día una aventura, con final indeterminado. Contraindicaciones: El riesgo podría ser mortal, en función de sus elecciones y deseos. Emociones a flor de piel, ausencia total o parcial de seguridad. Versiones rojo pasión y verde esperanza.”
Vuelo entusiasmado a la farmacia. ¡Mañana, por fin, comenzaré a vivir!
Terminé la lectura con una inmensa sonrisa. Un relato fantástico genial.
Muchas gracias por tu comentario, Manuela. Espero que no necesitemos de ninguna pastilla, independientemente del color que sea, para vivir la vida con intensidad.