48. Irrepetible paripé (Juana María Igarreta)
Una bella catedral ha renacido de sus cenizas. Numerosos dirigentes de todo el mundo han sido invitados a su reapertura. Hay indignación por algunas de las ausencias, pero nadie se cuestiona ninguna de las presencias.
En el interior del templo, rebosante de almas y de algún que otro desalmado, se suceden los discursos de las autoridades competentes, duchos en llenar el tiempo con palabras vacías. Pero cuando el arzobispo de la ciudad habla de paz entre los pueblos, la cámara enfoca al mandamás de los altos mandatarios, que con sus manos enlazadas en actitud beatífica escucha impertérrito el sermón. Él, que ha prometido expulsar de su país a todos los delincuentes sin papeles, se siente sin embargo muy cómodo en su papel de delincuente. Aun teniendo varias causas pendientes con la justicia, sus incondicionales lo han vuelto a sentar en el sillón presidencial.
Una bella catedral ha renacido de sus cenizas. No muy lejos de allí, con el beneplácito de algunos de los que hoy contemplan embelesados el resurgir de Notre Dame, las guerras siembran cada día la tierra de cadáveres. ¿Quién los hará renacer?
Impactante, tan actual como cierto. Al margen de ideologías, creencias o simpatías, tu relato expone hechos constatables y la paradoja de que se reconstruya (felizmente), una parte se la historia y del arte, mientras se destruye, muy tristemente, de forma literal, la vida de muchas personas, sin posibilidad de arreglo, con un futuro que apunta a peor. Todo ello con un «irrepetible paripé», o teatro que solo busca engañar
Un abrazon y suerte, Juana
Nadie, Juana, nadie los hará renacer porque están muertos para siempre, gratuitamente y solo ellos sabrán el sufrimiento que vivieron antes de irse.
Gran paripé en el que le bailan el agua a uno de los poderosos más corruptos. Si Jesús existió, como nos lo hicieron creer, habría expulsado del templo a tanto fariseo.
Relato realista y bien argumentando, se nota que sale de la rabia y la impotencia.
Juana, no sabes cómo te entiendo. Dan ganas de quemar esa catedral con todos los desalmados dentro. Qué mierda de mundo en el que un montón de piedras vale más que la vida humana.
Un abrazo y suerte.
Hola, Juana. DRAE mediante, ahora que sé que paripé significa «simulación, fingimiento, acto hipócrita», te digo que lo que se cuenta en el micro – la reapertura de la Catedral de Notre Dame, que reúne a la créme de la créme de arzobispos, políticos y presidentes – no es muy diferente de lo que yo veo aquí en mi país, por la tele, cuando pasan las misas de la catedral de Buenos Aires a la que también asisten presidentes y arzobispos que parecen buenos, beatíficos e incorruptibles, sin serlo (no sé qué persona se te viene a la mente a vos, pero yo pienso en varios presidentes argentinos que lo que menos hicieron fue honrar su cargo)… Es triste, pero sobre todo terrible, que algo tan hermoso como una catedral resurja a costa de tantos cadáveres… Ojalá que renazcan pronto, y tan bien como merecen…
Cariños,
Mariángeles
Guau. Potente y directo, verdades como puños una detrás de otra. Gente a la que en realidad le importan tan poco las piedras como los cadáveres, lo único que les motiva es colgarse la medalla y salir en la foto. Descorazonador, especialmente por lo que tiene de verídico.
Un abrazo Juana.
Efectivamente, un paripé, un gran paripé. Esos dirigentes que tienen en sus manos el poder, la capacidad de llegará acuerdos justos y humanitarios, chocan necesariamente con lo que predican sus religiones. En consecuencia deberían ser expulsados inmediatamente de los templos y de la política. Una clara denuncia y un título magnífico. Muchas, suerte, Juana. Un abrazo 🤗
Mil gracias, Ángel, Rosa, Rosalía, Mariángeles, Ana María y María José, por vuestras palabras. Soy consciente de que este micro tiene poco de literario. Como bien dice Rosa, es un relato escrito desde la rabia y la impotencia, no se puede decir mejor. Es increíble la deriva que está tomando el mundo en manos de tantos impresentables. Y tiene toda la pinta de ir a peor. En fin.
Bueno, Felices fiestas para todos.
Me encanta cómo le das la vuelta a la celebración del resurgimiento de Notre Dame para mostrarnos su lado más oscuro. Cómo los diablos se disfrazan de ángeles aprovechando este tipo de acontecimientos. Y pones el foco en uno de los peores diablos. Aunque no puedan renacer los cadáveres, la literatura puede ayudar a cambiar la visión del mundo de muchas personas. Enhorabuena, Juana María.
Un abrazo y suerte. Y un feliz 2025.
Sí, no lo has podido recoger mejor al decir que «los diablos se disfrazan de ángeles aprovechando este tipo de acontecimientos». Es indignante ver que los altos mandatarios son incapaces de solucionar conflictos, pero siempre tienen tiempo para saraos. En cuanto a lo que dices de la literatura estoy de acuerdo. Pero da la impresión de que algunos de los que mueven los hilos del mundo, o leen poco o no les sirve de mucho.
Mil gracias, Josep Maria. Otro abrazo y feliz 2025 también para ti y los tuyos.