JUL61. AL FINAL DE LA VIA, de José Ángel Gozalo Molina
El viaje por la vida me enseño que nacemos con los ojos vendados y caminamos a ciegas de la mano de nuestro destino que es quien guía nuestros pasos irremediablemente.
Aquellas palabras que nunca debí pronunciar, los errores que marcaron el curso de mi vida forjando la persona que hoy soy ya no desvelaran mis noches.
Siento que mi paso por este mundo ha sido fugaz y que se me escapo el tiempo buscando la felicidad que no logré encontrar.
¿Para qué tanta lucha, tanto sufrimiento si al final no quedara ni rastro de lo que fuimos?
Al abrir los ojos y no encontrarte no me asaltara de repente la duda de estar vivo.
Aquí se quedara mi casa con todas mis cosas dentro. Allí donde voy no necesitare nada.
Seguramente las fotos juntos que con tanto cariño atesoro terminaran en la basura pues a nadie pueden interesar.
Me voy sin equipaje pero con el corazón cargado de recuerdos. Conmigo morirán también todos aquellos que solo viven en mi memoria y que ya no recuerda nadie.
Como cada noche apago la luz de mi mesita de noche y me sumo en la oscuridad aguardando el final.
José Angel, me ha gustado tu relato aunque sea un poquito triste. Pero como no me quiero deprimir, cojo la maleta e inicio un viaje de dos semanas a la playa.
Bravo y Agur
Hola Epífisis me alegro de que te guste el relato, gracias por comentarlo. Te deseo que pases unas felices vacaciones, yo tengo la playa aquí al lado pero no tengo tiempo de disfrutarla.
Un saludo
Qué triste, un ensayo general de la última función…Uff qué pena me ha dado leerlo.
Pasaré por tu blog, quiero saber si siempre trasmites así.
un saludo
Paloma Hidalgo
Hola Paloma, ya vi que te pasaste por mi blog. Muchas gracias por tu buena crítica.
Espero seguir leyendote por aquí.
Un saludo
Hola J. Ángel. Me sorprende tgu relato, supongo que es imaginado.
No obstante, te diré que cuando me acuesto, pienso en el día e intento sopesr con lo positivo de la jornada, mientras haya en la balanza un instante agradable, uno sólo, la inclinará a favor y así, intentar despertar a otro día.
Abrazo para el hombre invisible que aporto una lectura en uno de nuestros encuentrosntros literarios.
Lines
Hola Lines gracias por el comentario. Te pido pedón si te he hecho sentir un poco triste con el relato. Es verdad que en esta vida hay que pensar en positivo para ser feliz.
Por supuesto el relato es imaginado. me quise poner en la piel de alguien que esta a punto de morir e imaginé cuales podian ser sus sentimientos a hacer balance de su vida.
Un saludo
José Ángel, qué triste reflexión. Tengo que reconocer que a veces pienso en lo transitoria y fugaz que es la vida, y también sufro con la incertidumbre de mis cosas queridas: ¿qué serán de ellas, de los recuerdos materializados en su interior? Pero me pongo tan triste que desecho esos pensamientos…
No se puede dormir aguardando el final, sino esperando el nuevo día.
Un beso grande.
Amparo M.A.
Tienes razón en lo que dices Amparo, hay que mirar hacia adelante y pensar en lo bueno que nos deparara el mañana, pero ¿Que debe de sentir alguien cuando ya no le queda futuro y se encuentra al final del viaje?
Eso es lo que me pregunté al escribir el relato y me salio una historia un tanto triste…
Gracias por comentarlo, un saludo
Hola Ana, gracias por comentar el relato. Me alegro de que te haya transmitido esas sensaciones. Has dado justo en el calvo pues al principio se iba a llamar «Reflexiones» pero a última hora cambie el título.
Un saludo
Y decías que el mío era triste…
Suerte en este caluroso (qué asco!) mes
Tienes razón Vidal, el tuyo al menos tiene un final feliz. Gracias por pasarte por aqui y comentar.
Un saludo.
Nacemos con los ojos vendados, y además llorando Jose Angel… triste reflexión al final de la vía. Me gusta y el título es acertado creo yo.
Dices que es un viaje imaginado, pues lo transmites muy bien!!!! Por desgracia sentirse así debe ser bastante habitual, hace unos meses leí esto, y me gustó y por eso lo tengo guardado. Dejo aquí el link
http://www.lavanguardia.com/vida/20111214/54240193062/los-cinco-lamentos-moribundos.html
Hola Maria gracias por comentar el relato, me alegro de que te haya gustado. Comparto tu opinión de que hay gente que debe sentirse así. Supongo que a todos nos preocupa el final de nuestra vida y esperamos que cuando echemos la vista atras para hacer balance pesen mas las cosas buenas que las malas. Lo que si creo es que el tiempo pasa demasiado deprisa y sin conceder segundas oportunidades.
Me paso por el enlace y te comento.
Un saludo.