JUN107. EXODO, de David Moreno
Pedro sube la persiana del bar nada más amanecer. Cerca, Sagrario la panadera, coloca el mostrador con esmero. Como una flecha atraviesa mi campo de visión Fernando el cartero sujetando con una mano el manillar de su bicicleta y, con la otra, un puñado de cartas sedientas de recepción. Mosén Esteban, aguarda con la puerta de la iglesia medio entornada, la llegada de algún feligrés. Y como de costumbre, “Salchichas” el perro pastor, mantiene a raya al rebaño en lontananza.
Una repentina ráfaga de viento me obliga a abrir los ojos. Ya no quedan ni las sombras del pasado.
http://microseñalesdehumo.
Gracias a Dios, quedas fuera de concurso. Así hay alguna posibilidad. No quiero que ningún viento me obligue a abrir los ojos. Un abrazo.
Triste estas imágenes que narras aquí, ya no volveran, todos se han ido a la ciudad.
Besitos