JUN166. ANA…ZUL, de Pablo Vázquez Pérez
Cumplí veinte años y ya no me afecta ser hija única. Nada, es cierto, incluso Luz está casi olvidada. Sin embargo mis padres jamás lo han conseguido.
Mientras vivíamos juntos, yo cada vez me sentía más segura y-quizás- esta confianza resultaba más desconcertante para mis padres; tanto, que siempre se inquietaban cuando nos encontrábamos por el caserón. Pobres, los dos inquietos con mi presencia. Conmigo, Ana, su pequeña. Titubeaban al hablarme, escondiendo sus miradas en las enormes paredes de la casa, tan vacías como su amor. En ocasiones se cruzaban mis ojos y los de ellos, enrojecidos, una prueba de su dolor, de esa pena marcada en sus gestos, mucho tiempo antes de que yo naciera.
Gracias a la herencia familiar poseemos tierras y casas que nos permiten una vida desahogada. Ellos en la ciudad. Yo aquí, sola, disfrutando del reposo, del bosque cercano y de alguna visita ocasional de Luz.
Yo soy de carne y hueso. Ella, en cambio, es de cristal y azogue. Me muestra su cuerpo bruñido al otro lado del espejo, antes de golpearlo. Pero ella no sufre. Lo sé porque se rompe en pedazos y no sangra.
Una historia dura e intrigante.
Hola Miguelángel. Como todos los meses, no me espero nada aquí, pero vuestro comentarios son grandes. Un abrazo.
Muy bueno, Pablo ,ese desdoblamiento, con esa AnazuL.Muy buen título y avance de la historia desde la narración de la protagonista. Un final sugerente y efectivo.Buena atmósfera, y un mostrar sin decir , que se presta a que cada cual complete su visión desde su espejo.
Suerte y abrazo.
Hola Antonia. Muchas gracias. Al principio quería dar un poco más claro (o masticado) el relato, pero luego me pareció que a mí me gustaría leerlo así, sin cerrar. Un abrazo.
Los puntos suspensivos del título, ellos me prepararon para lo que leí después. Has apostado por un tema duro, pero lo tratas con elegancia. Lo que más me gusta, el final, coherente e impactante. Me ha gustado Pablo.
Suerte 🙂
Hola Paloma. Gracias de verdad. Me alegro porque pensé que los puntos suspensivos quizás eran muy pueriles. Un abrazo.
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Pablo, intriga, inquietud, ritmo y un final abierto, son buenos ingredientes para tu historia.
Suerte y saludos
Pues gracias también. A ver si voy mejorando. Un abrazo.
Complicado relato especular Pablo, pero has conseguido que lo lea tres veces y me ha gustado.
Un abrazo
Y a mí me ha gustado más tu comentario. Siento lo de las lecturas, eso parece que lo hace peor al relato. Un abrazo.
Me gusta, no es fácil romper con un espejo, aunque se destroce, como tampoco es fácil convertirse en otro/a… Tensión esquizofrénica en un entorno que casi roza tintes góticos.
Buena frase final:
Pero ella no sufre. Lo sé porque se rompe en pedazos y no sangra.
Enhorabuena y suerte Pablo.
Buenas tardes. Pues sí, al final es hata gótico. La frase final tengo que reconocer qu eme inspiré en uan de mis novelas preferidas, Don Segundo Sombra, que tiene un final evocador y mucho mejor que este micro, por supuesto. Un abrazo.
Me ha recordado una película estupenda de Robert Mulligan, creo que se llama «El otro». Ambos -tu relato y la peli- tratan con maestría el tema del hermano muerto, dentro de un terror psicológico que tú además has sabido ensamblar muy bien con el espejo.
Hola. El otro es de esas pelis de los setenta que juegan con la fantasía, el terror y la realidad de una manera difícil de lograr. A mí me parece estupenda e incluso obra maestra, así que imagina la cara de imbécil alegre que se me ha puesto al leer el comentario. Un abrazo.
Coincido con anteriores comentarios, tensión psicológica, tintes góticos, narración elegante, un título muy trabajado y un final memorable. Enhorabuena Pablo.
Un abrazo
Hola Juancho. ¡Qué gran nombre para tu blog! Ya te sigo. Un abrazo.
Creo que consigues algo muy difíci: me haces dudar ya a qué lado del espejo me encuentro, se encuentran, los protagonistas. Quién es de carne y hueso y quién el reflejo. Muy buen relato, Pablo.
Un abrazo.
Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias,
de verdad. Un abrazo.
Hola Ana. Me descubro ante tu comentario, de verdad. La idea era conseguir fundir e reflejo y la imagen real, así que me gusta mucho más tu interpretación que el argumento, de veras. Lo del nombre sí juega con el capicúa (ANA) y con el color A…ZUL Por lo de tristeza (blue) en inglés, pero eso ya es una ida de pinza mía. Gracias de nuevo, un abrazo.
Hola Pablo. Para mi, es un relato denso y según iba leyendo no sabía situarme si a un lado o al otro del espejo, si en esta vida o en la otra y en ese ambiente enigmático y triste,de la mano de Luz y Ana y esos padres sufriendo, tratando de discernir la verdad, he saboreado las imágenes que dibujas. Me ha gustado, aunque me queda la sensación brumosa del terminarlo sin saber la verdad. Suerte y un abrazo.