02. Kintsugi
Más allá del ventanal, una lluvia de poliedros rasga la realidad mientras la noche absorbe la luz de las ilusiones.
Intento contorsionar la mente para mantener la charla. Duele el papel, duele interpretarlo, duele el sinsentido de la necesidad. Gritan las cicatrices: las visibles, que atraviesan mi pecho y descienden como una medusa, y las otras, las oscuras que, cerrando en falso mi abdomen, suturaron mi feminidad.
Aunque esperado, no deja de paralizarme ese brillo peligroso en su mirada que suplica reventar botones y cremalleras. Ése hambre de piel que comparto, esa sed de caricias mutuas. Y tiemblo.
No sé qué eufemismo utilizar, qué cruda verdad escoger. La inseguridad estrangula mi garganta como una gelatina espesa. Me atrinchero en el abrigo. Invento excusas para huir.
Se sorprende. Se entristece. Yo también.
Como último recurso, atrapa mi índice para guiarlo suavemente por los desconocidos queloides de su muñeca. No puedo evitar restañarlos con besos de sal.
Se derrite el miedo, se esfuman tabúes. Se deslizan nuestras prendas al suelo. Apago los ojos y permito que dibuje dragones dorados sobre las grietas rosas de mi cuerpo roto.
A través del cristal de mis lágrimas de alivio, estallan las aristas de los poliedros.
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Precioso. Me ha recordado la película «La vida secreta de las palabras» dos personas rotas que se recomponen en un kintsugui. El amor, como oro de suturar.
Gracias Palom, no recuerdo si la he visto, soy una despistada y un desastre para esas cosas. Pero haré por verla. Un beso grandote.
Bellísimo Eva. Delicado y fuerte. Nunca ví una lucha tan llena de ganas, tan llena de vida.
¡Muchas gracias María! A veces es mejor dejarse llevar y aprovechar la corriente que luchar… Un beso.
Desgarrador y hermoso Eva. Me ha gustado mucho aunque esas cicatrices se me han clavado en la barriga, como si fueran mías en cierto modo. Feliz verano guapa.
Besicos muchos.
Gracias Nani. Y eso que esta vez intenté un final feliz 😉 Feliz verano a ti también. Muchos besos.
Las cicatrices son el paisaje lógico de una existencia veteada de inevitables heridas, cada uno ha de arrastrar las suyas. Por suerte, igual que las circunstancias, los accidentes, los descuidos y hasta la mala fe quiebran cualquier piel, siempre más delicada de lo que parece, también hay apoyos externos que ayudan a sobrellevar las circunstancias difíciles.
Un lujo de lectura, un ejemplo de buen hacer, escrito con la tinta de la sensibilidad. Un canto a la esperanza que todo lo supera.
Un abrazo y suerte, Eva
P.D.: Sentí no llegar a saludarte tras la final de REC. Para la siguiente.
Gracias Ángel, siempre tan amable. Las cicatrices, como todo, también hay que aprender a superarlas e incorporarlas a nuestra existencia. A mi me hubiera encantado saludaros y más a todos en Madrid…pero tenía que cumplir la condición con la que me habían dado permiso. Se me quedó ‘cojo’, pero al menos pude estar. Un beso grande.
Eva, qué delicioso relato… Ya nunca veré mis cicatrices igual. Una maravilla, precioso.
Besossss
Nuriiii gracias linda. Un beso enorme.
Que bien escrito! Magistral.
Un abrazo.
Gracias Yolanda. No exageres. Un beso.
Maravilloso. Y, que conte, que no me gusta exagerar. Tus palabras me obligan a mirar mi queloide de otra manera…, pero no lo consigo. No obstante, me quedo con tus palabras, con su belleza, sus imágenes confusas, opuestas, con la poesía que las modela.
Bellísima la tristeza de tu relato.
Un abrazo grandeeee para ti, Eva.
Hola guapa. Es dificil superarlos…Pero pretendía que el final no fuera triste. Un abrazo enormeeeeeee Amparo
Estremece y atrapa, sientes, y es un gran poema. Me ha encantado. Un beso.
Gracias Maite. No pretendía que fera un poema pero me alegra que te guste. Un beso.
Eva, ¡qué preciosidad de relato! Has logrado tejer con el oro y la sensibilidad de tus letras una historia maravillosa, en la que, a pesar de sus miedos, los protagonistas dejan que entre la luz y el amor a través de sus cicatrices.
Me has llenado de emoción. Te deseo muchísima suerte, lo mereces. Eres preciosa.
Besos muy apretados.
Gracias campeona, me alegra mucho que te guste. Besos inmensos y sigue dando caña 😉
Hermosísimo, Eva. Una poética escena de amor y deseo que logra vencer al fin el pudor por las cicatrices visibles y el miedo por las invisibles.
Mucha suerte, Eva. Con el micro y con todo lo demás.
Besos.
Gracias Asun. Me gusta que sepas leerlo más allá de los poliedros. Un beso enorme guapa.
Me encanta, en plata, en oro o en platino.
Abrazos marinos.
Me encanta que te encante en cualquier metal, incluso si fuera hierro. Gracias María. Abrazos como sean.
Un canto a la esperanza, a quienes saben aceptar y aceptarse, al dejarse fluir en la adversidad para encontrar la belleza de las cicatrices. Hermoso y muy emotivo.
Suerte y abrazo
Gracias Anna. Hay barreras que es mejor derretir que saltar. Me gusta mucho tu lectura. Un beso y suerte a ti también.
¡Qué preciosidad de texto! Orfebrería pura. Parece tejido con hilo de oro.
Hola Edita. Un honor que te lo parezca. Gracias. Bicos grandes.
Hola, me gustaría hablar contigo Eva Garcia, un relato precioso. Para leerlo en una radio local de mi comunidad, o para que lo leas tú,para dar ánimo a las mujeres que padecen cáncer de mama. No ´se si lo leeras, pero si es así y te gustaría colaborar me puede mandar un email.