77. LA BELLEZA NO ES SUFICIENTE (Ana María Abad)
Lo encontramos en su despacho, ahogado en un océano de fórmulas pulcramente anotadas en folios blancos, garabateadas de cualquier manera en pedazos de papel cuadriculado arrancados del esqueleto de lo que algún día fue una libreta, dispersas en servilletas de papel con el emblema de algún local exótico, cuidadosamente agrupadas en un rimero de cuadernos de espiral.
Cuando llegamos, las letras griegas danzaban en corros sobre la pizarra; los símbolos matemáticos se columpiaban entre las sillas; las ecuaciones físicas se deslizaban a lo largo de la mesa y patinaban por el suelo de tarima. Constantes, incógnitas, polinomios, derivadas y logaritmos armaban un alboroto inimaginable. Y allí en medio estaba él, con el rostro casi translúcido de tan pálido, la boca abierta, y el asombro de la Verdad Universal grabado en los ojos inertes.
Desde entonces, su voz nos llega cada noche desde las estrellas, como un eco lejano que recita sin cesar su teorema inacabado. Nosotros escuchamos con atención, conservando aún cierta esperanza de que, en algún momento, nos revele el axioma final que le dé a todo esto el sentido que solo él llegó a atisbar.
Guau, Ana María, qué caos matemático más bueno. Para mí, amante de los números y de las fórmulas kilométricas de la física cuántica, esas anotaciones desperdigadas me han parecido belleza pura. El final, pese a lo trágico, te deja con un poso de esperanza en encontrar esa verdad universal que ha dejado tieso al personaje. Suerte y un abrazo
Muchas gracias Jesús. Los números y las fórmulas pueden ser pura belleza o puro caos, según los ojos que las miren. Quizás ahí, precisamente, radica su encanto.
Abrazos de vuelta.
Bello y casi complicado como las matemáticas.
Esa era la idea. Gracias por leer y comentar Rosa.
Bro (sis), vaya derroche de imaginación. Ya sabes que soy de letras puras, pero me encanta ese caos matemático. A ver si es cierto que llega ese axioma que falta.
Un abrazo y suerte.
Bueno, también podía haber sido un caos literario, con los adjetivos haciendo rafting en el grifo de la bañera, los verbos saltando a la comba con los cordones de las cortinas y las preposiciones haciendo natación sincronizada en la olla de los macarrones. Será por opciones!
Me alegra que te haya gustado, sis, el axioma nos lo podemos tatuar, si llega.
Besazo.
Mucha suerte Ana María. Te has pasado a las matemáticas sin avisar.
Muchas gracias Manuel.
En realidad nunca las dejé del todo, jejeje.
Un abrazo.
Puede que una compleja combinación de signos sea bella en sí misma, pero como dice el título, no es suficiente. Es necesario alcanzar el objetivo buscado, lástima que tu protagonista se llevase el hallazgo a otro mundo sin haber podido formularlo del todo para las generaciones venideras, tal fue su emoción. Pero si algo se ha logrado una vez, puede conseguirse otra, él ha dejado las bases.
Un relato que te ha quedado muy bien cuadrado en lo que a letras y su combinación se refiere, con buen resultado.
Un abrazo y suerte, Ana María
Muchas gracias Ángel.
Bueno, cualquier día de estos susurrará lo que falta, sólo hay que estar un poquitín pendientes para escucharlo.
Besos.