73 LA BOLA DEL MUNDO
Lo que más me gusta de la clase es la bola del mundo. Se llama así porque dice la seño que donde estamos todos los que vivimos en la tierra, es el mundo y es redondo. O sea que tierra y mundo es lo mismo, me parece.
Me gusta tanto que me quedo mirando la bola y pienso en los nombres de los países tan raros, que se llaman el extranjero y la seño me dice que atienda, que atienda.
A veces, la coloca en su mesa y la hace girar. Cuando para, pone el dedo donde sea. Entonces, cuenta cosas de ese sitio, si es un país o dos, un mar, una montaña… Cosas de verdad: cómo hablan, qué comen, qué hacen las personas, o un cuento de los que viven allí, en el extranjero.
Un día que una niña empezó a llorar y luego otra y luego un niño y al final todos llorábamos, la seño nos preguntó que qué nos pasaba y cuando le dijimos que nada, nos explicó que en muchos países del mundo extranjero hay millones de niños que no lloran y les pasan cosas malísimas, y entonces sí que empezamos a llorar de verdad.
Los niños, con su inocencia y ese empezar a percibirlo todo por vez primera, en una experiencia mágica, son en realidad mucho más sabios que muchos adultos, a los que los años vuelven indiferentes y miran para otro lado. Ellos saben lo que sienten, son auténticos y así lo muestran.
Un saludo y suerte, Izaskun