107. LA CAMPANA DORADA DE SODERLING (Rafa Heredero)
En Soderling, al norte de Noruega, siempre nieva el 31 de diciembre. Sus calles, sus casas, la iglesia y la abadía de aspecto medieval parecen entonces, más que nunca, un pueblo de cuento de hadas, como si este fuese el escenario soñado donde esperar la entrada del año nuevo.
Los monjes del monasterio se encargan ese día de descolgar la campana de bronce que utilizan a diario y sustituirla por otra dorada que custodian desde 1348. Cuenta la leyenda que fue fundida con el oro que entregaban los peregrinos para poder ocultarse en esta localidad, la única libre de la epidemia de peste negra que devastó todo un continente; y que sus repiques durante la despedida del año, transparentes y efímeros, son tan parecidos a la voz de Dios, que es el único sonido capaz de hacer confundir al destino.
Por eso, la campana de Soderling congrega esa noche a los que se han encontrado demasiado tarde la vida que deseaban haber tenido. Quien ha estado allí dice que el aire se carga de tristeza y melancolía, y que, tras las campanadas, los infelices aguardan el milagro, obstinados, entre la nieve, el silencio y la esperanza.
leyenda o no, es precioso.
Gracias, Carmen.
Un abrazo y Feliz 2015.
Una campana con repiques que se parecen a la voz de Dios. La escucharía en la nieve, en el desierto… en cualquier parte.
Precioso, RAFA, te felicito. Éste es uno de esos cuentos que una escucha con los oídos del alma y ve con los ojos de la mente.
Cariños,
Mariángeles
Me alegro de que lo hayas disfrutado con esa pasión, Mariángeles.
Un abrazo y Feliz 2015.
Me ha parecido verme con la boca entreabierta y ojos infantiles mientras leía esta preciosa leyenda mágica. Felicidades! Muy bonito.
¡Qué bonito, Carmine! Un relato que te haga recordar la infancia es todo un regalo para mí.
Un abrazo y Feliz 2015.
Un cuento precioso. Si me lo cuentan y me dicen que es de Hans Christian Andersen me lo creo.
Me ha encantado. Ojalá aparezca en el libro.
Enhorabuena. Un abrazo.
Y Felices Fiestas.
Muchas gracias por el comentario, Esperanza. Me siento sorprendido. En cuanto a lo del libro, lo veo difícil, a no ser que sobornemos a Jams para que cambie las bases. Pero te agradezco la intención.
Un abrazo y Feliz 2015.
Estoy segura de que esas campanas son mágicas, porque a mí me han atrapado desde el principio hasta el final. No necesito ir a allá para verlas, o para oírlas, más bien.
Entonces el objetivo está cumplido, Edita. Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo y Feliz 2015.
Muy bello. Un sonido capaz de confundir al destino. Genial.
¡Felices Fiestas!
Besos
Gracias por tus palabras, Isabel.
Un abrazo y Feliz 2015.
Muy bello tu relato, Rafa
Suerte y feliz 2015
Encantado de que te haya gustado, María Jesús.
Un abrazo y Feliz 2015.
¿No hay más? ¿No sigue? Es que me ha sabido a poco….buaaaaaaa….
Gracias por tu comentario, Reve Llyn. Prefiero dejarlo así y que no empalague demasiado, pero siento dejarte tan triste.
Un abrazo y Feliz 2015.
Bello y muy visual. Nos has transportado a Soderling y, una vez allí, yo me he preguntado si existía realmente esta ciudad de la esperanza. Pero no, o al menos yo no la he encontrado. Que lástima!
Suerte y Feliz 2015
Abrazos
Confío en que a partir de ahora se pueda buscar donde cada uno pueda o quiera. Al menos ya existe una entrada en Internet. Muchas gracias por tu comentario, Anna.
Un abrazo y Feliz 2015.
Rafa, en tu cuento queda la idea de la busqueda de la felicidad. Suerte y felices fiestas
Quizá eso es a lo todos aspiramos, Calamanda. Muchas gracias por pasarte por aquí y por tu comentario.
Un abrazo y Feliz 2015.
Ana, muchas gracias, pero no solo por el comentario, sino, como siempre te he dicho, por estar siempre animándonos a todos con tus palabras.
Un abrazo y Feliz 2105.
Una campana mágica, de cuento y de leyenda, pero sobre todo, de esperanza, como la de cada año que comienza. Muy bien elegido el tema y llevado con maestría, vamos, lo que se espera de ti.
Un abrazo y te deseo un feliz 2015 en el que sigas compartiendo tus buenas letras.
Otro abrazo para ti, Ángel, por este comentario y por todos los que has ido dejando a lo largo del año. Comparto contigo el deseo de seguir leyendo el próximo año tus relatos también.
Un abrazo.
Y Feliz 2015, que se me olvidaba. Es que ya no son horas, pero me tengo que conectar cuando puedo…
Me parece un relato cargado de hermosura. Una suerte disfrutar relatos como estos tan bien enmarcados y tan magistralmente escritos. No sé qué puedo decirte, aparte de que lo has bordado. Me ha encantado. Feliz 2015 y mucha suerte. 🙂
Hola, Juan Antonio. La verdad es que a mí sí que me has dejado sin saber qué decirte, salvo que muchas gracias por tu comentario. Graciad también por tus deseos.
Un abrazo y Feliz 2015.
En tu línea talentosa de buen escribir nos dejas este relato, leyenda, con toques de realismo mágico y treta medieval que yo por mi parte y sin entrar en la wiki prefiero creer. Un abrazo Rafa buen texto.
Muchas gracias por tu comentario, Manuel. Mejor así. En una película decían aquello de que entre la historia y la leyenda era mejor quedarse con esta última.
Un abrazo y Feliz 2015.
Hola Rafa,
Creo que tú nunca has pasado por Melotemía, pues va siendo hora. Allí encontrarás tu relato muy bien acompañado. Espero que te guste.
Te deseo una Feliz Nochevieja y Buen Año 2015.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Amélie. Ya lo he visto. Ha quedado precioso.
Un abrazo y Feliz 2015 para ti también.
El primer párrafo y el segundo se me antojan pictóricos, esas estampas navideñas de pueblos bajo la nieve y luces doradas de las felicitaciones por correo que ya ninguno enviamos. Sin embargo, el último me da más aire a una escena de película, los que esperan el milagro a toda costa mirándose unos a otros con gestos de decepción, tristeza, lágrimas… Una historia bellísima escrita con maestría. Besos y sueret.
Gracias por tu comentario, Ana, y por esas pinceladas cinematográficas que sabes sacar en cada relato. Me encanta que hayas disfrutado esta historia.
Un abrazo y Feliz 2015.
Rafa, nos aferramos a cualquier cosa que brille, cualquier luz que nos de esperanza, aunque mi humilde impresión es que una campana forjada en una localidad donde solo los que tuvieran oro podían ocultarse de la peste no puede ser voz de Dios. Me ha encantado. Abrazos y Feliz Año.
Muchas gracias por tu comentario, Salvador. Tienes toda la razón en lo que dices. Lo de la voz de Dios lo saqué de un libro sobre campanas que escribió un amigo mío. Los tañidos de las campanas se consideraban así, la voz de Dios, ya que llamaban a misa, a rezar, tocaban a difuntos (y muchas cosas más); mi intención era la de que un metal tan valioso como el oro se considerase más cercano a esa voz que el tañido de una «vulgar» campana de bronce (y porque me venía muy bien como el único elemento capaz de confundir al destino, claro). Quizá tendría que haberlo expresado de otra manera. Ya sabes lo que es esto de la limitación de palabras a veces.
Un abrazo y Feliz 2015.