25. LA CITA (PILAR ALEJOS)
Meses atrás, en el silencio de la noche, nuestras soledades se encontraron en la red. El anonimato y la oscuridad me infundieron valor, lograron que olvidase mi habitual timidez y propiciaron que me atreviese a responder a tu saludo. No tenía nada que perder. Me pareció que podría ser divertido.
Aquella conversación, que empezó como un juego, se fue convirtiendo en una necesidad. Tras largas horas compartidas, me despojé del escudo que me protegía y las palabras triviales iniciales derivaron en confidencias. Abrí mi corazón de par en par. Te hice partícipe de mis inseguridades, de mis miedos y de mis sueños. Tú hiciste lo mismo. Nos enamoramos, poco a poco, sin vernos.
Era el momento de encontrarnos, de dar rienda suelta a aquellos sentimientos que habían ido creciendo. Acordamos un día, un lugar y una hora para vernos por primera vez.
Llegué a la cafetería con el corazón desbocado por la emoción. Te busqué entre los presentes sin lograr reconocerte. Todos permanecían sentados de espaldas. Su mirada perdida se reflejaba en el cristal situado tras la barra.
Me sentía tan decepcionada que no supe descubrir cómo temblabas al verme entrar ni tus ojos enamorados bajo aquel maquillaje de payaso.
¡Jo, Pilar! Qué penita me ha dado que no se crucen esas miradas enamoradas. A veces los maquillajes que nos ponemos juegan en contra de nuestras emociones. Besos y mucha suerte.
Muchas gracias, Belén. Es lo que ocurre cuando por culpa de nuestra inseguridad nos escondemos tras el anonimato o tras una buena capa de maquillaje. Espero que se den una segunda oportunidad.
Besos apretados.
Este final no me vale. Seguirán hablando y acabarán encontrandose, eso es. Que sí. Que ese final me lo se.
Besos y felicidades.
Estoy segura Luisa que el amor vencerá a las inseguridades y se volverán a encontrar.
Muchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
Un final duro, ¡qué ciegos estamos!!
Besicos muchos.
Nani, a ver si pierden en miedo y la vida les da una segunda oportunidad, ese gran amor se lo merece.
Muchas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
No siempre el disfraz que llevamos nos oculta a ojos de los demás pero, cuando lo hace, los más perjudicados solemos ser nosotros mismos.
Buen relato, Pilar. Feliz año. Besos.
Manoli, a veces el miedo al rechazo nos hace ocultarnos sin darnos cuenta que también impide que nos amen.
Muchas gracias por tu bello comentario.
Besos apretados.
¿El traje y los afeites serían, curiosamentesamente, para ocultar su timidez o su uniforme de trabajo? ¿la historia que nos cuentas podría ser como una metáfora sobre esa invisibilidad que sufren muchos? ¿o puede que sobre lo de que algunos solo ven lo que quieren ver? Aunque suelo tener preferencia por las historias «amargas», por decirlo de algún modo, yo también estoy con que pueda haber otra oportunidad y consigan, al fin, encontrarse. Parecen estar hechos el uno para la otra. Suerte, Pilar. Besos.
Jesús, se oculta bajo el disfraz y el maquillaje por miedo al rechazo, pero eso ha impedido que ella lo reconozca y puedan amarse. Espero que tengan una segunda oportunidad.
Muchísimas gracias por tu comentario.
Besos apretados.
Pilar, muy buen relato. Una historia de encuentro y desencuentro, lástima que cuando deciden conocerse en persona no hayan sido capaces de leer sus miradas, ella por desconocimiento y él debido a su timidez.
Los párrafos finales son para mí muy bellos, esa forma en que describes cuando ella entra y ve al personal con la mirada perdida reflejada en el cristal. Y luego el lamento de ella por no descubrirlo.
Creo que estos enamorados se merecen otra oportunidad.
Deseo la mejor de las suertes a este excelente relato.
Besos.
Javier, cuanto agradezco tus palabras. A veces nuestras inseguridades nos impiden vivir plenamente. Estoy segura que volverán a encontrarse, se darán una nueva oportunidad y esta vez ya no se separarán.
Mil gracias por tu precioso comentario.
Besos muy apretados.
Hola, Pilar.
Empieza por encantarme el título de tu propuesta. Abre todas las expectativas al lector. Luego tu estilo fluido consigue que nos deslicemos por la peripecia como los patines de hielo por la pista, suavemente, delicadamente. Es un texto hermosísimo. Internet nos hace esclavos pero libres. Cómo no pasan los protagonistas de la palabra escrita, hasta el punto de que se enamoran escribiéndose, lo que no es un amor a ciegas, qué va. Como pasan de las palabras, de las frases, a los hechos. Y, vencida la timidez oculta en las letras escritas, ésta se revela de nuevo en la cafetería. Él aparece vestido de payaso para llamar la atención de su amada, o no llamarla, dándole a ella motivos para que se esfuerce en reconocerlo entre la gente, y ella le ve pero no sabe «descubrir» -qué verbo tan subyugante has encontrado-, darse cuenta del amor palpitante del hombre disfrazado de arlequín. Estoy con todos, necesitan una segunda oportunidad estos dos, dásela. El relato merece continuación. Un texto sobresaliente, Pilar, mi amiga, y admirada maestra. Merece mi más encendidos parabienes. Y un beso a tu altura, muy elevado.
Eduardo, tras leer tu hermoso comentario estoy convencida de que no dejarán escapar este amor y se reencontrarán para no volverse a separar.
Te agradezco muchísimo tus palabras.
Besos apretados llenos de poesía.
Sus cerebros y sus almas han conectado, pero el miedo a no ser como el otro imaginaba, la inseguridad ante la propia apariencia, el terror a que algo tan prometedor se rompa en el cara a cara lo condiciona y estropea todo. Romper el hielo nunca es fácil, los principios no suelen serlo.
Una idea muy bien desarrollada con un final que no es feliz, lo que lo hace más atractivo, las cosas no siempre salen redondas ni se comen perdices en todas las ocasiones, ni mucho menos, aunque si lo suyo va en serio de verdad volverán a darse una oportunidad, seguro.
Un abrazo grande y suerte, Pilar
Ángel, después de lo mucho que les ha costado encontrarse a través de la red no dejarán que el miedo al rechazo impida ese amor y se darán un segunda oportunidad.
Muchísimas gracias por tu acertado comentario.
Besos apretados.
Cuántas cosas no se nos escapan por mor de las apariencias. Precioso relato, Pilar.
Un abrazo, y mucha suerte.
Muchas veces nos asusta el rechazo por nuestro aspecto físico y se nos olvida que no todo el mundo es tan superficial.
Muchas gracias, Rosy, por pasar y dejarme tu comentario.
Besos apretados.
La palabra es doble protagonista de este texto. Una, porque es el móvil que mueve los corazones a buscarse sin encontrarse; dos, por la belleza que la autora le otorga al contarnos esta triste historia de un desencuentro. Besitos apretaos, Pilar.
Manuel, a veces nuestros miedos son nuestros peores enemigos, sobre todo cuando se trata del amor.
Muchísimas gracias por tus bellas palabras para mi relato.
Besos muy apretados, amigo.
PILAR,que bien describes la situacion. Suerte y Feliz Año
Calamanda, muchas gracias por tu hermoso comentario.
Besos apretados.
La noche nos confunde. Y las redes, mucho más. Para que luego digan que el hábito no hace al monje… 🙂
Así es. Las redes sociales y la noche amparados en el anonimato abrimos los corazones, pero con la luz del día regresan las inseguridades y el miedo al fracaso.
Muchas gracias, Edita, por tu comentario.
Besos apretados.
¡Qué bonito! Pilar, eres el amor en estado puro y eso lo transmites en cada palabra, frase, párrafo… Leer cualquier cosa que venga de tí es sentir que la vida es hermosa, pese a los golpes que da. Me encanta tu historia, está llena de ternura y emoción. No deja indiferente; la vives intensamente conforme vas avanzando en su lectura hasta el final. Estoy segura de que todo se arreglará entre ellos. Podrán con cualquier obstáculo, por grande que sea. Un sentimiento profundo puede con cualquier cosa.
Nube de besitos, preciosa. Escribes como los ángeles.
M. José, a mí me pasó como a ti. Fue ver la foto y surgió la historia. Al ver la mirada del payaso, me pareció que se escondía tras su disfraz y bajo esa gruesa capa de maquillaje. Reconocí ese miedo al fracaso en sus ojos. La historia no tiene porqué acabar aquí, confío en que se den una nueva oportunidad.
Mil gracias por todas las bellas palabras que nos dedicas, tanto a mí como a mi micro.
Besos muy apretados, amiga.
Una pena que no cruzasen la mirada, unos ojos enamorados no pueden pasar desapercibidos, ojalá sean capaces de retomar la relación. Aunque también te digo que fue valiente este personaje,ir así vestido a tu primera cita demuestra mucho valor.
Suerte Pilar y saludos.
Maribel, fue vestido así por miedo al rechazo, aunque pudo más el deseo de conocerla.
Muchas gracias por pasar y dejarme tu comentario.
Besos apretados.
En la distancia, se puede saltar emocionalmente al amor con la seguridad de la red. Pero el amor tiene que mirar a los ojos sin maquillaje, y no tengo duda de que es más fuerte que la inseguridad, y, poco a poco, la capa de maquillaje será más fina. Me ha encantado, Pilar. Abrazos y suerte.
Salvador, si el amor es verdadero no le importará el aspecto físico. Se han enamorado sin tener en cuenta nada más que los sentimientos que transmiten sus palabras. Estoy segura que pronto perderán sus miedos y se atreverán a amarse.
Muchas gracias por tu hermoso comentario.
Besos apretados.
Salvador, esta respuesta es mía. No sé porqué me ha salido en anónimo. Besitos.