35. La criba
La noticia mala: el supermeteorito. La buena: el nuevo planeta. Elthon Nash, el ser más respetado y poderoso, salió en su propio canal anunciándolo:
—Debemos ser tajantes y veloces. Miles de naves de nuestra agencia espacial partirán con las coordenadas exactas. Las plazas disponibles equivalen al treinta por ciento de la población, que empezará allí desde cero, procurando no cometer nuestros mismos errores. Entenderéis que lo más duro para mí será la criba. No elegiré a los más ricos, ni siquiera a los más jóvenes, debo ser consecuente con la historia y enviar a los más cualificados. El Nuevo Mundo precisa gobernantes sagaces; mentes brillantes, perfeccionistas, que jamás se conformen.
Entre nubes de esperanza y dolor, las naves partieron, pero, al mes de viaje, un hacker filtró dos nuevas noticias. La buena: el meteorito jamás había existido. La mala: una tremenda hambruna asolaría la Tierra durante décadas. El propio Elthon, en pijama, desde su casa de Florida, se lo contaba así a su padre:
—Afortunadamente somos menos a repartir, y los que nos hemos quedado nos conformamos con lo puesto.
Los elegidos escucharon la frase por radio, todos a un tiempo. Mientras veían caer la aguja del combustible.
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Lo que parece una selección para la supervivencia, realizada con criterios de mérito y capacidad, se trata en realidad de una trampa sin retorno para que los menos ambiciosos, los más conformistas, sobrevivan en un planeta condenado por saturación poblacional hasta ese momento. Una reivindicación del dercho a existir de los menos brillantes
Un relato de apariencias y engaños bien ocultos, al tiempo que una digna inmersión en el apasionante y nada sengénero de la ciencia ficción.
Un saludo y suerte, Alberto
(«Nada sencillo» de acometer, quise decir)
Hola Ángel, como siempre un gran lector de nuestras historias y un generoso compañero.
En efecto, a veces estamos a merced de los que mejor esconden sus trampas.
Muchas gracias y un abrazo.
Un plan maquiavélico el que esconde el protagonista de tu historia y en el que observa como siempre que en las peores crisis siempre sobresale el egoísmo humano. Un buena historia devciencia ficción que esperemos jamás se convierta en realidad.
Leo este micro y concluyo que la desesperación es no solo el mejor cebo, también la mejor trampa, y me atrevería a decir lo mismo de las «cualidades» requeridas para la criba: las mentes brillantes, los perfeccionistas, los más capacitados no han sabido ver que sus «virtudes» y capacidades los hacían los candidatos perfectos pero no para sobrevivir, sino para sacárselos de encima: los «defectuosos», los que nunca hubieran sido elegidos fueron, en este caso, más inteligentes que ellos… Aquí en Argentina, a eso le llamamos «viveza criolla»…
Un micro apocalíptico e inquietante pero muy bueno, Alberto, porque nos deja pensando…
Besos😘😘
Mariángeles😇😇
Hola Mari Ángeles.
Muchas gracias por tu comentario y un fuerte abrazo
Hola, Gloria
Muchas gracias por tus palabras.
Eso esperamos, y que seamos capaces de no estropear demasiado este trocito de universo.
Un abrazo fuerte