LA ESCENA
Llamamos escenas a las situaciones concretas desarrolladas en tiempo real. Se trata de un concepto dramático que proviene del teatro, pero en su esencia también se encuentra la narrativa. Podría parecernos que son dos géneros literarios muy lejanos y que lo dramático puede tener una presencia ligera en una narración que parezca casi inexistente.
El origen de lo dramático es el personaje y su esencia el problema. El conflicto del personaje (consigo mismo, con los demás, con el entorno físico) tiene una cualidad que lo hace motor de una historia: su dinamismo. Nada nos mueve como aquello que nos preocupa y nos obliga a buscar una solución; o aquello que queremos poseer. Entender el conflicto del personaje, esa necesidad de cubrir un deseo, nos permitirá construir las escenas y hacer un buen uso de ellas.
La escena era en su origen el espacio físico que los antiguos actores griegos tenían para cambiarse de ropa en las representaciones teatrales. Después se hizo extensivo el significado al espacio de la representación y a lo representado, aunque mantuvo un matiz en relación con su origen espacial, clave en su uso como unidad mínima: la escena era modificada con un nuevo lugar o tiempo de la acción, o con la salida o entrada de nuevos personajes.
La unión de todas las escenas forma la historia. Lo característico en los cambios de escena es que todos responden a fases en el cambio total y son conflictivos. Antes y entremedias de las escenas, puede quedar un espacio que corresponde a la descripción (el protagonista habla de sí o de otros personajes) o a la narración lineal (del narrador). Es decir, que en la narración no construimos todo con escenas, sino que a veces resumimos el tiempo («durante dos años no tuvieron noticias de ella») o damos saltos («al cabo de tres horas…»). Por ese motivo, las escenas tienen un valor propio y específico: las usamos para resaltar lo dramático y por ello están tan unidas al problema del personaje.
Haya uno o varios personajes en un determinado espacio y tiempo, lo constitutivo de la escena es hacer avanzar el problema que vertebra la historia. El problema del protagonista. ¿Y qué es lo que provoca el cambio? Puede ser la personalidad del personaje, las acciones que se realizan, y hasta un accidente que desencadena una historia o un cambio en la misma. Pero en realidad, el carácter del personaje y la acción se mezclan de tal modo que apenas se puede distinguir una cosa de otra. Así lo expresa el guionista Robert Mckee:
La estructura y los personajes están entrelazados. La estructura de los acontecimientos de una historia se traza con las decisiones tomadas por los personajes en situación de presión y las acciones que deciden llevar a cabo, mientras que los personajes son unas criaturas que surgen y se ven alteradas por cómo decidan actuar en una situación de tensión. Si cambiamos uno de esos factores, cambiamos el otro. Si cambiamos el diseño de los acontecimientos, también habremos cambiado a los personajes. Si cambiamos la personalidad profunda de nuestros personajes, deberemos inventar una nueva estructura que exprese la naturaleza cambiada de los mismo.
Este peso dramático de la escena hace que pueda en sí misma llegar a constituir una historia, es decir: una situación en un espacio y tiempo, con uno o varios personajes que pueden desarrollar y resolver un problema. En otras ocasiones, dos escenas son seguidas por una breve elipsis temporal con el propósito de aumentar la tensión a un nuevo estadio que obligue a reflexionar al narrador sobre las decisiones a tomar. Así, el autor conseguirá que las escenas tengan un peso en la historia, pero sobre todo porque cada escena incluye algo nuevo.
Las escenas representan los tres momentos clave que en narrativa se han denominado planteamiento (se establece el problema del protagonista), nudo (este intenta solucionarlo y vemos los obstáculos que se lo impiden) y desenlace (da cuenta de la resolución o no de ese problema). Cada uno de estos tres momentos se representan en una o varias escenas, donde se produce un movimiento del incidente de partida de la misma hasta el desenlace.
La medida en la escena de estos tres momentos puede ser variable, pero siempre están ahí. En la narrativa su presencia puede ser menos explícita que en la obra dramática (donde la acción es la fuente principal de información). Pero existen. Y lo que es más importante: nos van a servir para encontrar la medida de nuestra escena. Dónde debe empezar y dónde acabar.
Me ha servido muchísimo, hasta para darme cuenta de que acabo de mandar un despojo por no responder a esta pregunta: ¿Y qué es lo que provoca el cambio?