Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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18 LA ETERNIDAD (Jesús Alfonso Redondo Lavín)

Aquella noche me costó conciliar el sueño. El hermano L.M. me había visitado.  Intentaba el lasaliano, tras interrogarme sobre mi vida, demostrarme que yo tenía “vocación”. Sinceramente yo no la veía por ninguna parte. Evidentemente aquel fraile estaba haciendo una ronda de “pesca” entre los alumnos, concentrados en los anuales “ignacianos” ejercicios espirituales.

Daba vueltas en la cama como las que daba la hormiguita de la gigantesca canica de acero que por la tarde nos habida descrito el jesuita F.G.S. Esa obrera de la familia de las formicidaes rozaría con sus patitas los átomos del metal hasta que allá en la eternidad lograra desgastar el último reducto del núcleo de aquella bola. Eso era la eternidad del cielo o del averno que yo podría elegir según me decidiese a encontrar en lo recóndito de mi ser esa “vocación” que, repito, yo no la veía por ninguna parte.

Qué devoción, qué espiritualidad derramaban aquellos frailes en la casa de ejercicios de la ciudad de Vitoria. Más que andar, levitaban en nuestra presencia.

El lasaliano L.M. y el Jesuita F.G.S no se quedaron contemplando el trabajo de aquel insecto. Después de 1975 colgaron las sotanas y se metieron en el Partido Comunista.

12 Responses

  1. antoniotoribios

    Un relato, en tono autobiográfico, que recoge la esencia de toda una generación. El final es sorpresivo solo en apariencia, pues fue la realidad en muchos casos como el que cuentas. Un abrazo y suerte, Jesús.

    1. Jesús Alfonso Redondo Lavín

      Viví esa situación de forma muy cercana. Fue una catarsis, un cambio de paradigma como se decía. Esos frailes, que conocí muy de cerca, dedicaron sus vidas al apoyo de los más necesitados y tomaron decisiones muy valientes. Ya no están entre nosotros.fueron Francisco García Salve 1930-2016 y Javier Marquiegui, Xabier Markiegi Candina 1938-2021

  2. Rosalía Guerrero

    Jesús, el uso de las iniciales me hace pensar que el relato es totalmente verídico. Yo era una niña entonces, pero si recuerdo hablar de esos curas comunistas, los que colgaron los hábitos y los que compaginaron ambas vocaciones.
    Un abrazo y suerte.

    1. Ángel Saiz Mora

      No tiene por qué ser incompatible una ideología con una creencia. Dicen que los extremos se tocan, o igual es que en realidad el objetivo viene a ser el mismo: intentar hallar un sentido a la existencia.
      Un relato con contenido real, que muestra las vueltas que pueden dar las cosas.
      Un abrazo y suerte, Jesús

  3. Rosa Gómez Gómez

    Jesús, soy de un pueblo pequeño ubicado en una comarca de suelos duros y economía precaria. Recuerdo de niña que muchos hombres jóvenes eligieron entrar en el seminario, no por vocación, sino por necesidad. La gran mayoría, con los años se salieron y se dedicaron a otras cosas más mundanas.
    La iglesia pescaba y sigue haciéndolo, en los caladeros de los más necesitados.

  4. Paloma Casado Marco

    Hola Jesús
    Yo también tuve en el colegio unas monjas similares. No sé si militarían en algún partido, pero salieron a vivir fuera del convento para servir a los más necesitados. Poco queda ya de aquella teoría de la liberación en estos tiempos oscuros. Suerte.

  5. Jesús Anfonso Redondo Lavín

    Hola Paloma
    a partir de finales de Junio estaré en Rubayo. Si organizáis algún evento no os olvidéis de mi.
    Un abrazo.

  6. un tal Miguel

    Una historia que, sospecho, no se refiere a la invención de un sueño. Y nos alegramos porque así la realidad ha superado aquel futuro prometido e incierto. El colorín colorado del cuento es perfecto, todos los protagonistas tuvieron un final feliz.

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