14. La luna más llena (Ricardo González)
El tío Ramón me encargó, como cada vez que le visitaba, sus 6 botellas de R., el pan de hogaza de su Burgos natal y aquel queso de Manzanares.
Vi cómo se alzaba en el horizonte la enorme luna llena del 19 de marzo de 1993. Dicen que la mayor de la historia.
Me recordó al extraño fenómeno que relataba aquel maestro del humor.
Cansado y cabreado tuve que parar por imperativos mecánicos. Gracias a eso, pude contemplarlo desde el arcén de la A-3.
Esperando a la asistencia que promete todo seguro, disfruté durante dos horas.
“Viernes Santo es el primero posterior a la primera luna llena después del equinoccio de primavera, de manera que la semana santa nunca será antes del 21 de marzo ni después del 23 de abril”.
Esta información resulta sumamente importante para alguien que, como yo después de 500km. seguidos, debe derivar la mente para no quedarse dormido.
El rocío empezó a manifestarse. Me refugié en el coche.
Otras dos horas después, decidí abrir una de las botellas de rico R. una cuña del queso manchego y un buen trozo del enorme pan.
Era de madrugada, ya sin luna. Hacía mucho frío. Me despertó la bocina de la grúa.
Bonito y didáctico relato sobre lunas llenas tranquilas y lejanas a historias de licántropos tan al uso. El protagonista debería cambiar se seguro. Mucho tiempo de espera. Imagina que no trae el encargo del tío Ramón.
Ricardo, con qué sutileza pones a caldo a tu aseguradora. Y sospecho que puede ser una historia real. Siendo así, mira, no hay mal que por bien no venga. Todas las noches no está uno haciendo tiempo en la A3, aunque… creo que en 1993 todavía era la N-III. 😉
Abrazo
Vayamos por orden. No quiero interferir en la discusión con el Sr. Lavin. Eso no quita para que aclare que lo que hoy llamamos A3 empezó a construirse en 1964. Bien que no se llamó A3 hasta finales de los 90 considero que sería más reconocible hoy llamándola A3 que N-III.
«Este comentario continuara en los siguientes tanto de Aurora como de Jesús…»
Este coment viene de abajo, pero creo que hemos llenado el cupo.
Fiat uno. Elegante carro!! Jo, Ricardo, pero nos has desmontao tol invento. Entre Redondo y yo nos habíamos hecho ya otra historia: Mozo desenfrenao que va pa la mili y entre tanto decide acercarse a la Ruta del Bacalao pa coger fuerzas y pa disimular decide llevarle unos Rs y unos Qs a su tío…
Nosotros mal pensados y tu un Santo Varón que, como dice Marcos, supongo que cambió de aseguradora a la first de cambio.
Abrazo a ambos dos y ya dejo de dar el txapón.
Ricardo cuando leí tu relato lo primero que me llegó «mu dentro» fue la mención al queso de mi pueblo Manzanares.
Tenía muchas ganas de decírtelo pero no podía comentar.
En cuanto al micro, las horas pueden pasar rápidas si estás distraído o eternas si se demora esa ayuda que no llega.
Pero «las penas con pan son menos y si añadimos queso manchego y vino…»
Tienes mucha razón. Mi tío Ramón tenía grandes caprichos que me vinieron bien en aquel momento de incertidumbre y paciencia.
Agradezco tu paso por este escrito, virtudes.(Y el buen queso de Manzanares, claro)
Menos mal que la espera con vino, queso y pan se hace más leve.Un abrazo
Eran tiempos de previsión. Se viajaba con más cuidado.
Muchas gracias.
Un vino de la tierra, hogaza de pan, queso, en medio de la nada, la luna, acurrucado en el coche, frío fuera, sueño … Solo falta la palabra flotar para que nos convenzas de que estabas en el vientre materno. Y que siempre has querido convertirte en agente de seguros.
La seguridad siempre fue una quimera. Hay que pagarla. Mi madre fue pobre siempre y, difícilmente me parió en esas circunstancias. El vino, pan y queso lo conseguimos en este mundo duro. Lo sabes muy bien cuando comemos y bebemos en esas tabernas de por ahí.
La R será Rioja, ¿verdad? Claro que no iba a ser Ron viendo lo carpetobetónico que te has mostrado en la elección de viandas. El extraño fenómeno es aquel del eclipse en la Mili,¿verdad? . ¿Ibas solo o con la parienta? Y si estabas cerca de Madrid, ¿por qué no me llamaste? Ya sabes lo que me gusta el queso. Aunque pensándolo con detenimiento das pistas de haber tenido la avería hacia la Carolina, pasado ya Despeñaperros, que es desde dónde es mas clara la luna y está pasado ya Manzanares, donde por ser Semana Santa aún no había melones que hubiesen completado con ese exquisito postré tu licántropos cena. ¿Qué te dijo el tío Ramón? ¿Fue comprensivo con la merma de tu regalo? Ricardo esto me gusta, circunstancias que sí las relatas aquí no se te olvidarán nunca.
Un abrazo
Joé, Redondo Lavíííínnnn, aprovechas cualquier ocasión para hacer una crónica histórica!!
Y qué llevaba Ricardo? Un ford fiesta? Ese estaba de supermoda. Cuenta, cuenta!!!
Abrazo.
Y de Despeñaperros nada… camino de Valencia iba ése. A la Ruta del Bacalaoooooooooooo, chunta, chunta, chunta!!
Ricardo, ya nos puedes perdonar… es que hace mucho calor y estamos (estoy) que desbarramos!!
Abrazo.
Pues para ir a Valencia, tampoco pasaría por Manzanares. Mira, Ricardo tiene muchos medios para obtener vino bueno, sea de dónde sea, mediante sus contactos en Bilbao. Pasa por Burgos para comprar el pan y lo que no aclara es en qué lugar se hizo con el queso de Manzanares.
Ya, pero… ¿qué coche llevaba? Tengo curiosidad. Vamos a dejarle que nos conteste él, que se va a enfadar conmigo y tampoco es plan.
Por cierto, tengo que comentar tu crónica de la «travesía marítima», pero dame tiempo.
Abrazo.
Por lo que veo debo contestar a todo vuestro diálogo a la vez.
Matizo:
En primer lugar el R. es el mejor vino de año de todas las Riojas y mi tío lo supo. http://www.remirezdeganuza.com/ Esta bodega invita a presenciar como se vendimian sus uvas. Echad un vistazo al enlace.
Iba muy solo. De no ser así, el relato abría sido otro.
No eran horas para molestar a nadie y menos a un amigo para contemplar la luna. El queso, aunque de Manzanares, lo compré en Atalaya del Cañavate. Para pocos bacalaoooooos andaba yo. La familia era suficiente motivo. Aunque hubiera que agasajarla de estos modos. No echaron en falta la merma. Llegué sin ganas de desayunar.
En segundo lugar: El coche era un Fiat Uno (cero lo llamaba yo) No os confirmo la matrícula que puede que haya multas pendientes.
Un placer esta tertulia por algo tan simple como ese escrito.
abrazos.
No se qué coche llevaba pero seguro que era matrícula de Bilbao y ahora que lo pienso la luna era la «LUNA DXE VALENCIA»´. Bueno ya vale, yo por ahora me callo y le digo a Ricardo : «Parlé vosté» y Aurora, «Callé vosté».
Abro otra vez este diálogo para matizar que el relato «habría sido otro» abierto o no.
Me ha encantado como sin tensionar ninguna situación has construido un relato tan y tan bueno. Me ha atrapado fácil y me ha llevado hasta ese coche y esos pensamientos. No puedo por menos que felicitarte por este excelente trabajo. Mucha suerte 🙂
Juan Antonio siempre me complacen tus comentarios.
Un abrazo.
Gracias Ana. Es lo que pretendía.
Ricardo,nos haces partícipes una vez más de esa autopista misteriosa en la que te ocurre de todo.No recuerdo el relato en la que algo te pasó, también. De ahora en adelante, junto al triángulo y el botiquín de rigor, voy a añadir un Rioja Erre, un queso y una hogaza. Y me va a dar igual que pinche, fíjate.Besos! Muy original tu propuesta,esa mezcla de romanticismo costumbrista ( el anteúltimo párrafo es digno de Sancho Panza, me encanta)
Desde mi retiro en esta comunidad infinita y en un lapsus informático debo darte las gracias por tu, nuevamente, amable comentario.
Eres un cielo aun con con luna nueva.
Un beso.
La próxima vez que te vea, te invito a un R. 🙂 por majetón
Yo pago el jamón.
Que sea pronto, XD!! 🙂