23. LA MALETA (Salvador Esteve)
La moza, de mirada siempre cabizbaja, acabó de limpiar los hierbajos de la huerta y aviar el ganado; sería la última vez.
Abrió la vieja maleta y, lentamente, la fue llenando de pedazos de vida, de fragmentos de su envejecida alma.
Un visillo bordado por su abuela; un ajuar de cariño que nunca terminó.
Una muñeca de rostro triste.
Un libro, que algún día se juró podría leer.
Una cuerda deshilachada, rota por el peso de una huida hacia la muerte.
Una faca. ¡Nadie! ¡Nunca más…!
Un marco de foto, sin foto.
El fuego empezaba a devorar los pilares de madera de la vieja casa y el humo arropaba con indiferencia los tres cuerpos que yacían muertos, su padre y sus dos hermanos. El vino había adormecido sus mentes, la Amanita phalloides sentenció sus pecados, expió sus almas. La madre, testigo mudo, levantó su mano temblorosa pidiendo ayuda, implorando perdón. Pero su corazón ya no albergaba sentimientos, huyeron a lomos del miedo.
Empezó a caminar sin volver la cabeza, el camino pedregoso hería sus pies. Aferró con fuerza la maleta y con decisión levantó la mirada; sus ojos eran verdes.
Qué texto más hermoso y tristemente lírico nos dejas, Salvador. Tiene mérito echarse a caminar con semejante carga en pos de una esperanza y sin obviar las obligaciones mundanas marcadas por su sino. Tal vez lo que queda atrás la persiga, inclemente, o tal vez pueda eludir las consecuencias de sus actos. Yo la absuelvo. Enhorabuena . Suerte y saludos.
La carga del remordimiento siempre subyacerá en su mente, pero merecía una oportunidad de libertad, de ser feliz. Muchas gracias, Jesús, por tus palabras. Abrazos y suerte también para ti.
La tierra es fuente de vida, pero igual que el mar, también tiene peligros latentes en su interior, que han dejado a esta mujer sola, sin ilusiones. Sólo le queda huir, con una maleta que describe muy bien sus circunstancias, entre la poesía y el drama, desde una cuerda que no quiso terminar con ella como buscaba, a un marco de foto vacío, como se ha quedado su corazón. Una combinación acertada de drama, tristeza y ternura.
Un abrazo y suerte, Salvador
Drama, tristeza y ternura, tres palabras que, sin duda, sustentan el relato y que es precisamente lo que he intentado transmitir. Muchas gracias, Ángel, por tu siempre acertado y generoso comentario. Abrazos y mucha suerte para ti también.
Drama sentenciador narrado con mucha fuerza y con la poesía por bandera. Desde el párrafo que abre el micro: “sería la última vez”, pasando por el llenar la vieja maleta con fragmentos de su envejecida alma, la casa que deja atrás ardiendo donde yacen muerto su padre y sus hermanos, todo produce desasosiego. Hasta la última frase donde surge la esperanza: “aferró con fuerza la maleta y con decisión levantó la mirada; sus ojos eran verdes”.
Precioso, Salvador, me ha encantado. Te deseo suerte.
Muchas gracias por tus halagadoras palabras, José Luis. Un drama de vida que solo la muerte puede cambiar. Abrazos y suerte también para ti.
Hola, Salvador.
Qué técnica tan guapísima es esa de contar una historia a través de los objetos. Desde la maleta al marco de foto. Crean tensión dramática y atrapan al lector, como a mí me ha sucedido, para no soltarlo ya hasta el final; un final muy hermoso: ojos verdes como presuntamente el paisaje que abandona —la protagonista— con determinación, pero también bajo un halo de esperanza. El relato cuenta un drama con la alianza, que lo suaviza, de la poesía, la madre de la literatura. El texto me gusta. Un abrazo fuerte.
Pretendía que cada objeto de la maleta retratara un aspecto emocional de la protagonista: el cariño tristemente perdido, la falta de una niñez, una huida sin retorno y el coraje camino hacia una nueva vida. Muchas gracias por tus palabras, Martín. Abrazos.
Como ya te han dicho, Salvador, solo la prosa poética que tan bien utilizas matiza ese drama en un relato tan duro, y lo matiza además de tal forma que hace que veamos desde los ojos, vacíos pero verdes, de su protagonista. ¿Quién puede juzgar desde ese marco de foto vacío que nos presentas?
Muy buen micro. Un saludo.
Se podría enjuiciar, indudablemente, bajo el punto de vista de la ley, pero tienes razón, no somos nadie para juzgarla, tendríamos que estar en su piel para comprender la historia en toda su magnitud. Muchas gracias por tu comentario, Manoli. Abrazos.
¡Qué carácter el de esta mujer!. Piensa forjarse el futuro a costa de un presente sudoroso y anodino, que devora en llamas.
El drama campesino elevado a la máxima potencia, con imágenes de impacto cinematográfico.
Has creado todo un personaje, Salvador.
Saludos afectuosos
Un personaje al que le aguarda una dura vida, pero por primera vez como dueña de su destino y libre. Muchas gracias, María Jesús por tus palabras. Abrazos.
Salvador, no solo la poesía de este texto desgarrado, me ha impactado. También el uso de frases cortas, que van marcando un ritmo pausado y pormenorizado en cada detalle, en la enumeración de recuerdos llevados en la maleta, cada cual más importante. Me ha encantado.
Felicidades y un abrazo.
María José
Cierto, pensé en frases cortas y separadas unas de otras, cual enumeración, como tu bien dices, para dar más protagonismo y énfasis a los objetos que describen su triste existencia y marcarán para siempre su vida. Muchas gracias, María José, por tus generosas palabras. Abrazos.
Hola, Salvador.
Un texto cargado de imágenes. Son como flashes que aparecen al leer el texto y cerrar los ojos. Esta moza debe de haber sufrido mucho por parte de esa familia con la que quiere acabar. Toma una decisión tremenda: envenenar y prenderles fuego. La madre, a mí me da la impresión, que es de las que ha mirado siempre hacia otro lado en lugar de enfrentarse y no permitir el daño.
¡Qué garra tiene el micro, Salva!
Un abrazo muy grande y mucha suerte.
Así es, una tremenda decisión tomada por un acto de supervivencia. Tienes razón respecto a la madre, fue una observadora pasiva del dolor de su hija, una cómplice necesaria que aportaba una repulsiva inacción. Muchas gracias por tus palabras, Towanda. Abrazos y suerte también para tí.
A veces sólo la muerte, y no la propia, permite escapar de un destino que se nos ha caído encima.
El problema está solucionado en parte, Ahora tendrá que atender la visita de los remordimientos.
Un relato muy intenso, Salvador. Enhorabuena.
Un abrazo.
La muerte propia fue la primera opción, pero el destino quiso que el camino fuera otro. Los remordimientos, ciertamente, son una carga con la que tiene que convivir, pero el recuerdo de su tremendo pasado será un bálsamo para su conciencia. Muchas gracias, Antonio, por tu amable comentario. Abrazos.
Fascinante, Salvador. Esos objetos que todo lo cuentan, esa mirada cabizbaja, esos ojos verdes (ollos verdes son traidores…que dice la canción).Una imagen poderosa, trágica y perfectamente dibujada. Enhorabuena y suerte.
Una mirada carente de orgullo que solo un nuevo renacer puede cambiar. Muchas gracias, Eva, por tus palabras. Abrazos y suerte también para ti.
Una historia brutal, narrada con una contundencia que corta la respiración. Magnífico relato, Salvador, mi más sincera enhorabuena. Un beso.
Sí, una historia brutal donde los depredadores son ajusticiados como única salida a una nueva vida. Muchas gracias, Inma, por tus amables palabras. Abrazos.
Dentro de una maleta y en menos de 200 palabras, has originado un magnífico relato con sabor dramático pero con la esperanza de unos ojos libres.
Muy bueno. Suerte y un abrazo, amigo Salva.
Una maleta compañera de camino que siempre le recordará su pasado, pero que sin duda será un punto de inflexión en su vida. Muchas gracias, Isidro, por pasarte y por tu comentario. Abrazos y suerte para ti también.
Tan dura es a veces la vida que hace de piedra los corazones, capaces de hacer de todo y enloquecer sus mentes. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Un acto de locura que libera su vida en busca de un nuevo renacer. Muchas gracias, Nani, por tu visita y comentario. Abrazos y suerte también para ti.
Con tan solo esa Amanita phalloides, ya me conquistarías. Todo lo demás, es valor añadido.
Esa coma después de «demás» sobra. Me emocioné con la preciosa seta, es mi debilidad. 🙂
Jajaja, Edita, me apunto un nuevo recurso narrativo: la micología. Muchas gracias por tu visita. Abrazos.
Un acto terrorífico, sin duda, pero ponderado al sufrimiento del cuerpo y espíritu de la protagonista desde su nacimiento. Muchas gracias, Juan, por tus palabras. Me alegro que te haya gustado. Abrazos.
Una sirvienta para todo tipo de necesidades. Duro desenlace, pero cuando una persona es tratada como una esclava su libertad requiere un acto drástico en defensa de su espíritu. Muchas gracias por tu comentario, Ana. Abrazos.
Un moza de envejecida alma… qué contraste.
El texto, rebosante de imágenes preciosas aunque muy duras… ya nos avisan de la vida que ha tenido esta mujer, desde siempre.
Una maravilla de relato. Una oda a la tristeza.
Mi enhorabuena, porque me ha gustado mucho.
Un abrazo, Salvador.
Una vida dura y triste que el fuego devora para dar paso a la esperanza. Muchas gracias por tus amables y gratificantes palabras, Rosy. Abrazos.
M. Salvador, cuentas muy bien una situacion limite llevada al extremo. Suerte y saludos
Una situación límite que solo una acción contundente puede cambiar. Muchas gracias por tu comentario, Calamanda. Abrazos.
Uff, vaya carnicería. Por lo que echa en la maleta la historia queda clara, salvo lo que la cuerda deshilachada, que no capto. Los relatos que hagan pensar al lector, sin agobiarlo, me gustan. Suerte.
Cierto, una carnicería física y emocional, un golpe de timón hacia una nueva y esperanzada vida. Su primera opción de escape fue quitarse la vida, pero la cuerda vieja, y ahora deshilachada, no aguantó el peso y se rompió, obligándole a tomar otra salida en la que la muerte también está presente. Muchas gracias, Ximens, por tu comentario. Abrazos y suerte tambien par ti.
Un lírico relato inventario de las tristes vivencias de una moza de mirar esperanzador.
Abrazos ensartados con suerte.
Su mirada cabizbaja ocultaba, como tú bien dices, unos ojos anhelantes de esperanza. Muchas gracias por tu comentario. Abrazos y suerte para ti también.
En que poquitas palabras has contado una historia en la que lo que no dices, dice mucho. Eso es saber narrar. Fuerza, poesía, sentimientos y emociones muy soterrrados, pero muy vivos, y una mezcla de violencia, de ternura y un final poético. Total, que se recorre mucho camino leyendo esta historia.
Espero que se te valore mucho y tengas suerte.
Abrazos.
Muchas gracias, Antonia, por tu visita y halagadoras palabras. Abrazos y suerte también para ti.