15. La partitura de Pau
Leticia y yo seguimos sentados en nuestro Corvette, rígidos como dos maniquíes. Varados en el arcén. Las luces de emergencia parpadean en nuestras esquinas y algunos coches nos envuelven con sus gritos. Sonido de claxon en pasado, presente y futuro: la partitura del efecto Doppler. El sonido podría ser un participio, pero se comporta como un violento tictac si no tienes nada más que decir. Es agudo cuando está llegando, el gozne de la puerta de una casa que se abre por primera vez. Todo por llenar de muebles.
La voz de un niño también es aguda.
La de Pau lo era.
Los coches nos sobrepasan rápidamente en esta carretera nacional. Inventan estelas de colores. Nos muestran el sentido del ruido, horizontal y más grave según se aleja. Pasa de largo una ambulancia que nos trae el recuerdo de aquella otra sirena atronadora. Leticia me aseguró que superaríamos lo de Pau y me lo creí. Los dos nos lo creímos hasta que el camino asfaltado se nos ha acabado de golpe. El kilómetro 63 nos ha sorprendido justo aquí, constatando el puto efecto Doppler, en silencio, porque nunca he visto un maniquí que hable ni llore por su hijo.
Esta vez no voy a entrar en muchos detalles, por temor a no interpretar de la forma correcta. Solo darte las gracias porque acabo de aprender (Google dixit) qué es el efecto Dopler, en esta historia con la pérdida de un hijo como elemento central, difícil de sobrellevar, con silencios dolorosos, rayanos en el puro vacío, un trayecto detenido y una riqueza de matices que invitan a introducirse en esas líneas una y otra vez, con la seguridad de que siempre surgirán detalles nuevos.
Otro relato tan personal como interesante,
Un abrazo, Asier. Suerte
¿Se te ha terminado el camino asfaltado de ENTC?? ??????
Muchas gracias, Ángel, Paloma, por pasaros. El efecto Doppler a veces aturde, o al menos me lo parece. Seguiremos haciendo kilómetros entecianos a base de relatos, que la causa lo merece. Un beso grande.
Trepidante, no puedes dejar de leerlo. Enhorabuena Asier.
Relatos que nos muestran el sentido horizontal del ruido. Muy fan, Asier.
Muchas gracias por los comentarios, Bea, Arantza. Dos besos con efecto Doppler que os van 🙂