37. La paz de las trincheras
La trinchera impone su larga noche, haciéndome pisotear cuerpos, fusiles y cananas; una monstruosa alfombra de sarga verde.
Siguen explotando granadas sobre mis compañeros de pelotón, refugiados hace rato en la muerte, e imagino a sus padres aseverando que el ejército les haría hombres.
Bajo el torso del cabo Molina, a diez pasos de su abdomen, localizo la radio. Funciona, pero suena arenosa, sincopada. Reproduce el mismo mensaje en un bucle infinito que ordena la rendición. Indolente letanía con ínfulas de réquiem.
Comienzo a desnudarme rápido, como cuando hervía en deseo. Me arranco casaca y camisa. Fabrico una bandera amarrando la camiseta al fusil y lo alzo por la culata.
La prenda, sudada, pesa. Le cuesta ondear. Medio encaramado, agito el mensaje visual atravesando la densa humareda. Escucho un alto el fuego entre detonaciones lejanas, espaciadas.
Entonces percibo de golpe esa luz, la antesala de la paz.
Es un parpadeo eterno, un fogonazo inesperado, una pedrada sobre mi pecho desnudo, un soplo helado que quema con su pregunta sin respuesta.
La luz es blanca, cegadora. Como un mediodía salino, tumbado boca arriba.
El proyector de diapositivas deslumbrándome.
La pantalla del cine Apolo refulgiendo.
La noche deshojada bajo un lienzo blanco.
Qué bien escrito está. Me ha gustado mucho y el cierre del final, redondo.
Muchísimas gracias, Yolanda!! Celebro que te guste. Ha sido como un pequeño bonsai… blanco. Gracias! Un beso
Muchísimas gracias, Yolanda!! Celebro que te guste. Ha sido como un pequeño bonsai… blanco. Gracias! Un beso
Estremecedor, puedo sentir el frío de ese blanco.
El blanco es un color de inocencia, de pulcritud, de paz… pero hay muchos tipos de paz. La paz que se desea, la antítesis de la guerra, y la paz que no se desea… la paz de la que no se vuelve. El blanco más negro que existe.
Gracias mil por pasarte, Pilar!! Besos
Hola, Salvador. Has logrado introducirnos en la oscuridad de contienda, para acabar devolviéndonos la preciada paz. Espléndida narración.
Un saludo.
Muchas gracias, amigo! Quizá por quere hablar sin contarlo todo y por querer narrar evitando la línea recta, no queda del todo claro, que esa luz final, esa paz definitiva que llega a este soldado en la trinchera, no es otra que la muerte…
Celebro de todas formas que te guste la narración!!
Abrazo fuert!
La expresión «en paz descanse» es sabia y completa, acuñada por quien conoce que la zozobra solo terminará cuando todo acabe. Somos seres inquietos en busca de una serenidad inalcanzable, atrapados en una lucha constante hacia ninguna parte, inconsciente la mayor parte del tiempo, que dura tanto como la vida. No hay criatura más cruel que el hombre cuando se lo propone, ni una desesperada bandera blanca le mueve a la compasión. «¡Sin prisioneros!» debió de ser la última orden que alguien sin escrúpulos profirió y otros ejecutaron sin rechistar, sin pensar en las familias de esos pobres muchachos, convertidos en carne de cañón.
Un relato muy intenso, que nos pone en la piel de un superviviente que agota la última posibilidad de aferrarse a la vida, en aras a una compasión que no llega. Una explosión apenas dura un segundo, pero es muy posible que genere muchas imágenes, como las que tan bien has dibujado.
Un relato de esos que quisiera haber escrito.
Un abrazo y suerte, Salva
Muchísimas gracias, Ángel!
Feliz de recibirte en mi trinchera, en la que sé que eres aliado. Tus lecturas y comentarios enriquecen tanto lo escrito que dan ganas de reescribirlos con una extensión más larga…
Y siempre aciertas al knterpretar. Es un regalo tu aportación, amigo.
Abrazo fuerte!
Una prosa cuidadísima y una salva de imágenes finales bellas y rotundas, que hieren también al lector.
Magnífica propuesta, Salvador.
Suerte y un beso.
Ay, Carmen, cómo me gusta eso de la «salva» de imágenes… por el juego de palabras obvio… jeje
Las imágenes finales son lo que son… los créditos finales antes de el THE END.
Gracias mil por tu clmentario!
Besos!
Esa cascada de imágenes al final retrata muy bien la única paz que puede traer una guerra. Buen relato, Salva. Besos y suerte.
Gracias, Ana! Gracias por leerme y por leerme tan bien, sabiendo comprender todo lo que no digo…
Besos!!!
¡Qué bien escribes amigo…! Poco más que añadir a los comentarios anteriores. Genial.
Saludos y suerte.
Muchísimas gracias, Nuria!
Nos encanta escribir y nos encanta gustar… cuando gusta lo que escribimos es como si subieran la retroiluminación a la pantalla del mundo…
Algo así!
Gracias mil
Poco tengo que comentar, ya te han dicho, para mi el final ha sido estupendo. Un bico.
Hola, Maite! Muchísimas gracias de corazón por pasarte y comentar… El final no merecía menos porque es… el final.
Besos!!