82. La pintora y el barbero (Rosy Val)
Hoy se levanta excitada, con deseos de pintar un cuadro. Se despereza asomada a la ventana y milagrosamente lo ve entrar. Presurosa baja y cuelga el cartel de “cerrado” en la puerta.
Sube a su cuarto emocionada, se quita la ropa interior, se ciñe un vestido y unas sandalias rojas. Antes de salir admira en las paredes sus retratos, ¡son su única pasión! Acaricia el último; lo pintó apenas hace un mes. Le gusta la fuerza que imprime su color favorito, un toque de vida casi real, a sus protagonistas.
Armada de pinceles, paleta y lienzo, se sienta frente al espejo. Clava sus ojos en el atractivo y desconocido joven. Cruza las piernas, con un impúdico movimiento las separa, despaciosamente las vuelve a cruzar. Él la mira nervioso y traga saliva. Su marido, celoso y herido en su agravio, al que no se le escapa uno, no tarda en deslizar la tajante navaja…
Eufórica y rauda, va a por la palangana; aguarda inspirada a que la glutinosa y caliente pintura del modelo, cuaje…
Hola, Rosy.
Cuántos detalles y qué precisos para pintarnos a una pareja que se las trae.
Ella, seductora a lo Sharon Stone.
Él, un ejecutor de los deseos de ella.
Y la víctima que lo único que tiene tiempo de hacer es tragar saliva.
Una pareja de monstruos que podrían ser protagonistas de cualquier película de terror.
El final es hasta poético: «la glutinosa y caliente pintura del modelo cuaje…»
Felicidades, amiga. El micro te ha quedado redondito, redondito.
Un beso muy grande y mucha suerte para tu historia.
Gracias Towanda, las piernas a lo Sharon, que dan mucho juego.
Me ha gustado mucho cómo has desgranado mi micro.
Un besote, guapa.
Un espectacular final, para un relato aparentemente cotidiano.
Muy bueno.
Saludos
Hola, Maria Jesús, agradezco tu lectura.
Un abrazo.
En la primera lectura he sido incapaz de imaginar la escena que se narra, no entiendo nada. La puntuación también me despista. Es un relato a descifrar, interpreto que es la pintora es la mujer del barbero, que observa cómo un joven entra en la barbería, cierran la puerta y ella, sugestiva, excita al joven mientras su marido le rebana el cuello. Jo, que difícil lo has hecho.
Hola, XImens, al final veo que has entendido el micro, tus palabras así me lo demuestran. Siento esos quebraderos de cabeza que casi siempre te producen mis trabajos… 😉
Gracias por tus apuntes y que por supuesto, tomo nota de ellos.
Un abrazo.
Muy buenas descripciones, Rosy, y con un final sorprendente. Tengo que tener mucho cuidado con las pintoras si quiero tener el cuello intacto. Un abrazo, Sotirios.
Sí y desconfía si vas a la barbería y cierran después de que entres… muchas gracias por tu visita.
Un abrazo.
Buen relato. Una pareja que se las trae. La sangre que desde tiempos remotos se usa como pintura.
Un abrazo.
Hola, María, leí hace tiempo que un artista neoyorkino usaba su sangre para pintar sus cuadros, me acordé y de esta noticia y quise aprovecharlo para esta pareja de monstruos. Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Vaya pareja de monstruos, casados y bien avenidos, para desgracia del joven. Buena idea la de pintar su pasión hacia los cuadros con el rojo sangre.
Una frase final de lo más poética.
Un beso Rosy, suerte linda.
Hola, Mª Belén, una peculiar pareja, estos no se separan no, están hechos el uno para el otro.
Gracias por tu comentario.
Un besazo.
Buen micro. Menuda parejita, como para ir al barbero…
Saludos
Blanca, yo me estoy planteando, tener cuidado cuando vaya a la pelu… 😉
Gracias y un abrazo
Una pintora y un barbero, tomados individualmente, tal como aparecen en el título, sugieren una actividad de lo más inocente, pero aliados en el mal ya es otra cosa, navaja y sensualidad pueden formar una combinación explosiva. Siempre podrán argumentar que de alguna forma tenían que conseguir materia prima para esos cuadros, pero me parece que no les serviría de mucho en un juicio. Si hubieras titulado «La barbería de infierno», nos habrías preparado el cuerpo para el desenlace, pero entonces habría perdido buena parte de su interés, pues su mérito reside en que la pareja va desvelándose poco a poco, primero como bien avenida, y segundo como implacable. Bonnie & Clyde a su lado parecen hermanitas de la caridad.
Un abrazo, Rosy. Suerte
Un buen título el que sugieres, pero como tú dices, el mío dice menos y así te llevas, creo, más sorpresa con los protagonistas.
Gracias por regalarme este excelente comentario.
Un abrazo.
Siempre me dieron pánico las navajas de barbero. Y en este relato se veía que el final de la joven víctima pendería de ese filo tajante.
Muy bueno. Suerte.
Ton.
A qué barbero, sin tener una malvada esposa, no se le ha escapado la navaja alguna vez… 😉
Gracias Ton.
Un abrazo
¡Vaya Rosy, qué historia! Mi comentario puede resultar macabro, pero me atraen los cuentos, novelas, películas, etc., en las que, para el protagonista, el asesinato es un arte. Este es un relato al estilo de “Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet” y “El perfume”. A mí me ha gustado, muy bueno. ¡Suerte!
Saludos.
El cine gore, los de asesinatos en serie etc, tienen su público. Sobre gustos no hay nada escrito Beto.
Un placer que me comentes.
Gracias
Un abrazo
Me han gustado mucho las imágenes tan reales y que consigues que parezcan naturales, de puro sutiles. Me encantó.
Pues cuánto me alegro Esther.
Un abrazo y gracias por tus palabras.
Rosy, tengo dos cosas claras, que el relato me ha encantado y que esta pareja no tiene clientela fija, jajaja. Abrazos.
Sí, en eso has acertado Salvador, tendrán clientela fija, siempre y cuando a ella no se le levanta la libido, o lo que es lo mismo, no desee pintar, o que no tenga ganas de incitar a su marido para que asesine…
Gracias enormes por acercarte hasta mi micro.
Un abrazo.
Vas construyendo detalle tras detalle y además le vas dando sentido en un todo que con ese giro final conectas a la perfección con la consigna. Me ha gustado mucho. El relato me iba empujando a querer saber más. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂
Bonitas palabras Juan Antonio y que yo te agradezco no sabes cuánto.
Un beso.
Rosy, su buen ritmo nos despierta el interes por conocer mas detalles. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, me alegra que pienses así de mi micro.
Un abrazo.
Siempre me han dado miedo esos barberos con las navajas erectas en la mano, pero me encantan los instintos básicos :)P y, si no, que se lo pregunten a mi monstruito jajaja
De tu «monstruito» no nos olvidaremos tan facilmente…. y de que pareces andaluz, tampoco, jajaja
Un besazo y gracias, Lorenzo, por acercarte a mis palabras.
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