07. LA REBELIÓN DE LAS SOMBRAS
Desde siempre he sabido lo que hacían. Decía a todos que mantuvieran las luces encendidas, que no se descubrieran sombras. Se reían de mí.
Las veía arrastrarse separándose de los objetos a los que debían su existencia. Provocaban escenas trágicas que nadie podía explicar entre gritos de desesperación. A mí me dejaban en paz.
Me enviaron al terapeuta para sanar mi fobia. Entré al despacho del galeno. Le pedí como a todos que encendiera todas las luces. Se rio con desprecio afirmando socarrón que en un par de sesiones estaría curado.
Dejó únicamente alumbrando la lámpara de pie detrás de su sofá. Proyectaba una larga sombra, su sombra. Tal como había presenciado mil veces, mientras el psiquiatra me desgranaba su erudita perorata, la sombra se separó de él.
Lo observó con detenimiento y comenzó a ascender por sus zapatos, pantorrillas, rodillas, muslos, vientre, pecho. Cuando llegó a su garganta presionó con deleite. El susodicho fue consciente en ese momento del horror y quiso gritar. Demasiado tarde. Ahí se quedó aterrorizado, asfixiado.
Salí de la consulta encogiéndome de hombros. La sombra me observó tranquila remoloneando satisfecha en el sofá.
Debe de ser angustioso ser testigo único de una amenaza y que nadie más lo vea y crea. Hasta que tu protagonista llegó a la consulta del terapeuta parecía poseído por algo semejante. Sin embargo, al salir, queda la duda de si sus temores eran ciertos, o si él mismo, llevado por su obsesión, cometió un acto terrible. Parece más plausible lo segundo, pero eso queda a juicio del lector.
Un relato inquietante y una fobia nada inocua, con consecuencias.
Un abrazo y suerte, Pablo
Me encanta la escena del psiquiatra, es Hitchcock total. Y, como Ángel, me queda la duda de si los miedos del protagonistas son reales y tangibles, o es un poco Norman Bates.
Un abrazo y suerte.
Muy buen relato, inquietante, que deja más dudas que certezas. ¿Fobia realmente o solo era fobia a la vista de los demás? Vale para una peli de terror.
Da para un guion de película de Àlex De la Iglesia por lo menos. Este hombre no tenia una fobia, tenía una”chorra”, porque se escapaba de todas.
Muy visual y opino también que es muy cinematográfico.
Un saludo
Cuando los demás creen que tienes una fobia pero tú saber que es todo muy real. Da miedo pensarlo.Me gusta esa vuelta que le has dado al tema.
Suerte y abrazos.