39. La última estación
El bosque aguardaba a que pasara el verano. Por fin volverían las lluvias y el olor a tierra húmeda lo inundaría todo. Pero pasaron los meses y el otoño no llegó, tampoco el invierno ni la primavera. Ya no hubo flores, ni abejas, ni pájaros en sus ramas.
Aunque, poco a poco, los árboles se fueron acostumbrando a ese calor extremo, también a que no hubiera hachas ni incendios.
Una distopía total en pocas palabras, un apocalipsis consumado. La última estación es un planeta sin estaciones, sin nada, o casi. Los hombres, responsables principales de ese radical cambio climático, arrastran en su perdición a otros muchos seres vivos, por suerte, a los árboles no.
Un abrazo y suerte, José Luis
Javier, me ha encantado.
Tan real como escalofriante, ¡genial!
Abrazo
Muchas gracias Ángel por tu siempre acertado comentario.
Un fuerte abrazo
Mil gracias Aurora, me alegra ser tu telonero en esta ronda.
Un fuerte abrazo