128. La última lectura (Nicoleta Ionescu)
Emma encontró en el paquete un libro que no había ordenado, titulado El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, de un tal Cervantes Saavedra.
Primeramente quiso devolverlo, pero, hojeando el tomo, la atrajo el gusto del pobre Alonso Quixano por las hazañas de los caballeros andantes y de las damas de sus almas. Le parecía muy romántico. El hidalgo se convertía en Don Quijote y se enamoraba de Dulcineea, que no era más que una torpe y fea labradora…
Sin duda, este libro le pareció familiar, como si el autor lo hubiese escrito especialmente para ella. Por entre las líneas descifraba sentidos ocultos y detrás de su sonrisa empezaron a brotar lágrimas.
En el escritorio la esperaban las cartas de Rodolphe, Léon y Justin. De repente, los vió a los tres exactamente como eran en realidad: torpes y mezquinos, despojados de sus auras; simplemente hombres. La imagen era insoportable. Ya no podía continuar así.
Abrió lentamente el pequeño cajón donde guardaba el frasquito verde. Lo destapó y lo acercó a sus temblorosos labios.
Desde la cubierta del libro, Cervantes guiñaba el ojo, susurrando malicioso: «Madame Bovary, c’est moi.«
Nicoleta : Siempre sigo tus relatos,tienen un especial encanto y originalidad .
En este de hoy, has unido las dos cosas. ese final es de antología.
Mucha suerte.
Gracias, María. Emma Bovary vive en la ilusión, tal como Quijote, pero hay una enorme diferencia entre los dos: madame Bovary es una víctima, no percibe la frontera entre lo libresco y la realidad, mientras Quijote elije conscientemente su camino, para ennoblecer su existencia. Pero me ha gustado jugar con esos personajes.
Un abrazo.
Exquisito trato el que le has dado al Quijote para construir tu historia. Me ha gustado mucho. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio. El tema de este mes fue un verdadero reto. Un abrazo.
Nicoleta, interesante visión del quijotes romántico de la incurable Emma. Me has cautivado con tu librero relato, algo que me puede, sencillamente. Suerte para este magnífico micro.
Nicoleta, interesante visión del quijotismo romántico de la incurable Emma. Me has cautivado con tu libresco relato, algo que me puede, sencillamente. Suerte para este magnífico micro.
Gracias, Eduardo, por tu comentario. Los dos autores, Cervantes y Flaubert, tienen un punto de partida libresco, así que me pareció interesante escribir un micro libresco, sobre unos personajes librescos, en una visión libresca… ja,ja.
Un abrazo.
Muy original y con un final impresionante. Suerte. Un beso
Gracias, Concha, me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
Dos autores universales y aparentemente sin conexión, y sin embargo la tienen y mucho. Gran idea unirlos.
Felicidades.
Gracias, Asun, reinventar a los clásicos puede ser divertido. Un abrazo.
Vaya malicia tiene Cide Hamete Benengeli, no conocía esa faceta suya. Suerte, Nicoleta.