32. LA VIDA ES UNA MENTIRA
Mi madre me dijo que no dijera mentiras, acto seguido me dijo que si me tragaba el chicle se me pegaría a las tripas.
Mi padre me dijo que si me masturbaba mucho me quedaría ciego y mis amigos decían que si besabas a una chica se quedaba embarazada.
Mi novia me dijo que el problema no era yo que era ella.
Mi mujer me dijo que se iba a cenar con su amiga Pili. Esa misma noche vi a Pili paseando al perro.
Le he dicho a mi madre que en la residencia se sentirá menos sola y a mis hijos que papá y mamá se siguen queriendo aunque vivan separados. Después les he recordado que no deben decir mentiras.
Las mentiras, autoengaños, o como queramoa denoninarlas, forman parte de la trayectoria vital de cualquier ser humano, están en nuestra naturaleza, las necesitamos para justificarnos, para no aufrir, para hacer más leve lo abrupto. La relación de las patrañas cotidianas de tu protagonista son un buen compendio de todo lo que puede darse que, de haber sido más extenso el número de palabraa, bien podría haberse agrandado incluso más
Un relato sencillo en apariencia, profundo en el fondo e inapelable.
Un saludo y suerte, Estrella
Tal cual. Creo que no te has dejado ni una. Muy bueno el cierre final.
Un abrazo, Estrella.
Justo eso: la vida es una mentira. Y pura contradicción también.
Cuánta razón, Estrella, vivimos rodeados de mentiras sin darnos cuenta. O al menos sin querer aceptarlo.
un abrazo y suerte.
Somos una mentira con patas, así de claro se ha visto en tu micro. Los lugares comunes de la mentira a lo largo de una vida.
,Clarito, clarito.