86. La vitrina
Sentada en aquella silla, contemplaba esa vitrina, toda acristalada, pero vacía de contenido. Solo ocupada por una medalla dorada, que al mirarla resplandecía. «Mi medalla de oro».
Desde muy joven practiqué natación, aquel año me preparaba para participar en los Juegos Olímpicos. Entrenando tuve la mala suerte que al lanzarme desde el trampolín, noté que algo se desprendía de mi espalda.
Durante dos años estuve encamada en aquel hospital, ese tiempo se me hizo infinito, quise morir, no tenía consuelo. Ni psicologos, ni las personas queridas me animaban.
Completamente deprimida, llegué a mi hogar, mis piernas eran una gran silla de ruedas. Tuvimos que cambiar el orden de todo el mobiliario e incluso adaptar las puertas.
¿Saben que existen también Juegos Olímpicos para minusválidos? (Paralímpicos). Allí conseguí mi medalla.
En estos de Rio 2016, vuelvo a competir y traeré otra medalla para mi vitrina. «Compito por la vida».
Lo importante es no rendirse ante la adversidad y ser fuerte tomar la decisión de seguir adelante aunque cueste al principio. Con la ayuda de familiares y amigos que nos aprecian o, como en este caso, con la ilusión de participar y, si se puede, colgarse una medalla, puede alcanzarse. Suerte y un saludo.
Un canto a la superación personal, emocionante.
Saludos y suerte, Juana
Juana Isabel, hablas de otra realidad, y de esfuerzo y superacion, con sencillez. Suerte y saludos
Es un relato sencillo, gracias a todos por captar ese fondo que es la lucha por la superación, segun sean los momentos o motivos de tu vida.