83. LA VOZ INTERIOR (Carmen Cano)
Vivió su infancia con una herida, la ausencia del hermano mayor que murió tres meses antes de nacer él. Su sentimiento de culpa lo llevó al hermetismo. Con pocos amigos, su refugio fue la lectura y la escritura de un diario. «Querido Julio… », le iba contando a su hermano las vicisitudes cotidianas y las zozobras de su ánimo.
Ahora publica novelas y ensayos de éxito. Lo mejor es que, cuando se sienta a escribir, es Julio quien se los dicta.
Dos hermanos que, de haber coincidido en el tiempo, habrían sido uña y carne. Esa coincidencia traspasa dimensiones y de alguna manera están conectados, aunque no puedan verse o tocarse. Algunos autores, especialmente prolíficos e imaginativos, tal vez guarden algún secreto sobre esa inspiración inagotable y única que no se atreven a contar, salvo en un relato como el tuyo.
Un abrazo y suerte, Carmen
Sería emocionante que existiera tal conexión entre hermanos y tal fuente de inspiración literaria.
Muchas gracias por tus palabras, Ángel. Un abrazo.
Con semejante nombre y profesión del protagonista, obvio que yo pensé en mi amado Cortázar… ¿Quién dice que su gran éxito y caudal literario no se debiera a una herida así, a una ausencia-presencia fraternal? Sea como sea, en este micro la ficción supera a la realidad…
Muy bueno, Carmen, me encantó.
Cariños,
Mariángeles
Qué bonito, Mariángeles. Nada menos que Cortázar convertido en ese Julio del relato.
Muchísimas gracias por tu comentario y besos.