48. LIGERA DE EQUIPAJE (Carmen Cano – Fuera de concurso)
La mujer que cada tarde dibuja frente al mar acumula caracolas y tristezas. Fija su mirada en el horizonte en espera del barco que le devuelva a su amado. Aunque sobrepasa la cincuentena, viste como la joven hermosa que alguna vez fue.
Ahora que ha muerto mamá está totalmente sola, pero el duelo le dura tan solo una semana, los siete días que tarda en descubrir las cartas cerradas de su antiguo novio. Llora hasta la última, en la que rompe su compromiso.
Con los ojos ya secos y bien abiertos, pone en venta la casa familiar, se corta el cabello a lo «garçon» y marcha a París, dispuesta a aprender de los artistas que la habitan y a coleccionar experiencias.
Madres que guardan secretos, y la liberación de un alma con una juventud robada, de una artista avalada. Me ha removido sentimientos. Muy bueno, Carmen. Un abrazo.
Una juventud robada y una madurez lúcida, aún a tiempo de una segunda oportunidad.
Muchas gracias por tus palabras, Pablo.
Un abrazo.
Una de las mayores ilusiones de tu protagonista, compartir la vida con el que iba a ser el amor de su vida, se ve truncada por las malas artes de su propia madre, que actuó movida por el egoísmo, tal vez a que su hija no la abandonara, requisando esas cartas que no le pertenecían, hasta que, cansado de no hallar respuesta, él dejó de escribir.
Nunca es tarde para empezar y siempre hay ilusiones. Esta mujer, artista por naturaleza, lo sabe bien, por eso lo abandona todo y va en busca de nuevas ilusiones.
Un relato tan bien contado como triste y esperanzador a la vez, resulta admirable la capacidad de reponerse de este personaje, todo un ejemplo. Es muy apropiado y me gusta mucho el título machadiano.
Un abrazo, Carmen
Qué estupenda síntesis del relato, Ángel. La juventud perdida, el amor truncado, el egoísmo de la madre y la decisión de la protagonista de retomar las riendas de su vida.
Tus comentarios siempre son brillantes y alentadores, cosa que te agradezco, hombre bueno en el sentido machadiano.
Un abrazo.
Qué lastre tan pesado que fue esa madre egoísta y metiche, que no respetó ni los sentimientos ni la privacidad, ni las dotes artísticas de su hija… dicen que la muerte iguala a todos y creo que, en este caso, además, hizo justicia… Pueda ser que ahora, esta mujercita con el pelo a lo garçon encuentre el amor que el egoísmo materno dejó trunco…
Un micro ligero de equipaje, que tiene tu sello, CARMEN. Me gustó 🙂
Cariños,
Mariángeles
La figura de la madre es la antagonista del relato, como muy bien has apreciado. En su nueva andadura la protagonista encontrará el mundo del arte que siempre buscó, quizá el amor…
Muchísimas gracias por tu comentario, Mariángeles.
Besos.
A cualquier cosa se le llama madre… 🙁
Me ha gustado mucho, Carmen. Una mujer muy Chanel, adelantada a sus tiempos. Nunca es tarde para empezar de nuevo.
Besosss
«Muy Chanel», me encanta, Nuria. Una mujer que, aunque tarde, sabe reaccionar y emprender una nueva vida.
Muchísimas gracias. Besoooos.
El tiempo robado o perdido más vale recuperarlo.
Muy delicado el drama.
Un saludo
JM
El pasado no vuelve, pero el futuro está en sus manos.
Muchas gracias, JM. Un abrazo.
Cerrar de un portazo la esperanza del amor, ahogado en la hipocresía y el egoísmo, y empezar la vida con la ilusión de la juventud robada. Me ha encantado, Carmen. Un abrazo.
Siempre hay que hacerle un hueco a la esperanza.
Muchas gracias por tus palabras, Salvador.
Un abrazo.
Precioso relato Carmen, siempre hay una oportunidad para salir adelante. Me encanta. Gracias por compartirlo.
Allá va la protagonista a por esa segunda oportunidad. Gracias a ti, Bea, por pasar y comentar. Disculpa si no te he leído antes.
Besos.