36. LÓGICA
La estrategia no tenía fisuras: nos acercábamos a la solitaria chica del banco, comenzábamos a desplegar nuestro estudiado conocimiento sobre el cine de los 70 y, al desmigajar La muerte en Venecia, mi colega fingía un desmayo. Yo, al principio, simulaba desconcierto, para luego, segundos después, proceder a reanimarle con un delicado masaje cardiaco. Mi amigo debía toser y respirar con dificultad; la preciosa chica asegurar que jamás había visto un tipo tan valiente y cultivado. Todo parecía tan lógico que era estúpido no ejecutar el plan. De hecho, salió perfecto a excepción de un detalle desconcertante. La delicada chica morena, de ojos claros y labios finísimos, aprovechó la confusión del momento para coger mi bolso de mano y perderse con mis pertenencias en el parque.
¿Que no tenía fisuras? Lo que tenía la sima esa del Pacífico.
Muy bueno, chispeante.
M Carmen Guzmán… a priori parecía que todo iba a ir genial. El destino, que no deja de sorprendernos. Gracias por comentar. Mil besos.
¡Qué pardillos! Siempre se creen que la chica es tonta… jjj. Saludos.
Ana, hombres… gracias por comentar. Besoss
Menudo detalle desconcertante… ¡En fin, si valió la pena…! Muy interesante.
Un saludo
JM
Juan, yo creo que sí valió la pena, la verdad… Un abrazo.
Ay, qué recuerdos me trae tu relato. Me parece que vamos a ser de la misma quinta… Esas tertulias cinematográficas, ese hacerse los entendidos para ligar, ese ir a ver 2001 y no entender ná de ná e intentar presumir… Otra buenísima aportación al cine de aquellos años.
Abrazotes, JM.
Abrazos para Javier, que me he confundido con JM al ver su comentario encima. 🙂
Patricia, gracias por comentar. Una cosa??? Misma quinta? De qué año hablamos? Como se considera descortés preguntarlo, sólo te diré que nací en el 86… ahora ya sabes más que yo. Un besazo!
Ya no me volverás a hablar… que podría ser tu madre… tempranamente, sí, pero posible, lo es…
Es que en mis tiempos se daba mucho lo de intentar ligar con poses intelectuales y creía, fíjate tú, que ahora ya no se estilaba.
Muy bueno tu relato. 🙂
¿Cómo que no volveré a hablarte? Jajajaja, qué tontería. Patricia, ¿sabes qué creo? Que todas las tendencias vuelven y ésta de ligar mediante el «postureo» está cada vez más patente.
Un beso y gracias por pasarte. Y como dejes de hablarme por la edad… me enfado!!! 🙂
Vaya un truco, la verdad es que era buenísimo. Pena de errar en la elección de la conquista. Lo malo es que ya no creo que lo volvieran a intentar con otra.
Isabel, nunca se sabe, si algo tiene el ser humano es tropezar de manera indefinida. Besosss.
Relato con mucha chispa. Me ha gustado ese final. Un abrazo
Concha, celebro que te guste. Gracias por comentar. Un beso.
Divertido relato donde los ligones son timados o.. robados.
un abrazo Javier.
Mª Belén, celebro que te guste. Aquí no queda muy claro quién tima a quién jejeje. Un beso y mil gracias!
Está el mundo que no puedes salir a la calle. Un enfoque diferente a la consigna que resulta fresco y divertido. Suerte y un abrazo 🙂
Juan Antonio, gracias por pasarte, de verdad.
Salir se puede salir, pero hay que dejarse llevar… en la calle las normas se trastocan. Un abrazo!
¡Ah! «Muerte en Venecia», una de las joyas del cine.
Me atrapé con tu particular versión.
Saludos
María Jesús, me alegro de haber ejercido como una particular araña para tu gusto. Un beso y gracias por comentar.