51. LOS LÍMITES DE LA IRA (Rafa Olivares)
Esta vez la bronca ha sido monumental, más fuerte que cualquiera de las anteriores. Se ha marchado dándome la espalda y pegando una patada al loro, después de haberme llamado chismosa, comprometedora, promiscua y no sé cuántas cosas más. Lo último que le he escuchado ha sido «¡Y no quiero saber más de ti en toda mi puta vida!». Pero sé que no tardará en volver. Tiene un genio de mil demonios, sin embargo, también es analítico, reflexivo y nada rencoroso. Estar solos desde el naufragio en cuarenta metros cuadrados de isla también ayuda.
Rafa has creado un ambienta y situacion muy espcial con este final. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, por tus amables apreciaciones.
Un abrazo.
Me gusta el tono irónico del relato y la brevedad para expresar la situación.
Suerte y un saludo.
A los humanos nos persigue el absurdo cualquiera que sea la situación en que nos encontremos.
Gracias, María Jesús. Besos.
Cuando la oferta resulta amplia, es posible hacer borrón y cuenta nueva, cerrar la puerta y abrir una ventana, buscar más flores en el campo. Pero cuanto todo se reduce a un universo minúsculo, sin posibilidad de escape, la convivencia y la diplomacia terminan por imponerse, no queda otra que apagar el fuego y ser más tolerante.
Breve e intenso, con un toque de humor inteligente que todo lo explica y transforma.
Un abrazo y suerte, Rafa
Sí, hay situaciones en que la contención parece obligatoria.
Gracias, Ángel. Un abrazo.
Vaya! La isla de Forges que hacía tanto de la que no sabíamos! Dos personas, un trozo de tierra, un loro y una palmera; y el resto agua. Me rio imaginado el portazo. O lo promiscua que haya sido. O lo chismosa…
Muy buen relato lleno de humor muy sutil, Rafa.
Enhorabuena y suerte!
Abrzs
¿Qué mejor lugar y situación para coger buenos cabreos?
Celebro que te haya divertido.
Gracias, Domingo.
Abrazos.
Qué sarcástica puede ser la vida, sobre todo en cuarenta metros cuadrados. Me ha encantado la voz de la narradora, entre flemática e irónica. En una relectura, me he divertido aún más con esas acusaciones vertidas contra ella en una isla desierta. Maravilloso micro. Suerte y abrazos, Rafa.
Los límites físicos no lo son para los desvaríos humanos, que son inabarcables.
Gracias, tocayo, por comentar con tanta bondad.
Un abrazo.
Genial como siempre. Tu imaginación, que combinas a la perfección con ironía y sarcasmo, dan estos frutos que a mí me encantan y me hacen sonreír y disfrutar. Bravo, maestro. Un abrazote y suerte.
Cuando alguien como tú disfruta de mis relatos tanto como yo al escribirlos la satisfacción es completa.
Gracias, Pablo.
Un abrazo.