35. Los otros lenguajes
«Te odio», me repetía una y otra vez de forma compulsiva, pero era evidente que estaba mintiendo. Me lo dijeron sus ojos azules, sus brazos cruzados, sus manos ocultas y visibles solo de vez en cuando para acariciarse la nuca, cubrirse la garganta, taparse la boca o palparse las orejas y la nariz. Era tan evidente que mentía… Además, tragaba repetidamente saliva, miraba hacia arriba y hacia la derecha sin dejar de hablar y darme explicaciones que yo no le pedía, al mismo tiempo que me lanzaba miradas esquivas. Miré sus pies apuntando también a la salida… No podía tener pruebas más evidentes y no podía dejar que se saliera con la suya. Mentía, mentía con una crueldad exasperante, aunque aquellas lágrimas y aquellos pucheros me tenían confundido y estuvieron a punto de hacerme desfallecer en más de una ocasión. «Te odio, no quiero verte nunca más», repetía una y otra vez cuando le cerraba la puerta del sótano. Y así un día y otro, aunque cada vez con menos fuerza.
Luis, si es que a algunos hay que traducírselo todo. Qué bien llevado está y qué dos últimas frases para sacudirnos. Qué demoledor.
Un abrazo y mucha suerte.
Un abrazo, maestro
Buenísimo, sin más…
Un besote y suerte.
Gracias, Rosy. Besos
Algunos solo quieren ver lo que les interesa, cualquier otra circunstancia les da lo mismo. O la realidad se ajusta a sus planes o no existe, o, peor aún, se modifica hasta que quede transformada como más convenga. Esa persona encerrada a cal y canto hasta que se enamore sí o sí de su captor, tiene todas las trazas de terminar muy mal. Me ha recordado un poco la novela y película «El coleccionista». En efecto, hay muchos tipos de lenguaje, pero cada uno los interpreta a su manera.
Un abrazo, Luis. suerte
Gracias, cirujano-maestro.Un abrazo
Hola, Luis.
Estupendo micro con ese final que te pone los pelos de punta.
Un abrazo grande, como tu historia.
Un abrazo enorme, Towanda, mi querida letrada.
Qué buen texto, Luis. El lenguaje corporal con el que reflejas los sentimientos de tu personaje lleva a pensar en una relación de pareja fallida, pero la última línea es un hachazo. Me ha traído a la memoria aquella historia escalofriante (y monstruosamente real) de la chica belga encerrada en el sótano por su propio padre. El retrato de una mente psicópata digno de Hollywood. Besos y suerte.
Gracias, Ana, Aparte de mejores letras, suerte es lo que me hace falta.
Está claro que dominas el lenguaje: el verbal y los otros también. Un relato espeluznante, que me ha hecho pensar en una relación fallida (primero), en una violación (después) y finalmente en el secuestro (en un final de esos de última línea).
Grande. De cine.
Suerte y abrazo.