Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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35. Los otros lenguajes

«Te odio», me repetía una y otra vez de forma compulsiva, pero era evidente que estaba mintiendo. Me lo dijeron sus ojos azules, sus brazos cruzados, sus manos ocultas y visibles solo de vez en cuando para acariciarse la nuca, cubrirse la garganta, taparse la boca o palparse las orejas y la nariz. Era tan evidente que mentía… Además, tragaba repetidamente saliva, miraba hacia arriba y hacia la derecha sin dejar de hablar y darme explicaciones que yo no le pedía, al mismo tiempo que me lanzaba miradas esquivas. Miré sus pies apuntando también a la salida… No podía tener pruebas más evidentes y no podía dejar que se saliera con la suya. Mentía, mentía con una crueldad exasperante, aunque aquellas lágrimas y aquellos pucheros me tenían confundido y estuvieron a punto de hacerme desfallecer en más de una ocasión. «Te odio, no quiero verte nunca más», repetía una y otra vez cuando le cerraba la puerta del sótano. Y así un día y otro, aunque cada vez con menos fuerza.

11 Responses

  1. Rafa Heredero

    Luis, si es que a algunos hay que traducírselo todo. Qué bien llevado está y qué dos últimas frases para sacudirnos. Qué demoledor.
    Un abrazo y mucha suerte.

  2. Ángel Saiz Mora

    Algunos solo quieren ver lo que les interesa, cualquier otra circunstancia les da lo mismo. O la realidad se ajusta a sus planes o no existe, o, peor aún, se modifica hasta que quede transformada como más convenga. Esa persona encerrada a cal y canto hasta que se enamore sí o sí de su captor, tiene todas las trazas de terminar muy mal. Me ha recordado un poco la novela y película «El coleccionista». En efecto, hay muchos tipos de lenguaje, pero cada uno los interpreta a su manera.
    Un abrazo, Luis. suerte

  3. Ana Fúster

    Qué buen texto, Luis. El lenguaje corporal con el que reflejas los sentimientos de tu personaje lleva a pensar en una relación de pareja fallida, pero la última línea es un hachazo. Me ha traído a la memoria aquella historia escalofriante (y monstruosamente real) de la chica belga encerrada en el sótano por su propio padre. El retrato de una mente psicópata digno de Hollywood. Besos y suerte.

  4. Está claro que dominas el lenguaje: el verbal y los otros también. Un relato espeluznante, que me ha hecho pensar en una relación fallida (primero), en una violación (después) y finalmente en el secuestro (en un final de esos de última línea).
    Grande. De cine.
    Suerte y abrazo.

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