37 . Los reprochadores
Hay quien siempre juzga de un modo inclemente las acciones de otras personas, aún a sabiendas de que no hay nada que censurar. Señalan aquella mota de polvo en una grifería que brilla como un espejo o con la excusa de haberlos probado mejores, desaprueban un plato suculento. Mi familia, por el contrario, acepta las cosas tal como vienen. Mamá tolera los reproches resignada, unos están arriba y otros abajo, murmura a menudo. Mi padre se consuela diciendo que en realidad esa gente critica en los demás lo que no les gusta de sí mismos. Entonces me acuerdo de cuando la señora regañó a mi hermano al intentar coger una prenda del tendedero. El pobre me vino llorando porque ansiaba taparse para evitar las burlas por su pie fantasma. Aunque respeto mucho a papá, me cuesta creer que la señora también tenga un enorme vacío en la pierna más allá de la rodilla.
Es el segundo micro que leo tuyo y ya he decidido que estoy condenada a amar tus escritos. Un cierre perfecto el de este relato. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias por tu comentario, me alegro de que gusten!! Espero que no haya sido casualidad y te hayas encontrado con los dos buenos que tengo 🙂 Un abrazo y suerte si participas!
Si nos costara dinero juzgar y hacer comentarios, creo que lo pensaríamos dos veces. Colgar etiquetas se nos da demasiado bien sin saber las causas que otros tiene a actuar o vivir como lo hacen. Muy buen relato. Suerte.
Besicos muchos.
A veces falta empatía, saber ponerse en el lugar de los otros. Gracias por tu comentario, Nani. Besos.