74. Lotería (Salvador Esteve)
Enclaustrado en mi reducido universo, me siento seguro. Mi agorafobia congénita me hace temblar solo con imaginar abandonarlo. Pero las manos ignoran mi fobia y me arrastran al espacio infinito, hacia una vida en la que, tal vez, si tengo suerte, podré perseguir mis sueños. Sin embargo, creo que no he sido bendecido por la providencia y presiento que, si logro sobrevivir a mis primeros meses de vida, el hambre violentará mis huesos y la guerra, como una plaga de insectos, pululará a mi alrededor, intentando expropiar mi sangre sin indemnización. Tengo miedo a la nada, diáfana de esperanza. Y, en mi indefensión, como mi primer acto de rebeldía, solo puedo hacer una cosa: llorar.