102. Madre, yo al oro me humillo (Alberto BF)
El elegido* ha llegado para restablecer el orden. O como le gusta decir, a regenerar, que suena más cool.
Le gustan las chaquetas, y posee una colección en su amplio vestidor.
De ordinario utiliza una naranja, pero le encanta probarse otras.
Primero le llamó la atención la roja, pero al ponérsela vio que no era de su talla.
Pronto ha comprobado que le sienta mejor la azul, esa que se ponía de jovenzuelo y por la que se empezó a aficionar por la moda.
La verde le gusta, pero se la prueba en privado. Le avergüenza que le vean con ella, porque es demasiado vintage. Aun así, le favorece.
La morada, ni en pintura. Y la arco iris, para la foto en los días de fiesta, a poder ser con muchas cámaras delante.
Pero sin duda el color que le pirra es el amarillo. Le recuerda sus primeros excesos juveniles, antes de pasarse al blanco puro. Y también, cómo no, al poderoso caballero que le ha elegido como adalid de la “regeneración”.
Lástima que esta chaqueta suele ir con lazo a juego, y eso sí que no.
*El elegido es personaje ficticio. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Yo me he hecho mi propio ideal de su protagonista.
Pero hay muchos más que, en su misma situación, también podrían ser candidatos a su puesto.
Ay el oro cuánto atrae.
Me ha parecido fantástico el relato.
Mucha suerte.
Muchas gracias, Virtudes.
Sí que atrae el oro, sí. A unos y a otros…
Feliz verano!