65. Malditas diferencias. (Rosy Val)
Ya queda menos. Te sumerges, a modo de despedida, en esa bañera, la más grande que habías soñado nunca. Tu piel contrasta con la espuma blanca. Tu cuerpo delgado se complace en el agua, tus manos intentan apresarla, te parece mentira ¡tanta! para ti sola. Desde la puerta, las dos hermanas llevan un rato observándote en tu empeño, animadas se desnudan y se meten contigo. Jugáis, os salpicáis, de repente, te detienes y lloras rompiendo ese mágico momento. La más pequeña te consuela… “no llores, tonta, si nosotras te queremos mucho”. La mayor, que sabe qué te pasa, llama a su madre…
“Cariño, si dentro de nada estarás otra vez aquí de nuevo, ya verás qué rápido pasa el tiempo”.
Te aferras a tu maleta ocupada de regalos, feliz, vas en busca de tu gente.
No quieres separarte de ellos. Les odias. Te arrepientes. No quieres volver la cabeza, ver sus lágrimas ni que vean las tuyas. Esta es la cuarta vez, te ocurre siempre que llega este momento: dudas si vivir los veranos en esa maravillosa casa y tener que volver de nuevo a la penuria… te compensan.
Cuantísimas cosas no valoramos porque no nos faltan. Todos deberíamos pasar por el lado duro de la vida alguna vez para aprender. Mucha suerte, Rosy.
Besísimos.
Somos ricos de todo, y se nos olvida demasiadas veces.
Un placer «verte» de nuevo.
Un beso, Juan.
Un laberinto amable, cercano al Edén, del que no quiere salir, pues allí está la vida que quiere tener y sólo es un sueño, un sueño de unas cuantas noches de verano con sus días, frente al largo año que le espera en condiciones mucho más precarias.
Un saludo, Rosy. Mucha suerte
ufff menudo comentario, Ángel, me dejas impresionada, todo un micro, vaya regalazo.
¡¡¡Gracias!!!
Qué bobo, no había caído exactamente en por qué se tenía que ir hasta que he leído el comentario de Ana U. y he visto lo bonito que es y el derroche de emociones que brotan de tus letras. Me ha gustado, Rosy, un abrazo.
Hola, vecina, ¿tienes sal? Eres tan solidaria que estoy seguro que sí. Por cierto, arriba vive un monstruo, si oyes ruidos, no dudes en llamar a la poli.
Hola vecino. Sal, harina, lo que necesites, pero mejor ven a buscarlo, me has metido pelín miedo…
Gracias, por tu buen humor, por leerme.
Un abrazo
Rosy, ha escrito un relato muy real, yo he conocido a alguien así, que ha vivido esas dos vidas que contrastan. Me ha gustado mucho, ¡suerte!
Saludos.
Historias de casos cercanos, a veces lejanos pero que no dejan de dolernos, de sorprendernos. Así son las cosas y así quiero contarlas… 😉
Gracias amigo, un abrazo.
Sin duda malditas diferencias, y sobre todo porque los que más sufren son los que menos lo merecen.
Tu lo has contado muy bien, el momento tan duro para la que se va y para los que se quedan con ese gran vacío.
Besos
Cuánto niño a merced de las malditas diferencias.
Gracias Susana, un abrazo.
En quién estaría pensando yo, Asun, perdona bonita.
Tranquila, es que tienes mucho trabajo, con un relato tan sentido, los comentarios no podían ser menos.
Besos guapetona.
Rosy, el título exacto para una historia que, de tan bien que la has contado, nos devuelve a la realidad abruptamente. Qué bueno que te acuerdas de que vivimos en una burbuja y que debemos mirar qué es lo que hay fuera de ella, para tratar de hacer de este mundo, algo mejor. Ese programa español de veranos para esos niños, es, dentro de todo, muy loable. ¡¡¡Muchas Felicidades!!!
Sin duda el título hace mención a una realidad cruel y discriminatoria. Me imagino que muchos de los niños que se acogen quieren vivir la experiencia, mis letras van para aquellos que viven en un mundo sabiendo que existe otro.
Un abrazo María, te agradezco esas bonitas palabras.
Rosy, siempre me he preguntado si esos veranos vividos con bienestar, tranquilidad y seguridad es bueno para los niños,, que luego regresan a su cruda realidad. Y creo que sí, que es bueno para ellos y para la familia de acogida, es una experiencia emocional enriquecedora. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Hola Salvador, a veces tengo dudas, y creo que quien más se «beneficia» es la familia que acoge, otras… no sé ahí lo dejo.
Un abrazo, gracias por leerme.
Hola, Rosy.
Si ves a la protagonista, díle de mi parte que ese tiempo que está fuera de la penuria merece la pena. Es dura la despedida, claro que sí, durísima, pero durante un tiempo puede sentirse lejos y evadirse. También a las familias de acogida estas experiencias les cambian la vida.
Es precioso. Un laberinto visto desde tu pinar.
Besos, rebonita.
Tranquila se lo diré, aunque dudo que la convenza.
Gracias Towanda,
Un besazo enorme.
Un contraste que genera un mar de dudas y muchos por qué. Buena relación con ese laberinto de emociones y de sentimientos.
Suerte Rosy.
Normal que la niña tenga dudas, cuando vuelva a su lugar, pensará incluso si no habrá vivido un sueño.
Un abrazo Rafa.
Hola Ana, dependerá también de la fortaleza del niño, en todo caso esto les pasará a muchos. El micro del mes pasado, duro y triste, gracias por tus palabras.
Un besazo Ana.
Laberinto mágico del que no quiere salir. Es triste y a la vez esperanzador este relato. Me ha gustado, Rosy
En ella se mezclan las ganas de ver a su gente, y el querer quedarse para siempre con la familia de acogida.
Gracias Concha, buen fin de semana.
Pues no creo que mucha gente se acuerde de ellos, así que tu relato ya me parece bien por dos cosas: por traerlos encima de la mesa y por lo bien contado que está. Lo has cargado de sentimientos que no de sentimentalismo ,y además con tablas. Mucha suerte 🙂
Pero qué bonitas palabras me dedicas, que no sé si merezco.
Un abrazo Juan, y gracias.
Inteligente relato que lleva implícito un dilema moral.
No valoramos lo que tenemos? Somos egoístas?
Podemos hacer algo por cambiar la eterna balanza del mundo rico – mundo pobre?
Hasta que punto es lícito hacer disfrutar a un niño de las ventajas y comodidades de nuestro mundo, y luego enviarlo de nuevo a su dura realidad…
No lo sé.
Tu relato me ha hecho pensar.
Besazo y enhorabuena
Hola Modes, siento que no pudieras venir a la quedad en Urueña, a ver si coincidimos en la próxima.
Me ha gustado mucho tu reflexión, y como tú me pregunto lo mismo, y sigo sin saber qué es lo mejor…
Un abrazo
Hola Rosy, tu relato me ha resultado escalofriante porque es una duda que siempre me ha asaltado ¿de verdad creemos hacer un bien poniéndole la miel en los labios a niños que viven en la más triste de las penurias? Un relato para la reflexión. Enhorabuena. Saludos.
Por eso mismo escribo sobre este tema.
Un abrazo, Ana. y te agradezco que me hayas comentado.
Dónde está mi comentario???
Esto del móvil… Jo, Rosy. A ver si me acuerdo de todo lo que te decía.
Un laberinto d vivencias y sentimientos. Un laberinto de dudas. Unos meses para recordar durante un año.
Muy bien introducido el contraste de color, la abundancia de agua, de regalos.
Un laberinto de diferencias que marca a ambas partes.
Un abrazo grande para ti, Rosy.
El laberinto parece que no termina, el año que viene volverán a vivirlo, con más intensidad si cabe…
Gracias Petra.
Un besote.
A través de una escena cotidiana, como es el baño, nos has llevado a un auténtico laberinto de emociones. Muchas injusticias, muchos porqués, muchas dudas, pero también mucho amor, mucha solidaridad, mucha gente que quiere cambiar el mundo, aunque sólo pueda ser unos días al año.
Suerte y abrazos.
A veces pienso que para los que no tienen agua para beber, nuestras bañeras y piscinas son una ofensa…
Gracias Anna, bonita reflexión.
Un abrazo
Hola,Rosy, es natural cuando uno se lo pasa de maravilla quiere seguir con su felicidad. Un relato muy bien escrito y muy ameno de leer. Un abrazo, Sotirios.
Vivir las «diferencias» en su propia carne, la está haciendo madurar muy aprisa..
Gracias por comentarme, Soti.
Un abrazo
Conozco algunos casos de niños saharauis que vienen a pasar el verano aquí, y siempre me he preguntado algo parecido a lo que tú planteas. No sé si es justo y bueno para ellos o todo lo contrario. Prefiero pensar que con lo que reciben en ese tiempo mejora su salud, por la alimentación, la atención sanitaria y demás, y que disfrutan de un ocio que de otra forma no tendrían pero…esas miguitas duelen. Besos y gracias por «darle de comer al pensamiento».
Hola Ana, qué bien lo has sintetizado con esas «miguitas».
Guardo un buen recuerdo de tu paso por Valladolid. Me encantó conocerte, a ver si coincidimos de nuevo.
Un beso.
Mucha suerte Rosy, para esta niña que bastante mal lo va a pasar cuando se encuentre de frente con su cruel realidad, así es. Bien contado.
Besos!! 😉
Gracias Pulga, por leerme.
Un beso
A mí se me pasa por la cabeza lo mismo cada vez que les veo partir al fin del verano, les mostramos nuestro mundo y ellos regresan. ¿Qué pensarán? ¿Por qué? No obstante creo que es bueno que sepan y luchen para lograrlo. Suerte a fin de mes. Buen laberinto de sentimientos encontrados.
Soñar, sabiendo que existen otros mundos, aunque inmerso en la pobreza, poco puede hacer un niño para acabar con ella, creo.
Gracias Ximens, un abrazo.