60. Más vale tarde que nunca (Nuria Rodríguez)
No esperó a los postres, se levantó de la mesa y pasó entre sus hijos y nietos, que eufóricos por la llegada del nuevo año, ni se dieron cuenta.
Frente el espejo, empezó a maquillar su rostro con manos temblorosas por los años y la emoción.
Eligió un vestido que años atrás no pudo evitar comprar. Lo guardó nada más llegar a casa y nunca se lo llegó a poner. Olía a naftalina, demasiados años en el armario, pensó.
Cuando se puso los pendientes, no pudo contener las lágrimas. Eran de su difunta madre, y la única joya que sus hermanas habían consentido que se quedara.
Para terminar, se perfumó y calzó sus pies con unos zapatos de tacón que rozaban lo ridículo por su gran tamaño.
Justo antes de la media noche, salió de nuevo al salón. Se sentó en su sitio ante la mirada atónita de toda la familia.
—¡Abuelo!— gritó su nieta mayor.
—A partir de ahora seré abuela, si no os importa —dijo justo antes de comerse la primera uva.
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Una vuelta de tuerca genial, no la esperaba. Estaba pensando en una mujer maltratada por la vida que buscaba empoderarse, ( como se suele decir ahora), y tropiezo con el abuelo.
Sorpresa mayúscula!
Suerte Nuria.
Cuanto me alegro Rosa de haberte sorprendido con el final. Mil gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo fuerte.
Dale Nuria, esa compi. El abuelo por fin ha salido del armario, o simplemente ha decidido ser quien queire ser, en plena Navidad, no está mal la fecha en que, si son buenos cristianos, deben ver todo con más tolerancia aunque los religiosos ya se sabe… Suerte, abrazos
Querido compañero!! Gracias por pasarte por mis letras y dedicarlas tan acertadas palabras.
Un abrazote grande.
Después de toda una vida de disimulos, cono en la canción de Sabina:»Juana la loca», alguna vez tenía que ocurrir. Algo tan natural como ser fiel a la naturaleza tendría que ser la norma. Cuando lo que debería asumirse se reprime, solo queda romper la barrera, tanto más espesa cuanto más tiempo haya transcurrido, de ahí el mérito del abuelo.
A la estupefacción inicial de la familia, solo le puede seguir el reconocimiento.
Un abrazo y suerte, Nuria
Gracias Ángel, siempre tan acertado y amable en tus comentarios. Nunca es tarde para ser uno mismo.
Un abrazo.
¡Qué grande ese abuelo! Suerte.
Saludos.
Abuela, si no te importa, jajaja.
Fuera de bromas, mil gracias Ana por pasarte a leerme y comentar.
Un abrazo.