03. Matarnos
No moriré del todo en este hospital y tú aún lo ignorarás cuando estés al pie de mi tumba, recibiendo condolencias, sintiéndote víctima porque los demás no saben, aunque algunos intuyan. Volveré para decirte que aquello no fue un accidente. Despertarás en medio de la noche al notar mi calor en las sábanas y el vaho de mi aliento en tu rostro te hará recordar. A través de ti, tendré más vida en la muerte que en la propia vida. Sentirás el escalofrío del recuerdo, la impotencia de no poder dormir o el pánico de hacerlo, pues temerás mi visita. Reconstruirás el accidente a tu antojo, pero no podrás engañarte: la memoria es terca y no se borra como un hematoma bajo la falda. Te acompañaré como una sombra y ya no me preguntarás dónde he estado ni me levantarás la mano. Seré la musiquilla que se pega al oído, un canturreo constante, molesto como una insinuación, insoportable como los celos, turbadora como una duda. Querrás cambiar el pasado y verás que es imposible, igual que dejar de acordarte. Y es por eso que tendrás que acabar contigo para deshacerte de mí. Suerte en el intento, cobarde.
Mikel duro este relato de muertos que vuelven para vengarse. No va a descansar en paz hasta ver que se acaba con la misma moneda a quien antes o después con el insistente rumor en su oído reconocerá que no fue un accidente. Truculento. Suerte
No sabemos a ciencia cierta si los difuntos pueden amargar la vida a los vivos, por mucha literatura o películas que haya sobre el tema. Lo que sí existe es el remordimiento. Si algo permanece tras la muerte de una persona cercana es lo que hicimos o dejamos de hacer con ella.
De una manera o de otra, tu personaje, al que imagino hombre, está sentenciado. Mucho queda y quedará de su víctima. Como ella dice, solo quitándose también la vida puede (solo puede) que se libere.
Un relato sobre la impunidad y la culpa. Un abrazo y suerte, Mikel
Espíritu implacable. No descansará hasta verlo muerto. Efectivamente como dice Ángel, aunque no exista, si existe el remordimiento que corroe el alma del culpable, o al menos de este.
Buen relato,
Tremendo relato Mikel, de un tema tan triste como actual , la violencia machista. Muy original como lo describes desde la victima. Me encantan las dos ultimas frases » …tendras que acabar contigo para…cobarde».
Me ha gustado. Enhorabuena y suerte.
Nos seguimos leyendo
Curioso como has mezclado, ignoro si a propósito, varios géneros: el negro al principio, cuando habla de que no fue un accidente, y al final, donde profetiza la muerte del victimario; el terror cuando describe lo que le va a hacer; y el social, que es el tema de fondo.
Muy buen relato.
Enhorabuena y suerte.
Un micro escalofriante, por esa carga de venganza que subyace en cada línea de este monólogo. Lo cierto es que las almas en pena viven más en esta vida que en la otra, si la hubiera, cosa que de momento desconocemos por fortuna. Pero, de existir el más allá, imagino que hay venganzas que quedan por cobrar… Truculento y efectivo. Mucha suerte.
Se dan muchos casos en que el asesino machista termina suicidándose para evitar el remordimiento que llegaría a posteriori. Claro que nadie puede asegurar que esto suceda así. Sería mucho más seguro y eficaz si todo empezara por el final…el suicidio del asesino.
Nos leemos
La venganza es un plato que se sirve frío. La muerte es larga y fría.
Suerte, cobarde.
Mis respetos para el micro, impresionante
Jolín. Una venganza muy muy fría.
Enhorabuena Mikel. Un gran relato
Mikel, has plasmado en este relato la historia de una venganza. Aunque todos crean que ha sido un accidente, el asesino sabe con certeza la verdad. Y esa verdad le acusará siempre, ese remordimiento le perseguirá mientras viva. Y por eso solo logrará apartar de sí esa culpa si finalmente se suicida. Un gran relato, compañero. Seguro que estará entre los seleccionados. Enhorabuena. Un abrazo. Gloria
Muchas felicidades Mikel. Una venganza perfecta contada a través de un narrador en segunda persona, algo siempre complicado. Las palabras perfectamente elegidas, has conseguido un tono muy perturbador que atrapa desde el principio. Enhorabuena
Justa venganza, ese agresor y asesino merece un tormento en vida.
Buen relato.
Carme.