MAY01. TALIÓN, de Juan Antonio Morán (JAMS)
Lo que menos soportaba de él era que me llamara “princesa”. Lo hacía con un tono apenas hiriente, como quien se corta la piel con una cuchilla de afeitar. Pero me gustaban sus patillas anchas y sus Waifarer de sol al estilo bluesbrothers; y yo, entonces, andaba en pleno naufragio por el accidente de Víctor, y el alcohol es un buen refugio. Tan bueno como cualquier otro.
Coincidimos varias veces por ahí. En mi cumpleaños me invitó al concierto de sus amigos: “Abismo” eran cuatro tipos, cuya edad sumaban siglos, empeñados en gritar inocentes lemas extemporáneos sobre la libertad y el amor. Pero en aquel antro descubrí el gin-martini y eso me salvó la noche. Me desperté tirada en el banco de un parque, resacosa y sin bragas; se las había llevado el muy estúpido.
Unos meses después le vi por última vez. Le encontré, ya borracho, en la puerta de una discoteca de verano. Ahogué sus insoportables disculpas con tres o cuatro margaritas hasta tener que arrastrarle prácticamente hasta el coche. Guardé las Waifarer en el bolso, le encendí el contacto, y sin ningún tipo de escrúpulos me despedí de él con un “a ver si te matas”
Coincidimos varias veces por ahí. En mi cumpleaños me invitó al concierto de sus amigos: “Abismo” eran cuatro tipos, cuya edad sumaban siglos, empeñados en gritar inocentes lemas extemporáneos sobre la libertad y el amor. Pero en aquel antro descubrí el gin-martini y eso me salvó la noche. Me desperté tirada en el banco de un parque, resacosa y sin bragas; se las había llevado el muy estúpido.
Unos meses después le vi por última vez. Le encontré, ya borracho, en la puerta de una discoteca de verano. Ahogué sus insoportables disculpas con tres o cuatro margaritas hasta tener que arrastrarle prácticamente hasta el coche. Guardé las Waifarer en el bolso, le encendí el contacto, y sin ningún tipo de escrúpulos me despedí de él con un “a ver si te matas”
Revelador título para una historia que nos hace desear un final que, felizmente se produce.
Saludos.
Muy buen relato urbano de alcoholes y venganzas con aires de novela negra o realismo americano. Creo que frente al azucarado mundo de las princesas, este mes vamos a sacar lo más amargo o salado de nosotros.
Una vez más, genial relato, Juan.
No sé por qué, pero tenía la intuición de que ibas a tirar por ahí. De que tu princesa estaría más bien naufragando por las junglas urbanas…
Muy bien medido y trabajado, el título le suma muchos puntos!!
Un único «pero»: a mitad del relato, esa repetición «amigos», «abismo», «siglos», un pelín chirriante.
Un abrazo y enhorabuena!!
NACHO RUBIO
Talión; pena con que se castiga a una persona causándole el mismo daño que ella ha causado…el título ya nos situa en contexto. Me ha gustado ese aire urbano nocturno lleno de alcohol. Un abrazo
Me encanta esta princesa vengativa, un tanto asabinada, Juan. Abre mucho la perspectiva de lo que puede llegar a ser una princesa en este mes.
Me gustaría mucho participar. A ver si se alía el tiempo con la inspiración y puedo hacerlo en esta ocasión.
Un abrazo
Lo mismo le das al «Toma ya!» que al «Ahí queda eso». hala! y los demás, mientras, inspirándonos en la guiquipedia 😉 Ya te digo…
«Made in»….
JAMS, esta princesa, venida a menos, pone los pelos de punta. Buena fluidez y bien escogidos los tintes de novela negra para tu cuento. Saludos
Buen relato sobre la princesa urbana que se mueve en garitos nocturnos con malas compañias… Otra forma de ver a las princesas.
Saludos, Blanca
Que violencia barriobajera, ja,ja,ja, no pega nada con la ilustración de Amparo, pero mola mucho. Donde las dan….
Un abrazo.
Me gustan más estas princesas de medias rotas y resaca que las de castillo y corona. Buen relato. Un abrazo.
Gracias a todas, a todos. Siempre me tratáis muy bien. No puedo contestar a todos como me gustaría, pero tomo nota de todo lo que me decís. La idea en este caso era elegir el antihéroe, la anti-princesa: vengativa, desengañada de la vida, con iniciativa para lo bueno y lo malo, dueña de si misma, antipática llegada al caso, dispuesta para cualquier alternativa al llanto… Espero haberlo conseguido. Un saludo¡¡¡
El tonito ese de «Mira bonita» o «mira princesa» es una buena razón para cualquier disparate. Divertido y desolador.
Un saludo,
Belén
No se anduvo con tonterías la niña, no. Qué heavy te has puesto, jamstel. La elección de la primera persona en el relato es muy acertada y el relato llega y convence con esa atmósfera etílica tan bien creada.
Chapeau.
Un abrazo.
Un relato muy duro, pero refleja la vida. Me gusta que has elegido los «anti-«, porque, después de los caballeros, se siente la necesidad de cambiar de tono, de evadir del registro noble, romántico, hacia algo diferente. Felicidades.
Pues si hay algo que me alegra de tu comentario es de que dudes de que ella es una víctima, porque esa era mi intención, relativizar la culpa y considerar que todos, mujeres y hombres, podemos tener nuestro lado oscuro. Un saludo, Ana.
Buen relato, Juan!
Duro, directo, agrio… te deja un regusto acre al leerlo, quizá porque es muy real y cualquiera nos podemos identificar con los personajes.
Talión, efectivamente me lleva pensar que no hay buenos o malos, vencedores ni vencidos, cada uno, como he leído más arriba, tenemos nuestro lado claro y oscuro(claro!, je, je…) y por lo tanto el cuento no pretende ser maniqueo sino que es lo que es…
Bueno… chapa que he metíooooo!!!
A seguir escribiendo tan bien, Juan!!!
Un abrazo
Marta
Muy bueno tu relato. Como dicen por ahí todos somos imperfectos y tu princesa es de armas tomar. Enhorabuena. Gloria Arcos
Buen relato de naufragios y abismos.
Abrazos. María Rojas
Hola Juan, he leído tu relato varias veces y me parece de lo mejorcito que se ha publicado este mes(y ya van 119 relatos). Los personajes están muy bien trazados, la chica dura y el chulito de turno. Su conducta es amoral y hedonista. Personalmente pienso que este tipo de conducta es cada vez más común(y no sólo entre los más jóvenes como se suele decir) y eso me provoca cierto escalofrío. Muy buena la frase del tono hiriente y la cuchilla de afeitar. Me gusta tu estilo realista y la insensibilidad de los personajes ante la violencia, seguramente porque están muy habituados a ella. Al final la víctima se convierte en verdugo, donde las dan las toman…El título adecuadísimo. Me parto con lo de que el gin-martini le salvó la noche, a más de uno un par de copas nos han salvado la noche, pero nos han arruinado el día siguiente con el tremendo resacón jaja. Un besote y a ver qué relato nos regalas el mes que viene.