48. ME PERDÍ (Concha García Ros)
Primera bifurcación: mi cuarto aún lleno de peluches, tu habitación repleta de sensaciones nuevas. Camino con el tacto de tus sábanas en mi piel.
Segunda bifurcación: la ciudad conocida que me abraza cálida sin querer soltarme, el lugar de destino que me llama impaciente, sin espera. Con las dudas mordiéndome los talones sigo avanzando.
Tercera bifurcación: el azar confabula sigiloso, la inocencia perdida como yo. Alguien que se asemeja a mí consigue seguir a través del pasadizo.
Y así, una y otra, olvidando la cuenta, el sentido, el tiempo. Hasta que hoy, agotada y diferente, giro sobre mis pasos y busco el rastro de pan que me lleve de nuevo a ti.
A mí también me gustaría retroceder por el laberinto en busca de la inocencia que dejé entre una y otra bifurcación.
Muy bonito, Concha.
Un abrazo.
Gracias Patricia, ¿a quién no le gustaría dar la vuelta a veces en este laberinto? Ya sabes, migas de pan, jaja. Besos
Preciso recorrido vital con vuelta a lo conocido. Bonita senda de contradicciones como la vida de cualquiera, y sobre todo elegante redacción.
¡¡¡Eres la reina de las palabras!!!!
Sí, una senda llena, repleta de bifurcaciones. Gracias por tus palabras, es un placer verte por aquí. Besos
Concha, me encantan tus relatos. El de hoy está triste pero con esperanza. Ojalá que cuando encuentre el rastro, lo reconozca. Felicidades!
Gracias, María, me alegra mucho que te gusten mis relatos. Éste pretende ser de esperanza. Eso sí, hay que estar atentos porque, como bien dices, cuando aparece el rastro no siempre se ve. Un beso.
Concha, el giro del final cierra el cuento con sutileza y no ofrece interpretaciones variadas. Suerte y saludos
Hola, Calamanda. Tienes razón, en esta ocasión no he dejado muchas puertas abiertas al final del relato, pero es que me ha parecido que la protagonista ya estaba demasiado mareada de ir a tientas por este laberinto. Gracias por comentar. Un beso
Muy bien logrado el paralelismo de la vida con el laberinto.
Si es que no hay mayor laberinto que la vida misma. Gracias por comentar. Un beso
Concha, reina de las palabras…
Juegas con ellas, con esa prosa clara que te caracteriza, y consigues que leerte sea un placer absoluto.
Y el uso de las migas de pan, que nos retrotraen a los cuantos infantiles, a nuestro pasado, a nuestra inocencia, como fórmula para encontrar la salida del laberinto personal, me parece un hallazgo descomunal.
Muchos besos.
Muchas gracias, Modes, por tus más que amables palabras. El placer es mío si te ha gustado. Espero que algo de la inocencia, de la fantasía, del niño que llevamos dentro siempre esté ahí acompañándonos en este laberinto que nos cambia día a día. Besos.
Que bien expresado el camino de nuestra vida, me ha gustado sobre todo la primera bifurcación, la de salir de nuestros peluches al mundo atrayente de la vida.
Muy bueno, me ha llegado mucho.
Felicidades.
Asun, me alegra mucho que te haya llegado. Creo que todos tenemos un laberinto personal que en cierta manera tiene puntos comunes con el de los demás. Buen viaje a través de él. Gracias por tus palabras. Besos
Precioso relato. La manera cómo lo has contado dice mucho y bien de ti. Brutal dominio de las palabras y las expresiones. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias, Juan Antonio, por tan amable comentario.Pero las palabras no se dejan dominar, sólo nos dejan jugar con ellas y siempre, siempre, nos enseñan. Un beso
Las idas y venidas, unas veces con gusto, otras porque no queda otra, nos hacen vivir cosas buenas y otras no tanto.
Lo mejor es sacar la esencia de todo.
Suerte y un beso.
Estoy contigo, lo importante es sacarle el jugo a cada experiencia. Gracias por comentar, Virtudes. Un beso
Concha, la vida es un laberinto, tus decisiones te van llevando por senderos que pueden, o no, tener salida. Creo que siempre se puede deshacer lo andado y además llevar una mochila de experiencias. Muy bueno. Abrazos.
Hola, Salvador, me encanta esa visión tan positiva y flexible de la vida que comentas. Gracias por tus palabras y besos
Esto es un poema,un bello poema no hay duda.
Un abrazo y
Suerte Concha
Hola, Bluess. La verdad que está a caballo entre el relato y la prosa poética. Gracias por pasarte. Un beso
Hola, Concha.
Lo malo de avanzar es perder la inocencia. A mí, a veces, me gustaría por un rato volver a ese cuarto de peluches.
¡Qué bonito, hija!
Un besazo.
Y ¿ a quién no? Gracias, compañera, por tus palabras y enhorabuena por tu mención. Te lo mereces. Un beso
Qué más quisiéramos que seguir ese rastro que, me temo, se ha vuelto tierra quemada sin retorno posible.
No sé si puede haber alguien a quien no le guste tu relato, tan sencillo como profundo, nostálgico y entrañable.
Mucha suerte y un saludo.
Ángel, muchas gracias por tu comentario. El retorno a veces es una opción, aunque no resulte como se esperaba. Eso sí, la inocencia perdida, esa, ya no nos la devuelve nadie. Besos
Bonita historia, desde niño me han cautivado los laberintos en lo que hay que seguir un rastro para buscar la salida y, si son románticos, mejor aún.
Lorenzo, en algunos laberintos es un placer perderse. Gracias por comentar. Un beso
Ha sido un placer pasear por tus bifurcaciones . Mucha suerte y un beso.
Encantada de que te haya gustado el paseo, Esther. Besos
Evocadora metáfora de la vida y la pérdida de la inocencia. Precioso Concha como te dije.
Un fortisimo abrazo.
Gracias, Izaskun. Apasionante laberinto la vida. Un beso
Gracias, Ana, por tu comentario. Parece que andando el camino vamos encontrando cosas que nos enriquecen, pero también perdiendo otras muy nuestras. La nostalgia, sin remedio, me invadió al escribirlo. Besos.
Dulce relato Concha. Paralelismo visual de la niñez y el despegue que supone ir haciéndose mayor.
Suerte, un beso
Gracias por tus palabras, me gusta q te haya resultado dulce. Un beso.
Bonito relato que me hace pensar que en el caminar por el laberinto de nuestra vida siempre hay un lugar o alguna persona donde quisiéramos volver. Muy bueno, bien escrito y contado. Suerte Concha.
Saludos.
Gracias, Beto. Sí, a veces, es necesario hacer un alto en el camino y volver. La vida es un enorme laberinto de posibilidades. Besos
Caray, que bonito y bien contado. Cada palabra donde tiene que estar.
Felicidades.
Muchas gracias, María. Me alegro de que te haya gustado y de que consideres que cada palabra ocupa su lugar en ese laberinto. Un beso