73. Mecánica popular
El nuevo Nexus P3Z22 parece perfecto. Bajo su piel sintética apenas se aprecian los circuitos. Posee tal fuerza, que es capaz de abrir un botellín con las cuencas de sus ojos o de aplastar, con el aire que genera el simple chasquido de sus dedos, una mosca contra el cristal. Es tan veloz que mientras decides qué calzado ponerte, él ya se ha abrochado los cordones. Tan inteligente que puede terminar un sudoku muy difícil, un damero maldito o una mesa de relojero en lo que tardas en abrir tu diario favorito. Puede leer a Kapuscinski en polaco, a Cartarescu en rumano o silbar La muerte tenía un precio con una mueca inapreciable de sus labios. En sus recuerdos impostados figura un abuelo de barba hirsuta y blanca en un trigal, una chica de ojos grandes con la que iba a la Universidad, un coche azul de segunda mano y algunos amigos con los que se emborrachaba los fines de semana. Sin embargo, cada noche, al cerrar los ojos ocupan su memoria el pitido de un tren de juguete o la voz metálica de una muñeca que dice «mamá», cuando alguien tira de la anilla que nace de su espalda.
Nadie puede predecir a ciencia cierta adónde nos conducirá el progreso técnico, tal vez a superar en todo al género humano. Los juguetes del futuro, entretenimiento temporal infantil, hoy día los veríamos como una suerte de instrumentos divinos. De todas formas, por mucha magia que tengan para un niño, no dejarán de ser un instrumento de entretenimiento.
Un abrazo y suerte, Juancho.
Muchas gracias, Ángel, otro abrazo para ti!!
Me ha encantado como hilas capacidades y recuerdos del nuevo Nexus, con ese final tan poético e intimista.
Un saludo y suerte.
Muchas gracias Rosalía, me alegro de que te haya gustado!
Un saludo!!