83. Mejores amigas
Pilar se alegró de que a Marita la despidieran del trabajo, sintió un vacío en el estómago, parecido al que sintió cuando vio a Luis, el novio de Gabrielle, besar a otra chica en la salida de emergencia del Oasis. Entonces no supo si decírselo o no decírselo, pero el placer que experimentó en aquel momento hizo que se le escapara un poco el pis y una dicha tibia le corriera por los muslos. En realidad, no sabe qué es lo que le pasa. Marita y Gabrielle son sus amigas, las quiere de verdad y, sin embargo, no puede evitar alegrarse por cada pequeña derrota que les precipita hacia la lona. Volvió a ver a Luis con otras chicas y a experimentar las mismas fugas placenteras, a celebrar en secreto los suspensos de Marita en sus oposiciones, a sufrir, también un poco, por cada éxito que sus amigas obtenían en su vida. Hoy, de luto riguroso, abraza a su padre cuando le dice si no es un poco exagerado, pero, contesta, qué menos puede hacer para consolar a su mejor amiga por la muerte de su madre y, mientras se da la vuelta, esboza una sonrisa socarrona camino del cementerio.
Tendrá algún síndrome que no puede controlar, o será un pelín sádica. El caso es que llega a excitarse con el mal ajeno. Bueno, cada uno disfruta como quiere o puede. Y encima se entera de todos los enredos, estará al acecho, vive más pendiente de las amigas que de si misma.
Esta claro que en cuestión de disfrute por el mal ajeno hay todo un caleidoscopio de sentimientos, actitudes y comportamientos.
Muchísimas gracias, Rosa, por la lectura y por el comentario. Bueno yo he interpretado que esto del Schadenfreude, es un síndrome por el que disfrutas del mal ajeno que aqueja a personas con una baja autoestima, por envidia o por cierta superioridad moral, y muchas veces a quienes más se envidia es a quienes tenemos cerca, pero igual me he pasado un poco de rosca… jajaja…
Gracias de nuevo, Rosa! Bsssss!
Con amigas como esa no hacen falta enemigas. Todos podemos pecar alguna de de alegrarnos un poco del mal ajeno, pero esta chica ha pasado los límites de lo razonable. Antes o después descubrirán su afición favorita, que es la envidia pura, y cndidata a estar muy sola.
Un abrazo y suerte, Juancho
Hooola, Ángel!! Gracias otra vez por ese esfuerzo tuyo (aunque ya sé que para ti no supone ningún esfuerzo) de comentar todos los relatos. Impagable! Tal y como yo he interpretado el Schadenfreude, que igual estoy equivocado, se trata de algo enfermizo, en lo que se reincide y del que es difícil despegarse una vez que te ha atrapado. Desde luego no debe ser nada agradable vivir con eso, pero si existe el término es porque haberlos haylos.
Gracias de nuevo y un fuerte abrazo!!
Justo iba a decir lo mismo que Ángel: que con amigas así, quién necesita enemigos. O dicho de otra forma: líbrame señor de mis amigos que de mis enemigos ya me libro yo.
De todas formas, esa Pilar sí que me parece un poco psicópata, eh, Juancho.
Un abrazo y suerte.
Hooola, Rosalía! Muchas gracias por la lectura y por el comentario. Más o menos lo mismo que les he dicho a Rosa y Ángel, solo añadir que pienso que son gente que debe manejar bien la hipocresía y que ese disfrute, ese placer secreto, lo deben de disimular muy bien, para que precisamente no se les acabe el chollo. Jajaja… es lo que pienso.
Muchas gracias de nuevo, Rosalía, bsssss!