49. MENSAJES OPUESTOS (Mercedes Marín del Valle)
La familia de aquel paciente se dio cuenta de que hacía esfuerzos exagerados por distraer a una enfermera en particular.
Por la mañana le preguntaba por el tiempo atmosférico e insistía tanto en que le diera detalles que ella, sin apenas mirarlo, le contaba la predicción para los siguientes cinco días con pelos y señales.
A mediodía le pedía que le pusiera al corriente de la actualidad, y ella, con los ojos semicerrados, se esmeraba en hacer una descripción subjetiva de todo lo que sucedía en el mundo. Así iban pasando los días, entre pruebas médicas e informes terrenales, hasta que una tarde su hermana se puso seria con él y le regañó por impedir hacer su trabajo a la enfermera.
– Me he dado cuenta de lo que haces, pero no entiendo por qué.
– Lo hago porque no quiero que nuestras miradas se encuentren nunca más. Nuestros ojos hablan muy claro y, mientras los míos se empeñan en proponerle la vida, los suyos siempre gritan mi muerte.
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A veces las palabras son claras y necesarias, pero en otras, lo único que hacen es enfangarlo todo con un humo que dificulta la auténtica conunicación. Las miradas pueden transmitir más que cualquier otro tipo de mensaje. En este caso, el paciente prefiere extender un manto de palabrería, en forma de tiempo meteorológico y política, antes de expresar sus deseos de vivir, que chocarían con malas noticias sobre su salud.
Un relato en el que la verdad asoma y el diálogo sincero se produce, otra cosa es que permanezca difuminado tras una cortina.
Un abrazo y suerte, Mercedes
Hola, Ángel. Otra vez nos vemos por aquí. A veces es mejor el silencio, claro que sí, pero cuando el silencio guarda resquemor o, como en este caso, desconfianza, no sabe uno si es mejor hablar claro desde el principio y asunto terminado. Jajaja. Un abrazo, amigo Ángel. Un gusto verte por aquí, allá o acullá.
Mercedes, me encanta ese paciente que se aferra a la vida intentando no ver lo que dice la mirada de la enfermera; y también esa enfermera, que evita mirarle, incluso entrecerrando los ojos.
Es genial cómo cierras el micro, pues nos dejas intuir los motivos, más o menos románticos, del paciente para distraer a la enfermera, pero al final le das la vuelta y nos retuerces el corazón.
Un abrazo y suerte.
Hola, Rosalía. Muchas gracias por dejar tu opinión sobre este micro. Me alegra que hayas visto ese querer y no querer de miradas enfrentadas. A veces, cuando se ese sensible se puede llegar a entender con poquísima conversación, qué piensa o cómo puede sentirse nuestro interlocutor.
Te deseo un feliz día y muchos éxitos para tus letras.
Ay, mamita, y yo que pensé que la cosa venía por el lado romántico… A fin de cuentas, pareciera ser que la enfermera no es otra que La Parca, la muerte, y si no lo es, se le parece, y bastante…
Me gusta ese juego de miradas y evitación de miradas que se da entre los personajes; evidentemente el enfermo ya vio en los ojos de ella esa muerte que quiere evitar a toda costa y el micro nos deja a los lectores con la intriga… ¿podrá lograrlo, o no?
Un «maminapilahtapai», pero en sentido inverso, diría yo.
Muy bueno, Mercedes.
Besos😘😘😇😇
Hola, amiga de letras y de naturaleza, aquí estamos de nuevo, pero, al leer tu comentario he ido directamente a google para ver qué significa exactamente la palabra Maminapilahtpai y, tienes toda la razón porque en origen había entendido que su significado era, «entenderse con la mirada», pero lo que no había captado es que se refería a que el entendimiento estaba circunscrito a un mismo pensamiento. Así que, como bien dices, mi relato es un maminapilahtapai, a medias…jajajja, como el título que le he puesto, pues igual.
Un beso muy grande y, ojalá este señor lograra vivir muuuuucho tiempo para cortejar a la enfermera. Abrazos desde Sevilla con amor.
El gestor de comentarios ha cerrado varios comentarios por considerarlos extraños al concurso. Os rogamos que si vuelven a aparecer nos deis aviso para intentar resolverlo. Gracias.
Muchas gracias, JAMS. Qué sería de nosotros sin ti.
Abrazos.
Hola, Mercedes.
Lo primero, celebrar que hayas vuelto por ENTC. Es un placer leerte por aquí de nuevo.
Está demostrado que el lenguaje no verbal, si se sabe interpretar, desarrolla un papel más importante aún que el verbal dentro de la comunicación, por eso, hay tantos malentendidos hoy en día a través de, por ejemplo, el Whatsapp, porque se pierde una gran carga de información. Bién, aquí los protagonistas tratan de evitar ese lenguaje no verbal procurando no mirarse, sobre todo a los ojos (que lo dicen todo), y se enredan en conversaciones más o menos intrascendentes para no afrontar lo saben que el otro quiere decirles.
Un encantadísimo y cálido abrazo, querida amiga.
Hola, Ángel querido amigo. A mí también me gusta volver a reunirme con vosotros.
Estos personajes que creamos no están tan lejos de la realidad. Hay personas muy sensitivas capaces de traspasar lo más evidente, es decir, lo que se dice no es todo lo que hay. Es bueno mirar un poco más allá.
Un abrazo de vuelta.
Aquí estamos.