Microscopio nº44 : Atracón de lectura
Con mucho gusto os acerco un micro para que lo disfrutéis.
Gina nos propone la música de la película «The Reader»
Atracón de lectura
Le quedaban tres páginas para terminar el libro. Una novela histórica repleta de batallas de romanos contra hordas centroeuropeas, intrigas políticas y familiares, asesinatos y sangre por doquier, que se le había atragantado un poco. Bebió un buen trago de agua y continuó adelante. Una vez concluido tiró las tapas a la basura.
Era cierto, como decían algunos amigos, que determinadas libros te dejaban mal sabor de boca, un regusto, entre ácido y amargo, en el paladar. No era la primera vez que le ocurría. Unos meses atrás le sucedió con una novela policíaca, una actual en la que la protagonista era una inspectora de policía. Al final, le pareció saborear el metal de tanta pistola y el tufo pegajoso del asfalto de las calles.
Al día siguiente comenzó con una novela de un autor de culto. Abrió el libro, olisqueó las páginas. El aroma de la tinta, el de la letra impresa, el tacto suave del papel le volvía loco. Era lo que decían que les sucede a los devoradores de literatura. Además, el libro estaba bien confeccionado, bien cosido, para eso el autor era premio Nobel, aunque jamás hubiera escuchado su nombre y éste fuera de difícil pronunciación. De cualquier manera, el libro se merecía un buen vino. Bajó al súper y compró una botella de varias decenas de Euros.
Se sentó en su sillón orejero con el libro en el regazo y una copa de cristal de Bohemia en la mesa supletoria, junto al teléfono. Devoró página tras página, acompañándolas de sorbos de vino. Como no era un libro largo, lo terminó enseguida. Tiró las tapas a la basura. Y emitió un sonoro eructo, con efluvios de papel, tinta, vino y buena literatura.
En esta ocasión se ha estrenado con los pinceles Antonio Toribios
El relato me ha gustado, me ha dejado un buen sabor de boca aunque literalmente no me lo haya comido, pero lo he leído dos veces para comprenderlo del todo, y después de hacerlo se me ha quedado una sonrisa en la cara.
(+++) El título me parece acertado y aunque puede que adelante algo de lo que se nos habla en el relato, puesto que tiene un doble sentido creo que no podría encontrar otro mejor.
(++) Es un relato muy sensitivo, puesto que utiliza el sentido de la vista, del olfato, del tacto y sobre todo del gusto de manera metáforica y a la vez auténtica. Yo diría que incluso se deja sentir el sentido del oído en algunas palabras y adjetivos como metal, pistola, sorbo, eructo, puesto que con todas ellas me vienen sonidos y onomatopeyas a la cabeza.
Si he entendido bien la historia, el protagonista se alimenta físicamente y no sólo psíquicamente de la literatura, lo que me parece divertido e incluso acertado. Supongo que el proceso que realiza este personaje con cada novela es comerse las hojas según las va leyendo, y es muy lógico que tire las tapas a la basura puesto que serán difíciles de digerir. En realidad es alguien que saca el máximo provecho a la literatura, la estruja, llega hasta el fondo de cada novela haciéndola más suya con el proceso de su ingesta. Sin duda será alguien extremadamente inteligente y con una enorme cultura, precisamente eso es lo que más miedo me da de este personaje.
La verdad es que queda bastante abierto a la imaginación del lector qué tipo de personaje es el protagonista y de qué modo transcurre su vida y por qué razón de dedica a devorar libros de verdad. A mí se me ocurre pensar varias hipótesis:
- Una que se haya vuelto loco de tanto leer libros
- Dos que esté en un momento de crisis en su vida y haya decidido alimentar el alma a base de historias
- Tres que la soledad le haya llevado a refugiarse en los libros para paliar las carencias de su vida
(+) Creo que la estructura y la ortografía son correctas.
(-)Estas frases me suenan un poco raras:
“Bajó al súper y compró una botella de varias decenas de Euros”
(*)Yo cambiaría la palabra súper por supermercado, aunque parece una tontería, la palabra súper es bastante coloquial y yo la emplearía si se estuviera narrando un diálogo, pero en este caso que es una historia narrada me parece que queda mejor supermercado, aunque se entienda igualmente;
“varias decenas de euros”
(*) cuando se está refiriendo a un precio, yo cambiaría y diría “compró una botella de las más caras” o “compró una botella del mejor vino que encontró” porque lo que intenta decir es que la ocasión merecía hacer un gasto de dinero mayor de lo normal en cuanto al vino.
(-) puesto que es un microrrelato echo en falta que haya un final más sorprendente o que nos defina algo más sobre cómo puede seguir la historia, porque en realidad el relato acaba de la misma forma que empezó, devorando libros, y así puede seguir el protagonista indefinidamente.
Y nada más, agradecer al autor que haya compartido este relato con todos nosotros y desearos un Buen provecho.
(-) El título del relato anticipa demasiado. Con solo verlo, el lector sospecha que la expresión “atracón de lectura” deja de ser en este caso una frase hecha y que la referencia al “atracón” va a ser literal. A ello se une que el primer párrafo se remata con un “…tiró las tapas a la basura” que proporciona antes de tiempo un dato ya definitivo. Puesto que la frase se repite literalmente en el último párrafo, cuando el personaje “tiró las tapas a la basura” antes de su “sonoro eructo”, (*) creo que quedaría mucho mejor eliminándola en el primer párrafo y buscando un título que, dando el mismo juego, no fuera un cliché como el que se nos ofrece. (Como posibilidad, apunto el título “Un lector voraz”, que además engarza con el personaje “devorador de literatura”.)
(-) Sigo precisamente con los clichés estilísticos para señalarlos como otro de los inconvenientes del relato. Que la “sangre”aparezca “por doquier”, que el “regusto” se produzca “en el paladar” o que el personaje beba “un buen trago” y compre un “buen vino”, que se siente “en su sillón orejero” y sostenga “el libro en el regazo” resultan expresiones tan tópicas, que le restan valor al texto. Lo cual queda subrayado, además, por que el autor nos remita a una realidad igualmente tópica y a veces incoherente con el relato. Creo que, como “devorador de literatura”, el personaje debería dar una imagen de sibaritismo, de exquisitez, que no casa con alguien que defineun libro como “bien confeccionado, bien cosido” y que baja “al súper” a por una “botella de varias decenas de euros” (¿en un súper de barrio?).
(=) Y esto me lleva al tema del texto propuesto. Aunque no termino de verlo claro más allá del juego ya señalado entre el “atracón” figurado y el literal, quiero entrever en la intención del autor un toque interesante, incluso morboso y decadente, en la figura del personaje que “devora” literatura para degustarla en todos los sentidos.
(+) Esa idea de la exquisitez y el sibaritismo del auténtico degustador de la palabra escrita me parece interesante, por lo que estoy convencido de que el relato ganaría si la misma se potenciase, para lo cual sería necesario renunciar a los clichés y buscar una realidad en consonancia. De ese modo, la historia de este devorador de literatura pasaría de ser un mero juego de palabras a una trama de alcance universal y contemporáneo.El resultado podría ser muy interesante.
(=) Por lo que se refiere a la estructura, creo que la narración está bien planteada, aunque la historia podría desenvolverse en solo dos párrafos, correspondientes, respectivamente, a los últimos momentos del ‘atracón’ de la novela de romanos
(contra hordas ¿centroeuropeas?;
(*) ¿nos ería mejor ‘bárbaras’?);
y, más extensamente, al de la descripción completa del ‘atracón’ del nobel. (Como apunte, creo que este último debería contener elementos más exquisitos, decadentes incluso, siendo más descriptivo; y personalmente me plantearía si ambos párrafos no deberían estar escritos en tiempos verbales distintos, para subrayar esa complementariedad.)
(+) La frase final, en principio, me parece acertada y llamativa, ofreciendo un curioso contrapunto a la decadente exquisitez del ‘devorador de literatura’.
(=) En consonancia con lo anterior, estilísticamente en la narración hay elementos que sobran, por evidentes: si hablamos de “páginas”, ¿por qué añadir que lo son de un “libro”, cuando a renglón seguido matiza que se trata de “una novela histórica”? Algo parecido puede decirse de la “novela policíaca” con una “inspectora de policía” como protagonista o de detalles irrelevantes como los del nombre “de difícil pronunciación” del nobel o la “mesa supletoria, junto al teléfono”. Una pequeña poda de esos elementos concentraría estructuralmente el texto y lo haría, curiosamente, más rico y sugerente.
(= -) Otros detalles me chocan o me parecen poco afortunados para la verosimilitud de la ficción: no creo que haya necesidad de mencionar a “algunos amigos”, ni que la novela policíaca leída sea “actual”, ni que el premio nobel tenga que ser un “autor de culto” (algo que, además, me parece un tanto contradictorio), ni el “cristal de Bohemia” para la copa de vino. Todos ellos son detalles que creo que hay que pensar mejor para que cuadren con el espíritu del relato.
(-) Otros elementos, siendo necesarios, deberían nombrarse o calificarse con mayor tino: creo que “olisquear” las páginas, que su tacto “volviese loco” al personaje, que este baje al “súper” o la mera mención crematística de las “decenas de euros” son elementos que vulgarizan el texto, el cual ganaría mucho con una mejor selección léxica.
(-) En este sentido, señalo también un par de errores ortográficos, habituales por otro lado, pero no por ello menos graves: en este caso,
la palabra “Nobel” no debe ir con mayúscula:
(*) “Cuando el nombre propio del premio designa el objeto con que se materializa su concesión o la persona que lo ha recibido, debe escribirse con minúscula, ya que en este caso pasa a funcionar como nombre común: […] Esta noche entrevistan al nobel de literatura de este año”. (Ortografia RAE, 2010: 497).
También es un error escribir “Euros”,
(*) ya que “los nombres de las monedas se escriben siempre con minúscula: […] Las pesetas han sido sustituidas por los euros”. (Ortografia RAE, 2010: 508)
(=) En conclusión, considero que este “Atracón de lectura” parte de una idea curiosa e interesante a la que se le pueden proporcionar mayores vuelos que los de la mera ocurrencia, sin renunciar por ello al juego literario. Desbrozando lo superfluo y seleccionando con mayor rigor algunas expresiones, el relato ganaría en sugerencia y profundidad, resultando un texto coherente y redondo.
La cuarta frase adelanta lo que luego aparece en el último párrafo repetido.
(*) Sugerencias de cambios:
- Quitaría amigos en “algunos amigos,”
- Idem con » una actual»
- Pondría “de las pistolas” en vez de “ tanta pistola”
- “para eso” lo sustituiría por “ Por algo”
- Sustituiría unas decenas de euros por “varias decenas de euros”,
- Euros en minúsculas
- Suprimiría,” el de la letra impresa”
- Suprimiría “junto al teléfono.”
- Suprimiría” de papel” o “tinta” porque creo que tienen más ritmo y musicalidad 3 cosas que 4.
(-) Aparte de estas correcciones, creo que mezcla varios libros y eso hace que haya confusión.
(*)Me parece que para explicar la historia, sería mejor ceñirse a un solo libro.
(+)Me parece muy buena idea, original y que juega muy bien al engaño y produce sorpresa final. Buena atmósfera
Prefiero, de momento, no leer a los «supertacañones», pero no puedo esperar para felicitar a Gina y a Antonio. A mí, que me gusta trabajar en el más absoluto silencio, silencio hasta que duelen los oídos, he disfrutado con la música. Lástima no haber leído un poco más despacio para acompasar ese «crescendo» de la música a la lectura. Una elección estupenda que se ajusta perfectamente a la primera impresión que he recibido del texto. Gracias, Gina
¡Y qué decir de la ilustración! Antonio, gracias también.
¡Qué buena primera impresión con la lectura inicial del texto! Habrá que leerlo más despacio.
Gracias con respecto a lo que me atañe. Es mi primera incursión como dibujante, pero he disfrutado tanto que espero me inviten alguna otra vez. Coincido contigo en lo que respecta a la estupenda música. No le falta un detalle a esta sección de lujo.
Ana, aunque estoy de acuerdo en que quizás en primera persona el relato sería quizás mas apropiado, no veo que el narrador se haya convertido en el protagonista , sino que sabe todo lo que este piensa y siente, y eso es correcto.
Tampoco creo que tenga prejuicios. Va nombrando diferentes estilos por conseguir que la ambientación y los efectos puedan ser consecuentes con las sensaciones físicas que le producen.
Que habrá escritores mejores y peores y que algunos estén más sobrevalorados que otros mejores, de acuerdo, pero dudo que un Nobel, con b y mayúscula, sea un mal escritor, gustos aparte.
No sé si la intención del autor fue ese que tú dices,por mi parte no me da esa impresión, aunque tú siempre analizas muy profundo y lo expones generalmente muy bien.
Otra cosa es lo de hacérselo mirar, ahí, ya no estoy de acuerdo.
Un abrazo.
Ana, soy Antonia. No sé el motivo, pero ahora para responder hay que iniciar sesión y sale el correo, si no no puedo.
JAMMMMMS, dime como lo hago para que salga solo el nombre.
Gracias.
pd – Ana, los sibaritas también eructan, según tengo entendido. En privado, si es que es un sibarita educado, en público si lo es menos. O igual no lo pudo controlar, o el narrdor es cotilla, y ahora nos hemos enterado tod@s, ¡pobre hombre! !o mujer!
Bueno y ahora otro abrazo ya con conocimiento de identidad.
Hola Antonia.
Probaré con el relato en primera persona, aunque no sé si, desde mi punto de vista, va a funcionar.Con todas las indicaciones que me han dado, hay trabajo por delante.
MI protagonista no es sofisticado. Por lo tanto, puede eructar a plena satisfacción. Si tuviera criados, se lo reprimiría, el pobre.
Bueno, gracias por comentar
Un abrazo
Cierro este microscopio agradeciendo enormemente a Elena la humildad con que se acerca a nuestro espacio, grande!!! Igualmente gracias a Gina, siempre acertada y me alegra que Antonio haya recuperado su afición por la pintura, estupendo!!
Lamento, pero así es este espacio, el que ninguno de los opinadores se haya dado a conocer. Comprendo vuestros motivos.
Os emplazo a nuestra siguiente entrega apelando a las bases del microscopio, sinceridad para con un texto y respecto a los autores.
Gracias a ti, Mel. Sí me hubiera gustado saber la identidad de mis comentaristas pero…
Ha sido un placer. Normalmente, en los relatos con identidad no solemos opinar con tanta libertad como en este caso. Aquí ni sabemos el autor ni los opinadores y eso da la ventaja de la sinceridad.
Me voy a leer el que me sustituye. Es muy interesante leer, sacar una conclusión y ver lo que opinan los demás.
Unos abrazos para todos
Ey, eyyyyy, Mel, que soy Antonia «Z» en esta ocasión.
Para nada me oculto, solo que andaba atareada tomando helados y horchatas 🙂
un placer colaborar, desde mi humilde opinión, pero siempre intentando ver lo mejor y lo menos bueno, para que quien se expone, saque las conclusiones que le parezcan acertadas.
Felicitaciones a Elena y al resto de compis.
Creo que ya está todo aclarado y que predomina la buena onda.
Yo voy a seguir diciendo siempre quien soy, y me parece igualmente lícito y respetable quien lo quiera hacer y quien prefiera el anonimato.
Felicidades también a nuestra música de cabecera y al ilustrador.
Bueno, que abrazos a tod@s y feliz verano.