Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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51. MIS PROPIOS MOLINOS DE VIENTO Rosa Gómez

El sueño se resiste, siento que la cabeza me bulle alrededor de un tema. Pienso en una historia inconclusa y sin sentido que pretende salir a la luz.

Mi marido, harto de movimientos de sábanas y paseos al baño, protesta: «ya está bien, ¿te puedes estar quietecita?».

También yo estoy harta, pero: ”o vomito, o vomito”. Salgo de la cama y me siento en la oscuridad. Escribo de un tirón, con puntos y comas.

Las exigencias se amontonan: tengo que  entregar seis microrrelatos en una semana. Puede que lo consiga, Solo es cuestión de darle vueltas. De ahí el insomnio.Ya tengo algunos casi cerrados. En este, se me resiste el final.

Mientras escribo, mis dedos son lanzas que arremeten contra los molinos de una extenuada imaginación. En un último impulso creativo, sobreviene ese final: «en un lugar de la mente, de cuyas ideas no puedo acordarme…».

19 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Todos tenemos que enfrentarnos a nuestros propios gigantes en muchos ámbitos de la vida, superar un reto tras otro. En la escritura se sufre, se lucha contra uno mismo (el peor de los gigantes), aparece el temor cierto a la.página en blanco, pero por todo ello, cuando se supera, la satisfacción es mayor.
    Un abrazo y suerte, Rosa

    1. Rosa Gomez Gómez

      Qué razón tienes, Angel. Se sufre y se disfruta a un tiempo. Resista casi adictivo.
      Gracias por ser tan fiel a todos.

    1. Rosa Gómez Gómez

      No han sido seis, pero cinco si. Y os juro que fue así. De vez en cuando me llevo el micro a la cama y compite con mi sueño.
      El que diga que escribirlos es fácil es porque es un genio, y solo cabe arrodillarse ante él. O alguien que no conoce a fondo cómo se crea.
      A veces sale un “adefesio”, otras uno normalito. Y las menos, una joyita.
      El caso es seguir!
      Gracias Ana. Un pequeño tormento del que hay que salir como sea.

      1. Rosa Gómez Gomez

        Edita, cuando lo escribía pensaba precisamente en eso. Que les suele pasar a mucha gente. Mal de muchos, consuelo de tontos!
        Al final me llevó la desesperación. Tal como lo cuento, las ideas me patinaban y alumbre salir por ahí.
        Gracias Edita, y compañeros de fatigitas.

    2. Aurora

      Ay, Rosa, ese momento inefable en el que sientes la idea dándote vueltas y vueltas y más vueltas hasta que, por fin, tiras de una hebrilla (muchas veces inesperada) y, de repente, fluye por sí sola y no puedes dejarla escapar… Magnífico.
      ¡Abrazo!

  2. Cómo no sentirse identificada con la esencia de tu relato… Es lo que tiene esta afición de inventar pequeñas historias. En mi caso los gigantes son menos porque no me enfrento a tantos microrrelatos a un tiempo, no soy capaz. Me ha gustado tu relato por lo divertido y lo bien que responde a las «quijoterías» que nos plantea esta ocasión. El último párrafo es genial. Abrazo y suerte, Rosa.

    1. Rosa Gómez Gómez

      Juana, no me veré en otra, una y no más Santo Tomas!
      Ya estoy más tranquila, hasta nueva orden.
      Gracias Juana, compartir experiencias a través de los relatos es casi una terapia de autoayuda.

  3. Rosa Gómez Gómez

    No han sido seis, pero cinco si. Y os juro que fue así. De vez en cuando me llevo el micro a la cama y compite con mi sueño.
    El que diga que escribirlos es fácil es porque es un genio, y solo cabe arrodillarse ante él. O alguien que no conoce a fondo cómo se crea.
    A veces sale un “adefesio”, otras uno normalito. Y las menos, una joyita.
    El caso es seguir!
    Gracias Ana. Un pequeño tormento del que hay que salir como sea.

  4. María Gil

    Jajajaja. Me ha gustado mucha esta ¿autoficción?. La escritora y su imaginación en busca de microrrelatos con esa final tan tan Quijotesco.

    Un abrazo, Rosa

  5. Rosa Gomez Gómez

    Siiii! Un relatillo muy personal. Le he dado vueltas a muchas quijoterías y he desechado unas pocas. Hasta que tuve esta experiencia. No era la primera vez que me pasaba, pero la desesperación de finiquitar el micro me llevó a esto.
    Cuando nos centramos mucho en algo nos volmemos obsesivos, y pasan estas cosas.
    Gracias por comentar.

  6. Rosalía Guerrero

    Ay, Rosa, esa adicción me representa, excepto en lo de no dormir. Ahí soy doña marmota,, y casi nada me quita el sueño.
    Me ha resultado muy realista y divertido.
    Un abrazo y suerte.

  7. Rosa

    Gracias Rosalia. Te envidio, dormir de un tirón
    es algo del pasado. Supongo que el estrés, la edad o los MICROS que me rompen la cabeza.
    Es curioso, no sé si os pasa, pero mi “vena creativa” me sobreviene por la mañana, caminando al trabajo. En ese momento me sale todo fluido, mientras voy por el parque y escucho a los pajaritos.

  8. Hola, Rosa. El enfoque de tu micro para la propuesta de este mes me parece sumamente original: que la quijotada sea la escritura y los molinos de viento la falta de inspiración cuando existe una fecha límite para escribir… A veces la gente (marido, padres, amigos) no entienden que la escritura o falta de ella nos afecta en todo, incluso alterándonos el sueño… Si trabarse con un solo microrrelato es un drama, no me quiero imaginar lo que sería trabarse con seis, como le pasa a la protagonista, pero gracias a Dios- o a las musas, mejor dicho,- revierte esa situación y vence sus propios molinos de viento…

    El párrafo final me parece soberbio; cierra con broche de oro el micro quijotesco.

    Realmente, me encantó.

    Besos y suerte para vos,
    Mariángeles

  9. Rosa Gómez Gómez

    Gracias M. Ángeles. A veces los micros surgen de la nada, de forma literal. Cuando le has dado cuarenta vueltas a un tema, has desechado unas cuantas ideas, incluso desarrolladas, y de repente te dejas llevar por las circunstancias del momento. La protagonista fui yo misma. Una noche de insomnio dio como resultado esto. Espero no tener que repetirlo.

  10. Jesús Navarro Lahera

    Vaya, Rosa, parece que a tu protagonista y narradora le está atacando el bloqueo del escritor. Tanta exigencia en la creación, con entregas obligadas, parece que le están pasando factura. Menos mal que ha encontrado el cierre que buscaba, así podrá volver a la cama y descansar, junto al sufrido marido, que no entiende tantas vueltas y vueltas. Ay, la soledad de los escribientes. Un abrazo

  11. Rosa Gómez Gomez

    Gracias Jesús, toda una odisea nocturna. En aras a la literatura, o lo que salga. Hay cosas que quitan el sueño, esta es una de ellas.
    Aunque en estas lides siempre encontramos descanso.
    Un saludito!

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