Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Monstruoscopio 2019 Trofeos

Llevan un tiempo esperando a ver quienes van a ser sus papis adoptivos. Están deseando llegar a sus destinos y lucir en las estanterías de los ganadores del Monstruoscopio. Os los presentamos

 

 

Me llamo Medusapico. Solo mi apéndice bucal y el único ojo que me ilumina, tan amarillos como duros, tienen consistencia rígida; el resto es pura gelatina. Al mar del que provengo, le debo el color azul y las mañas urticantes de una aguamala. Me desplazo bailando hacia ti, mi víctima.

 

 

 

Hola soy Gelbarino

Y aunque pueda tener un aspecto extraño, en el fondo soy un caramelito tan rico, que hasta yo mismo me di un muerdo y perdí parte de mi dentadura. Sin embargo tengo unas alas que gané cuando salvé a unos humanos ingenuos de un envenenamiento por setas. Lloraron tanto al enterarse, de emoción y agradecimiento, que opté por tomar esta forma, porque ¿qué hay más  tierno que un caramelo lagrimoso o una lágrima acaramelada?

Soy un buen amigo si me miras bien,  pero si en tus ojos hay maldad, me elevarás a rango de monstruo.

 

 

OREJUNO De día ensayo para dar miedo, por las noches lo intento. Pero todos quieren dormir conmigo y acariciar mis grandes orejas. En el fondo soy un sentimental, cierro el ojo y me dejo querer. Pero no prometo que tus sueños vayan a ser dulces.

 

 

 

 

 

Y aquí está el último de ellos, el trofeo para el ilustrador ganador, aún por decidir, igual que el nombre del monstruito y su historia.. ¿quiere bautizarlo? Deja tu propuesta en los comentarios de esta entrada.

y aquí para votar al ILUSTRADOR MONSTRUOSCÓPICO 2019

6 Responses

  1. Rafa Heredero

    Monstruosas noches. Me llamo EXCAMAX, vivo muy cerca de ti y tengo la nariz así de grande porque soy capaz de oler tu miedo. De todas formas soy tan vago que solo asusto los días azules y amarillos, y además de forma alterna. Bueno, y a los niños pelirrojos, a esos siempre.
    Mi especialidad es desplazar los muebles de tu casa para que el dedo meñique de tu pie izquierdo se golpee con ellos cuando andas descalzo. Y si te libras te muerdo o te clavo una de mis aletas verdes, según el tamaño del pie, en el otro meñique. Y te advierto que no me gusta que me chillen.

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