Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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04. MUNDOS (Eduardo Martín Zurita)

Su compañero no soportaba los chismorreos ni un minuto más. Tampoco estar continuamente mirando al cielo sin haber sembrado viento alguno. Tras el anonimato: la ciudad —hoy pitan los oficios—, haría valer sus habilidades y llevaría a casa un buen dinerito.

Y eso estaba bien, muy bien. Pero ella no podía cambiarlo, así de fácil, por el olor a brezo, jara y lavanda que dilataba las ventanas de su nariz. O por las abejas. Confusa, y algo febril, alcanzó el sendero de los tilos. Donde se dieron el primer beso. Sentada en un tocón de fresno, bajo la tutela del sol, se encontraba pletórica, extática. Tan ajena a todo, que se deslizó y quedó prendida en la tierra. Una margarita, su nombre, gozosa como una niña de las delicias de la fotosíntesis.

Él la buscaba a conciencia. Ella, infatigable, repetía en el idioma de las flores: «Compras en la capital el búcaro aquel y vuelves, me cortas por el tallo y me colocas en la mesa de la cocina, o por cualquier rincón oxidado, con un poco de agua. Lo sabes, no vayas a deshojarme».

No dejaba de pisarla, de pisotearla mientras gritaba: «Mi amor, nos quedamos en el pueblo».

32 Responses

  1. María José Viz Blanco

    La tierra tiene un gran poder de atracción para la protagonista de tu relato, Eduardo, tanto que llega a formar parte intrínseca de ella. Se convierte en una flor más del campo. Me ha gustado.
    Saludos.
    María José

  2. Jesús Garabato Rodríguez

    Bello texto donde casi sentimos las sensaciones que deja entrever la llegada de la primavera en el campo. También creo intuir una imposibilidad de escape de nuestro triste destino. Suerte y saludos.

  3. Martín Zurita

    Gracias por tu comentario Mª José. El apego al terruño de la coprotagonista, al ambiente rural, al campo, a la naturaleza. Y, en efecto, esa fuerza atractiva que la lleva a convertirse en una flor. Y el amor a su casa pueblerina, que propicia el que no le importe acabar sus horas en ella, hasta en el rincón más oxidado. Besos.

  4. Martín Zurita

    Gracias, Jesús, por tus palabras. Creo que sí, que existe ese fatalismo existencial, que se desprende del texto, vaya. El sentimiento trágico de la vida. La contraposición, el contrapunto de ello con la incipiente primavera evidencia que manejas un certero microscopio o periscopio mental. Un abrazo.

  5. Ángel Saiz Mora

    Ella pertenecía al campo, no se imaginaba en otro entorno, por mucho que las zonas urbanas prometiesen oportunidades. Hay personas que parecen nacidas para adaptarse de forma natural a un determinado entorno. El conflicto viene cuando dentro de la pareja cada uno aspira a habitar en mundos diferentes. No parece que él esté preparado para asimilar el lenguaje de las flores que su compañera ha adoptado, ni ella a desarraigarse de esa tierra.
    La contraposición de dos mundos contado de una forma que recuerda al realismo mágico.
    Suerte y un saludo

  6. Martín Zurita

    Hola, Ángel.
    Es un HONOR —así, con mayúsculas— el que te hayas pasado por aquí. Posiblemente, y los hay muy buenos, el mejor de los exégetas con que cuenta este amable, a la par que interesante, distrito galáctico en que consiste ENTC. Clavas la interpretación, la bordas, como todas las tuyas a compañeros de teclado. Ante tus comentarios solo procede el silencio como síntoma de aquiescencia. Solamente diré que sí, que se trata de realismo mágico. Muchas gracias y un abrazo fuerte.

  7. Martín Zurita

    Hola, Ana.
    Sí, el tipejo es un cobarde de muchísimo cuidado. Y creo que el machismo sobrevuela sutilmente por el texto. Este hombre trata de imponerse a su mujer y cuando cede, accede a las pretensiones de ella ya es demasiado tarde. Cada persona es un mundo y en esta historia, efectivamente, se dan cita dos contrapuestos. El dinero no puede ni debe suplantar ni colocarse por encima de otras prioridades.
    Gracias por tus comentarios y tus nobles y buenos deseos. Besos.

  8. Martín Zurita

    Hola, Matrioska.
    Gracias por tus comentarios. Seguro que tienes razón. En lo de la elección de mundo desde luego, rotundamente. Ardorosamente. «Un relato que dice más de lo que parece». te cuento: lo trabajé hasta la extenuación para que diera la impresión contraria, la de naturalidad. Puede que lo haya conseguido. Besos.

  9. Martín Zurita

    Hola, Juan
    Gracias por tus comentarios, de una bondad grandiosa. Me inclino ante tu prosa y ante tu desplegado abecedario, que es todo un torbellino majestuoso. Eres de ancha cultura. Te sales. Eres la bomba. Un fuerte abrazo.

  10. José Luis González

    Está muy bien el olor a brezo, jara y lavanda, suena romántico y a veces cautiva. Ella está convencida de ser eso lo que anhela y él no. Ahora bien, sobrevivir en ese entorno naturalmente bonito, pero realmente duro, no es fácil. Lo urbano y lo rural contrapuestos. Quizá si lo rural —me refiero al trabajo rural— dejara de ser tan duro, sería más fácil de solventar esa dicotomía, y personas sensibles como la que tú relatas aquí, podrían defender su derecho a saborearlo sin tener que abandonar al compañero con el que quieren compartir su vida. Demasiado para un relato de doscientas palabras.
    Suerte Eduardo

  11. Martín Zurita

    Hola, José Luis.
    Gracias por tu comentario. Me sumo a él. Has realizado una disección magnífica del contenido del texto. Con tino y pulso de buen cirujano. Una autopsia brillante, en el mejor de los sentidos. Gracias igualmente por tus buenos deseos. Ha sido todo un placer. Un abrazo fuerte.

  12. Salvador Esteve

    Mimetización de las raíces y los sentimientos, que nos lleva de la mano de la magia a las emociones del amor por la tierra. Gran relato, Eduardo. Enhorabuena y abrazos.

  13. Martín Zurita

    Enhorabuena a ti, Salvador, por un comentario tan breve como difícil de superar. Ya sabes, «Lo bue, si bre, dos veces bue», que diría el humorista. Muchas gracias y un fuerte abrazo.

  14. Hola, Eduardo.
    Pues yo soy optimista y creo (quiero creer) que entre ellos hay algo especial, tan fuerte, que les hará no separarse. El hogar de uno es dónde ha echado raíces el corazón y esta pareja las tiene. La frase final es tan dulce como mimosa… A mí me ha derretido.
    Qué bonito cuento. Felicidades y mucha suerte.
    Un abrazo grandísimo.

  15. Martín Zurita

    Otro honor especial, y no van pocos, no me quejo, el de tu presencia en mi humilde celda de obrero, tú la abeja reina. Por supuestísimo. ¡Menuda tanda esta! ¿Y por qué no vas a tener razón? Es un criterio plausible el que sostienes. ¿No es acaso el optimismo la fuerza que debe guiarnos? ¿No estamos hasta la coronilla con tanta ruptura y sabores descompuestos y amargos? Las raíces del corazón, eso sí que es bonito. Muchas gracias, deidad Towanda. Y muchos besos como ofrenda en tus altares.

  16. Me ha gustado sobre todo ese fundirse de ella con la tierra y como su nombre convertirse en una margarita. Me recordó al realism mágico tan poético. Y ya en la historia en sí, una pena que no compartiera los temores a marchar y que esto los separe, yo creo que merecían un final feliz.
    Un abrazo.

  17. Martín Zurita

    Hola, Asunción.
    Puede que ese final feliz esté en el micro. Towanda, una maestra, así lo cree posible. Veo que coincides con ella a tu manera. Matrioska, más arriba, en otro comentario, opinaba que el texto decía más de lo que parecía. Creo que también tiene razón; es decir, que a lo mejor cabe una interpretación extensiva o poliédrica del mismo.
    Gracias por tu comentario. Besos.

  18. Martín Zurita

    Hola, Calamanda.
    Gracias por tu comentario. Esperanza, qué palabra tan hermosa. Si tu la ves, sea. Has acreditado y demuestras gozar de buena vista. Otras comentaristas que te preceden apuntan en esa misma dirección. No voy a contradeciros. El texto, creo, es susceptible de una interpretación amplia. Besos.

  19. Martín Zurita

    Hola, Nani.
    Muchas gracias por tu comentario. Pues sí, tienes razón, muy mal cuidada. Uno de los elementos que destila el texto (creo que lo dije en un re-comentario anterior) es el machismo, por mucho que quizá se apunte solapadamente. Mira, voy a confesarte una cosa y créeme que no lo hago por quedar bien: tengo a la mujer no solo por igual, sino por superior al hombre. En cuanto se os ha dejado un poco, fíjate la que habéis liado, en el buen sentido por supuesto. ¡Ojalá se os abra más cancha, toda la que necesitéis! Besos.

  20. ¡Hay tantas veces amores que parecen imposibles…!
    No sabemos si al final seguirán juntos o no (esperemos que ella no acabe «en la mesa de la cocina»). Pero sí que sabemos que el texto nos lleva de la mano por el campo y su ambiente, hasta hacer que respiremos las flores.
    Saludos!

  21. Martín Zurita

    Hola, M. Carme.
    Gracias mil por tu comentario. Verás, no sé si es mejor un final abierto o no (parece que lo que se llevan son los finales conclusivos, al menos eso nos dijeron en un curso de micros), pero a mí me salió así, creo que como tú lo ves, respetando otras doctas opiniones ya vertidas. Me salió así, sin más. Recuerdo siempre las palabras de un afinadísimo componedor de microcuentos, Agustín Martínez Valderrama, que sostiene que debe perseguirse con ellos «lo máximo imaginable con lo mínimo imaginado». En cuanto a la apelación a los sentidos en el texto tienes más razón si cabe. Quiero creer que no, que ella no terminará en la cocina. Besos.

  22. Hacía tiempo que no leía nada tuyo, esta vida de ciudadana que me llevo me tiene a raya, y me alegra comprobar que sigues siendo el mismo, que el poeta late en tus palabras, y que el narrador se esconde en la historia. Me gustan tus mundos y todo lo que se encierra en ellos.
    Un abrazo y suerte.

    Paloma

  23. Martín Zurita

    Hola, Paloma.
    Qué atinadísimo eso de que el poeta late y el narrador se esconde. Eres el techo de la perspicacia. Tus ojos, sin gafas, lentes de la más alto bendecida graduación. Caigo de rodillas, más que sinceramente ante tus, cómo diría, si es que no sé. No quisiera desvirtuar tus palabras con mi indeseable torpeza. Eso sí, duplico, triplico de manera exponencial los besos que ya te envié en el comentario a tu propuesta. Me quedo muy corto si te doy las gracias.

  24. MªBelén

    Cuando dos mundos tan opuestos buscan enraizarse en uno mismo, qué difícil es elegir donde habitar con quien quieres, donde seguir los besos y dónde trabajar…
    La imagen de hacerse flor es una delicia. Delicada, le pide que siempre adorne su vida, aunque sea un rincón oxidado y la riegue para que no se deshoje en el olvido.
    Una frase final que intuyo, que a pesar de la rabia de no marchar a la ciudad, encierra la victoria del amor.
    Un gusto leerte Eduardo.
    Un abrazo grande.

  25. Martín Zurita

    Hola, Mª Belén.
    Y un gusto redoblado a la par que un honor que me visites y realices un comentario tan ponderado, brillante y delicioso. No seré yo quien condene al amor a no salir, de este texto, con la victoria entre las manos.
    Grandes besos para ti.

  26. Genial el simil que haces de la protagonista y su vida en la ciudad con las de una margarita muriendo en un florero. Y me alegro que definitivamente su marido no consiga «obligarla» a cambiar el olor del brezo y la lavanda por el asfalto…
    !Qué bueno!
    Suerte y un abrazo

  27. Martín Zurita

    Hola, Rosy,
    Gracias por haberte pasado por aquí y por tu comentario y buenos deseos. Yo también me alegro de lo que te alegra a ti. Ya lo he dicho otras veces, tengo a la mujer por un ser superior, mucho más inteligente y, sobre todo, generoso que el hombre, que el varón, que el ser humano del sexo masculino, como lo prefieras denominar. Afirmación que se ve refrendada en los textos de ENTC. Las mujeres sois, casi la práctica totalidad, flores maravillosas. Y el día que de verdad se os deje, porque faltan cosas, faltan flecos como en los contratos de los futbolistas, vamos a alucinar los hombrecitos. Besos para ti.

  28. Una forma particular y bella de plantear este conflicto profundo en una pareja. Preciosa la imagen de esta mujer que es flor porque lo elige, porque ese es su destino y porque allí se quiere quedar. Mucha suerte, Martín.

  29. Martín Zurita

    Gracias por tu comentario y por los buenos deseos que manifiestas. Mira, de verdad, la suerte la tengo desde el punto y hora que he podido conocer, gracias a Paloma Hidalgo(otra campeona como tú)esta página maravillosa donde todas y todos vosotros, seguramente los mejores microrrelatistas de España, conseguís que disfrute hasta el paroxismo. Se me olvidó decir que en «Abogados» también valoran como es debido tus trabajos. Continúa con la hermosísima pasión que es escribir.
    Un beso.

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