85. Náufrago
Cada madrugada contempla fascinado cómo el trasatlántico vuelve a estrellarse contra el iceberg en el fondo del vaso de bourbon. Y ni siquiera los gritos desgarrados de la muchacha del camarote 115, la que tiene los mismos ojos dolientes de Lucía, consiguen hacerle abandonar el deseo de hundirse para siempre con él.
Me ha parecido realmente bueno, la historia de toda una vida destilada en muy pocas palabras, y sin que haga falta ni una más.
En la cuarta línea, te has comido el «que» detrás de «la», y diría que la n en «transatlántico», aunque igual se puede decir así también.
Gracias por el aviso, Ana, «trasatlántico» sí está admitido, pero el «que»se perdió con las correcciones. Me alegro que te guste, lo de la vida «destilada» viene aquí bastante a cuento. Voy a ver si es posible arreglarlo.