09. NIDO DE AMOR (Mariángeles Abelli Bonardi)
Algo viejo: un billete roto. Algo nuevo: un caramelo sin desenvolver. Algo “prestado”: una ramita ajena. Algo usado: una muda de piel. Algo azul: un lirio silvestre… Procura que todo esté en orden, que no se estropee el cuidado diseño. Sabe que ella lo observa, y sólo si la deslumbra aceptará el convite. Arquitecto de su propia felicidad, piensa el tilonorrinco: “El que quiere celeste, que le cueste”.
¡Qué precioso relato, qué poético y qué certero..!
¡Muchas gracias, IÑAKI! Me encanta que te haya parecido «precioso, poético y certero».
Un beso,
Mariángeles
Los pequeños detalles son muy importantes. Ser merecedor del amor de una persona conlleva dedicación, detalles, sensibilidad y hasta sacrificios, todo es poco para intentar que esa persona con la que queremos compartir la existencia sienta algo parecido y esté dispuesto a ello. Cada caso y circunstancia es diferente, pero esta fórmula que tu protagonista enamorado prepara con tanto esmero es una verdadera delicia, al igual que este hermoso relato, lleno de sabiduría, que enseña que todos debemos ser arquitectos de nuestra propia felicidad, algo por lo que hay que trabajar, sentarse a esperar no es suficiente, porque nunca llega sola.
Un abrazo y suerte, Mariángeles
Dedicación, detalles y sensibilidad es lo que yo encuentro en tu comentario, querido ÁNGEL, así que en ese sentido me siento como creo debe sentirse la novia del señor tilonorrinco, jaja… Desde que me topé con él en un documental, el dichoso pajarito me ha fascinado, y esa predilección suya por todo lo azul no podía dejar de aprovecharla en esta última propuesta de color, y he aquí el resultado, que como imaginarás me tiene de lo más contenta… 🙂
Otro abrazo y suerte para vos,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
Qué bien te ha quedado. Me gusta todo: la forma de contarlo, tan poética; los mensajes ocultos (o que yo creo ver) en la parte metafórica; la moraleja, que también la tiene. En fin, por mi parte un sobresaliente.
Un cálido abrazo para la autora de esta azulada inspiración.
Hace años que no me sacaba un «sobresaliente», BARCELÓ… ¡Desde la escuela primaria, jaja! Risas aparte, me encanta que te haya gustado todo, y en cuanto a los «mensajes ocultos» no han sido intencionales sino todo lo contrario; yo sólo me propuse contar una forma de amor y de conquista que me parece preciosa, cuyo mimo y delicadeza los humanos haríamos más que bien en aprender…
Otro cálido abrazo para vos, amigo.
Un beso grande,
Mariángeles
Decirte que me ha despertado la curiosidad por la ave y he tenido que buscar en el google. Ingnorante que es una, ni idea de la existencia de este pájaro tan galán. Lo que quisiéramos todas en momentos de bajón :-).
Delicioso relato. Me ha encantado (y sucumbo a su encanto).
Totalmente de acuerdo, CRISTINA… Qué chica no querría tener ese «galán azul», ¿verdad?… Me encanta que hayas sucumbido a su encanto y que te haya llevado a querer saber más… ¿acaso no es la curiosidad algo propio de quienes escribimos?
Un beso,
Mariángeles
Tierna y tenaz, el ave construye con sabiduría y magia el nido de su propia felicidad. Cuánto deberíamos aprender de la naturaleza.
Un relato delicioso y poético, Mariángeles.
Besos.
Qué gusto que te haya parecido delicioso y poético el relato, CARMEN… Totalmente de acuerdo contigo: esa ternura y tenacidad del ave son dignas de admirar y de imitar…
Otro beso para vos,
Mariángeles
Conocía al ave de algún documental, pero en tu relato asimilas sus costumbres a ciertas tradiciones humanas y el resultado es fantástico. Suerte Mariángeles!
¡Muchas gracias, ÁLVARO! Esa fue justamente la idea: humanizar al ave a través de las tradiciones humanas. Que el resultado haya sido fantástico me parece fantástico 😉
Suerte para vos y un beso,
Mariángeles
Me ha parecido precioso tu relato y además me ha permitido conocer al tilonorrinco, del que nunca había oído hablar.
Enhorabuena y suerte.
Un abrazo.
¡Muchas gracias, JAVIER! Si el micro sirvió para que conocieses al tilonorrinco, bienvenido sea, y que te haya parecido precioso es la frutillita del postre… 🙂
Mucha suerte y otro abrazo para vos,
Mariángeles